En las fechas previas a las Pascuas, en lugar de amainar, se ha desatado una tormenta política rumbo a los comicios para la elección de Gobernador del Estado en 2016.

Los fervores del parto no solo atormentan al PRI, que el pasado viernes vivió su propia crisis con la escaramuza de una supuesta definición a favor del senador Héctor Yunes Landa, sino también al PRD y al PAN, con portazos, llantos desconsolados, falsos alumbramientos y una sangría que amenaza con dejar exangües tanto a las parturientas como a los que se proclaman padres de las criaturas.

La posibilidad de una fractura en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) este fin de semana, en el marco de su consejo político estatal, por el choque de trenes generado por la anunciada alianza electoral con el Partido Acción Nacional (PAN), puso en evidencia una acentuada división que solo la dirigencia nacional podrá sortear, aunque en modo alguno evitará su debilitamiento por la salida de cuadros importantes y la participación de corrientes importantes en contra  de cualquier decisión que se tome.

Ese punto de quiebre que se percibe en el desgastado partido de izquierda también se observa, y por lo mismo, en el PAN, donde no solo la alianza sino la posible imposición de Miguel Ángel Yunes Linares como el candidato común con el PRD, ha provocado la dimisión del pretendiente de la candidatura panista, Juan Bueno Torio, quien este domingo anunció su salida no solo de la contienda interna sino del partido mismo, tras 22 años de militancia, porque el PAN, según su dicho, “dejó de ser el partido que tenía como bandera la democracia y la libertad, dejó de ser el garante de la batalla a la corrupción para convertirse en parte de ella”.

La salida de Bueno Torio hace notar dos cosas: primero, que la alianza con el PRD va, con el consentimiento de la dirigencia nacional panista, y segundo, que el personaje que ha decidido el PAN nacional para encabezarla es el expriista Miguel Ángel Yunes Linares, sin dar una sola oportunidad para que los militantes en Veracruz puedan decidir mediante un proceso selectivo democrático a quien debe proponerse para enarbolar la causa común que buscaría frustrar la continuidad del PRI en el gobierno del estado.

Al igual que en el PRD, todo parece indicar que tanto en el PAN como en el PRI se vivirán crisis internas que podrían llevarlos a los comicios próximos en estado de gracia, con fuertes pugnas, divisiones, grupos importantes haciendo trabajo de zapa en contra de los candidatos de sus partidos, y la posibilidad de apoyar a candidatos independientes.

Candidatos independientes, materia pendiente

Además de Gerardo Buganza Salmerón, quien se ha registrado ante el Órgano Público Local Electoral (OPLE-Veracruz) como aspirante a Candidato Independiente a Gobernador de Veracruz, y quien ha anunciado que en Navidad iniciará una intensa campaña para obtener las firmas de 170 mil veracruzanos que se le exige legalmente para lograr su candidatura independiente en firme, se espera que haga lo propio Elías Miguel Moreno Brizuela quien hace tiempo renunció al PRD, pese a que el dirigente estatal priista Alberto Silva Ramos invocó su salida como producto de su desaprobación de una alianza con el PAN que llevara como candidato a Yunes Linares.

Junto con su renuncia, Juan Bueno Torio también anunció su decisión de luchar por la minigubernatura como candidato independiente, a cuya aventura lo acompañarían según dijo cientos de panistas desencantados con la presunta imposición de Yunes Linares.

Habrá que ver si no se lo impiden los obstáculos impuestos en la reforma electoral local a candidatos independientes, originalmente diseñados para impedir que aspirantes priistas inconformes quisieran irse por la libre, aunque es cierto que Bueno Torio ha renunciado antes de que se hubiera oficializado su participación en el proceso interno panista.

La dirigencia estatal panista, por cierto, le ha respondido a Juan Bueno Torio en una extensa carta, entre cuyos párrafos vale la pena rescatar los siguientes:

“En el PAN no están los enemigos, esos están fuera del partido. Los enemigos son los que han llevado a nuestro estado a su peor etapa de desempleo e inseguridad y nos enfrentaremos a ellos en las elecciones del próximo año.

“En Acción Nacional sabemos que una de las estrategias del PRI es pulverizar el voto, diluirlo para restar sufragios a los partidos fuertes con amplias posibilidades de ganar. El PRI le apuesta a dividir votos para ganar con su militancia y sus trampas electorales; hasta ahora le ha dado resultado. Es tiempo de impedir que nuevamente suceda.”

En el PRI, madruguete

En medio de todo este volcán político en erupción, el periodista Édgar Hernández puso el viernes pasado un verdadero cohete entre las patas de los caballos con su supuesta ‘exclusiva’ desde el CEN priista, según la cual, contra toda la liturgia estatutaria, el dirigente nacional Manlio Fabio Beltrones le habría confiado a él que el candidato para Veracruz ya estaba definido (Héctor Yunes Landa) y que la decisión ya la había acatado el gobernador Javier Duarte de Ochoa y a favor de la cual se había sumado el otro fuerte contendiente, el también senador José Francisco Yunes Zorrilla.

Para darle mayor dramatismo y ‘veracidad’ a la especie, el periodista originario del Distrito Federal y conductor de un espacio noticioso en la radio xalapeña, se comunicó en vivo al noticiario de la XEU de Veracruz para ofrecer detalles del madruguete, y redactó dos párrafos que envió a los medios que publican su columna, con la promesa de enviar más tarde la información completa:

“Héctor Yunes Landa será el “candidato de la unidad” del PRI al gobierno del estado de Veracruz para el bienio 2016-2018, confirmó el Comité Ejecutivo Nacional de este partido que encabeza Manlio Fabio Beltrones.

“En los próximos días serán convocados el primer priista de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, el presidente del CEN priista, Manlio Fabio Beltrones y los dos senadores, Héctor Yunes Landa y Pepe Yunes con quienes ya se consensuó, para oficializar la decisión que se hará pública el miércoles 13 de enero del 2016.”

No se hizo esperar la respuesta del dirigente estatal priista Alberto Silva Ramos, quien también busca esa candidatura: “Rechazo cualquier versión de albazos, o destapes anticipados que tienen origen en otros lados, y que buscan romper esa unidad que existe entre los priistas”.

Y añade en su declaración pública:

“Los tiempos los tenemos claros, y en su momentos habremos de tener un candidato de unidad que sea avalado por la militancia a través del método que en el pasado Consejo Político determinamos para la elección de nuestro candidato.

“Todo lo que se diga de más en este sentido es parte del folklor jarocho propio de los tiempos previos a la selección del candidato y a la especulación de algunos personajes que reflejan el ánimo de triunfo que existe al interior de nuestras filas”.

Lo cierto es que, de inmediato, las adhesiones a la supuesta decisión del CEN del PRI no se hicieron esperar en las redes sociales, dando por sentado que la versión tenía signos de absoluta veracidad, lo que permite avizorar una decisión todavía más complicada y poniendo en mayores dificultades una decisión del gobernador Javier Duarte que beneficie al propio Alberto Silva Ramos.

Las cosas en lo que resta del año se antojan intensas en el terreno político.

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