Al interior del Revolucionario Institucional, los diferentes grupos ya comienzan las negociaciones para determinar las candidaturas. Justo a un mes del destape, no hay cambios en la lista de aspirantes ni señales claras sobre el rumbo del partido en cuanto a la sucesión; tampoco hay sorpresas.

Héctor Yunes Landa se había pronunciado a favor de la encuesta como el método para seleccionar abanderado del tricolor porque sabía perfectamente que en un ejercicio de ese tipo, él y José Francisco Yunes llevaban una indiscutible delantera sobre el grupo que actualmente se encuentra en el poder estatal; esa declaración fue una manera de asegurar que cuenta con respaldo de los ciudadanos; nada más, el de Soledad de Doblado no es nuevo en política y sabe perfectamente que la encuesta no es un método que consideren los estatutos del partido.

El Consejo Político optó por la Convención de Delegados, sin que ello necesariamente pueda interpretarse como una derrota para los senadores priistas.

Observadores de la actividad política explican que, finalmente, el método es lo de menos porque la experiencia nos dice que cualquier forma de elección interna sirve para sacar al candidato que empujen quienes tienen en sus manos esas decisiones.

Elegir la Convención de Delegados como método de selección del candidato no es un punto determinante en la sucesión; sin embargo, para el grupo en el gobierno estatal, la solución al problema económico de Veracruz podría serlo, nos explican analistas políticos.

El asunto fundamental es que si el gobierno de la entidad comienza a cubrir sus compromisos con los contratistas, constructores y proveedores, con la iniciativa privada en general, podría generar la percepción de una estabilidad económica que represente la solución a los problemas financieros del estado, aunque esto sea sólo un espejismo porque la deuda se mantiene igual o aún mayor. En ese sentido, la liberación de recursos por más de 4 mil 300 millones de pesos podría ubicarse en ese contexto.

Por otro lado, si durante los primeros meses del próximo año, el gobierno estatal arrebata a la oposición la bandera del combate a la corrupción y enjuicia y encarcela a funcionarios y ex funcionarios de primer nivel, el panorama podría cambiar de manera radical, sobre todo si, como todo parece indicar, también logra enviar a prisión a los actores políticos de la oposición, como Miguel Ángel Yunes Márquez, que han sido señalados por presunto enriquecimiento ilícito.

Esa, hasta hoy, parece ser la estrategia del grupo en el gobierno para sacar adelante a su alfil, el dirigente del PRI en Veracruz, Alberto Silva Ramos.

En el PRI, nos dicen, es casi un hecho que los aspirantes que buscan la misma silla ya estén en negociaciones, aunque todavía no existan acuerdos concretos.

Hay quien asegura que, en 15 distritos, el PRI irá en alianza con Verde, Panal y AVE; en un número igual de circunscripciones no habrá suma con otras fuerzas.

PAN-PRD, pocas dudas

Mientras tanto, en Acción Nacional son dos los nombres que han manifestado su intención de encabezar la alianza con el Partido de la Revolución Democrática, el diputado federal Miguel Ángel Yunes Linares y ex senador Juan Bueno Torio. El primero parece confiado sobre la determinación de las dirigencias nacionales y estatales de esos dos partidos; el segundo busca una consulta entre los militantes panistas; Juan Bueno sabe perfectamente que una votación interna incrementaría sus posibilidades de lograr la candidatura. Contrario a lo que ocurre en el PRI, donde las diferencias se hacen públicas y se convierten en discrepancias casi irreconciliables, en el albiazul el proceso de selección parece terso.

En el PAN no hay dudas sobre la alianza con el PRD; de hecho, ya se habla de un reparto 16-14 en las candidaturas a las diputaciones locales.

Yunes Linares acentúa su presencia en redes sociales y se lanza contra el gobierno de la entidad. Voltea poco a la contienda interna porque su batalla es contra gobernador y ex gobernador.

Evidentemente, el Movimiento de Regeneración Nacional no le apuesta a la elección de 2016, sino al proceso de 2018. Morena enviará al cuadrilátero a un candidato que pareciera no alcanzar una dimensión estatal, el diputado federal Cuitláhuac García Jiménez. A pesar de ello, es muy probable que el partido que en el ámbito nacional encabeza Andrés Manuel López Obrador supere o al menos iguale, el próximo año, el resultado de 2015, cuando con cerca de 300 mil sufragios obtuvo más del 12 por ciento de la votación total en Veracruz, ganando dos de los distritos electorales más importantes, Coatzacoalcos y la capital, Xalapa.

Buganza y 29 candidatos independientes

En la misma contienda, pero por otro carril, se ubica el ex candidato panista al gobierno estatal, Gerardo Buganza Salmerón, quien actualmente se enfoca a cubrir los requisitos que establece la ley para el registro de su candidatura, por la vía independiente.

Buganza Salmerón busca igualar el resultado que obtuvo este año en Nuevo León el abanderado independiente Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, quien derrotó con casi el 49 por ciento de los votos a la priista Ivonne Álvarez y al panista Felipe Cantú.

El cordobés, por cierto, recurre a un discurso muy parecido y a los mismos colores que identificaron la campaña del ex alcalde de García, NL.

En el equipo de campaña de Buganza hay optimismo y actualmente, de la mano de un viejo lobo de la política, como Rogelio Hernández Madrid, antes vinculado a Miguel Ángel Yunes Linares, prepara la estructura para lograr el registro y enfrentar la campaña. Junto al ex secretario de gobierno harán proselitismo 29 candidatos independientes por igual número de distritos veracruzanos. @luisromero85