Por supuesto, todas las formas de agresión contra las mujeres son despreciables; sin embargo, una de las más censurables es la violencia obstétrica, que se define como cualquier trato deshumanizado o abusivo por parte de personal médico o profesionales de la salud, a mujeres en condición de embarazo.

De la violencia obstétrica no se habla tanto; de hecho, por ignorancia o desconocimiento de sus derechos, muchas mujeres prefieren considerar las conductas agresivas de algunos médicos del sector salud como situaciones normales; no lo son.

De acuerdo con estimaciones oficiales, en nuestro país se registran 6 mil 800 nacimientos cada día, 2 millones y medio de partos al año; ese es el número aproximado de mujeres expuestas a situaciones de este tipo, desde negación del tratamiento, indiferencia ante solicitudes o peticiones, regaños y burlas, hasta decisiones médicas sobre el parto sin tomar en cuenta a las pacientes; ello sin contar los casos de esterilización sin consentimiento, que se han registrado, sobre todo, en zonas rurales y marginadas.

En esa materia, Veracruz fue el primer estado en tipificar como delito la violencia obstétrica, en el marco de la ley de acceso a las mujeres a una vida sin violencia, en concordancia con los tratados internaciones en esa materia.

La Unesco, por ejemplo, señala que la violencia obstétrica es una forma de violación a los derechos humanos y por ello debe ser erradicada.

Sin embargo, los malos tratos a las mujeres en hospitales y centros de salud son comunes en Veracruz y en todo el país.

Un caso podría registrarse actualmente en el municipio de Perote y particularmente en el Hospital General de la Secretaría de Salud, donde pacientes y personal médico han denunciado en reiteradas ocasiones y ante diferentes instancias una conducta que califican como agresiva y prepotente de un ginecólogo adscrito a dicho centro.

Se trata del doctor José Roberto Roldán Reyes, quien tiene su adscripción formal en Tlapacoyan pero consulta en el Hospital de Perote.

Dicho médico despacha como director de facto, en virtud de que el doctor Ernesto Bello Méndez enfrenta una condición de salud que me impide estar al frente del nosocomio.

El caso es que Roldán Reyes ha sido señalado por el propio personal médico y de enfermería de ese hospital por presuntos actos de prepotencia, por abusos contra pacientes y por maltratos a sus compañeros de trabajo, quienes han acudido a diferentes instancias y hasta al propio secretario de Salud, Fernando Benítez Obeso, para señalar las irregularidades que ocurren en el Hospital General, y que han puesto en riesgo la vida de mujeres que no han recibido atención oportuna.

Se acumulan denuncias en el Hospital de Perote

Las denuncias llegaron a la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos por Servidores Públicos, donde se inició una investigación contra el médico citado (expediente 004/2014), por presuntas conductas violentas y arbitrarias contra una paciente, en ejercicio de su profesión dentro del Hospital de Perote.

El 10 de junio del presente año, el personal médico del hospital se dirigió a la doctora María Amalia Méndez Muñoz, directora de Atención Médica de la Secretaría de Salud. Quienes firman el oficio señalan que muchas usuarias de los servicios de Salud han optado por evitar el nosocomio, debido a que son víctimas de maltrato por parte del ginecólogo. De igual forma, enlistan una serie de irregularidades; por ejemplo, para que una mujer sea valorada por Roldán Reyes, debe practicarse un ultrasonido en su clínica privada; cuando no lo hacen, reciben un trato despectivo y déspota; hablan también de que ha negado la atención a pacientes que requieren con urgencia atención obstétrica, aunque ello ponga en riesgo la salud de las mujeres; no sólo eso, también envía a su clínica particular a las embarazadas que requieren cesárea.

Por otro lado, hay testimonios, por escrito, de mujeres que denuncian un trato grosero y déspota del ginecólogo Roberto Roldán, quien en abril de 2014 fue denunciado ante la agencia del Ministerio Público por parte del padre de una paciente, quien afirmó que el médico “llegó en aparente estado inconveniente” y agredió a una doctora, un enfermero y dos policías del IPAX, además de amenazar e insultar a una paciente que se encontraba en la sala de urgencias.

El médico “influyente”

Probablemente, el caso que se registra en el Hospital General de Perote sea uno de los muchos que ocurren en Veracruz y en el país; sin embargo, no por ello se debe dejar pasar, sobre todo porque existen antecedentes y denuncias por escrito y porque la violencia obstétrica está tipificada en la entidad.

Lo que llama la atención es que el médico citado se dice “influyente”; de hecho, en ese centro de salud, los médicos y enfermeros aseguran que el galeno argumenta una relación de amistad, que se duda, con el senador José Francisco Yunes.

Por otra parte, también resulta curioso que a pesar de tantas quejas y denuncias, las diferentes instancias de la Secretaría de Salud prefieran ignorar el problema.

Es una lástima que actitudes como la citada se toleren en una dependencia, Sesver, donde la fama que acompaña al titular es de un profesional de la salud en toda la extensión de la palabra. @luisromero85