Al interior del Partido Acción Nacional se da como un hecho la alianza con el Sol Azteca para la elección de gobernador del estado y de diputados locales. En el PRD, también. Nadie duda, en el comité que encabeza Rogelio Franco Castán, que en las boletas del próximo año aparecerá, por primera vez en la historia de Veracruz, el logo que representará la suma de los dos principales partidos de oposición.

Aunque todavía no está definido el candidato, las negociaciones entre ambos partidos establecen que éste surgirá del albiazul, en virtud de que es la segunda fuerza política en la entidad.

Si se tratara de una simple operación aritmética, la suma de los votos que históricamente han registrado PAN y PRD sería suficiente para derrotar al Revolucionario Institucional; sin embargo, el asunto es mucho más complejo porque el resultado podría depender tanto del abanderado que postule el tricolor como de las condiciones de unidad o división interna que prevalezcan en el partido en el gobierno.

Al margen del proceso de selección del candidato priista, en el PAN la lucha interna por la candidatura sólo se libra entre dos aspirantes: Miguel Ángel Yunes Linares y Juan Bueno Torio, quienes han optado por estrategias diferentes, porque mientras el primero ya trabaja en los amarres y acuerdos con la dirigencia perredista, el segundo se concentra mucho más en la militancia de Acción Nacional.

Este miércoles, por ejemplo, una vez que terminó reunión con alcaldes surgidos del PAN que demandan el pago de los fondos federales presuntamente retenidos por la Secretaría de Finanzas del gobierno estatal, Miguel Ángel Yunes sostuvo una reunión, en un café de la avenida Maestros Veracruzanos, de Xalapa, con el dirigente perredista en la entidad, Rogelio Franco.

Es evidente que Yunes Linares ya teje sus relaciones con los perredistas; por otro lado, sabe que cuenta también con la dirigencia estatal de Acción Nacional, cuya cabeza, José de Jesús Mancha Alarcón, mira con simpatía e incluso opera en favor del diputado federal originario de Soledad de Doblado, lo que ha provocado irritación en el grupo en lidera Juan Bueno.

Mientras tanto, otras fuerzas internas del albiazul, como Enrique Cambranis Torres y Víctor Serralde Martínez, parece que juegan con el score.

Bueno, por la contienda interna

El ex senador Bueno Torio, por su parte, apuesta por la contienda interna; sabe perfectamente que si la candidatura se determina por una designación directa del altiplano, sus posibilidades se esfumarían o, al menos, se reducirían de manera significativa; pero si la decisión queda en manos de los militantes panistas, podría dar la batalla y hasta quitarle a Yunes Linares una postulación que ya parece tener en el bolsillo el ex secretario de gobierno en los tiempos de Patricio Chirinos.

En el PRD, mientras tanto, los cercanos a Rogelio Franco han comentado que la candidatura de lo que denominan “Frente Amplio Opositor por el Rescate de Veracruz” prácticamente ya tiene dueño y éste es Yunes Linares.

Juan Bueno ha centrado su atención en los grupos panistas pero ha descuidado la relación con otras fuerzas políticas, donde podríamos decir que no ha caminado; en ese sentido, el actual diputado federal marcha un paso adelante que le cordobés.

Lo que todavía no determinan es el tema relacionado con las postulaciones a diputados locales; sin embargo, todo parece indicar que los perredistas tendrán 10 de los 30 distritos electorales veracruzanos; las otras dos terceras partes serían para los del blanquiazul.

La división de la oposición, poco probable

En el PRI, mientras tanto, las cosas no son tan claras; los seguidores de Héctor Yunes Landa celebran lo que parece ser una inminente postulación de su líder; por su parte, los simpatizantes de José Francisco Yunes Zorrilla, aunque no se ven del todo convencidos, creen que si no es Pepe, la mejor opción es la que representa el dirigente de Alianza Generacional.

El equipo que se mueve alrededor del gobernador Javier Duarte de Ochoa sabe que el escenario descrito con anterioridad no es conveniente para sus intereses, porque Héctor Yunes es el aspirante priista que menos garantiza una sucesión a modo, suave; sin embargo, si, ya como candidato, el de Soledad de Doblado fuera derrotado en una elección constitucional por el panista Miguel Ángel Yunes, la situación se complicaría aún más para el grupo en el gobierno estatal. Por ello cobra mayor sentido la frase que soltó el ejecutivo estatal durante su reciente reunión con columnistas veracruzanos: si no hay de dos, tampoco habrá de seis.
Así las cosas, si el tricolor no marcha en unidad a la elección del próximo año, estaría cada vez más cerca de entregar la plaza.

Por otro lado, la estrategia de dividir a la oposición o de impulsar a candidatos a modo, que en otros tiempos dio buenos dividendos a los priistas, parece que en esta ocasión no podrá implementarse porque la alianza PAN-PRD cobra cada vez más fuerza tanto entre la militancia de esos partidos como entre las dirigencias estatales y nacionales. @luisromero85