El pasado domingo 3 de enero falleció, a los 83 años, Paul Bley pero fue hasta el martes cuando su hija Vanesa hizo pública la noticia. La próxima semana hablaré de este gigante del jazz, hoy dejo una décima en su memoria

Paul Bley tocaba en los años sesentas un
free jazz afable y humorístico. Más tarde
se convirtió en un esteta cuyas líneas tranquilas
y frágiles parecían congelarse en el tiempo
como cristales de hielo.
(Joachim E. Berendt citado por Pablo Espinosa
en La Jornada)
Cristalina como el hielo
pero de gran calidez
la música de Bley es
la construcción de un anhelo.
Hoy el jazz está de duelo
porque se ha marchado un rey
cuya libertad fue ley,
compromiso con la vida.
Aún después de su partida,
suena el piano de Paul Bley.

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