Enrico Pieranunzi es el pianista de jazz más importante de Italia y uno de los más destacados de Europa, tomo de su página web algunos episodios de su longeva y prolífica carrera:
- Ha publicado más de 70 CDs a su nombre, ya al piano solo, ya con formaciones que van del dueto, al trío, al quinteto. Además ha colaborado, en concierto o en estudio, con Chet Baker, Lee Konitz, Paul Motian, Charlie Haden, Chris Potter, Marc Johnson, Joey Baron y muchos más.
- Ha sido galardonado en tres ocasiones (1989, 2003 y 2008), como mejor músico italiano, en el Top Jazz que organiza anualmente la revista Música Jazz, y como mejor músico europeo, con el premio Django de Oro, en 1997
- Ha llevado su música a los escenarios de todo el mundo actuando en los festivales internacionales más importantes, desde Montreal a Copenhague, de Berlín a Tokio y a Madrid, de Río de Janeiro a Pekín.
- Desde 1982 ha viajado varias veces a Estados Unidos para dar conciertos varias ciudades como Nueva York, Boston y San Francisco.
- Fue muy destacada su participación en el Spoleto Festival 2007 (Charleston, Carolina del Norte) donde hizo conciertos a piano solo, dúo y trío.
- Es el único músico italiano de todos los tiempos, y uno de los pocos europeos, que ha tocado y grabado en el histórico Village Vanguard, de Nueva York (julio de 2009).
- La prestigiosa revista norteamericana Down Beat incluyó su disco Live in Paris (grabado en trío con Hein Van de Geyn y André Ceccarelli) en la lista de los mejores discos de la década 2000-2010.
Su currículum es bastante más extenso pero con esta muestra es suficiente para saber que nos encontramos frente a un viejo lobo de jazz, un músico experimentadísimo y con una obra sólida y personal, sin embargo, ha tenido que luchar contra un fantasma: la acusación de ser émulo de Bill Evans, influencia que nunca ha negado, sostiene que «Bill Evans era de otro nivel, hacía cantar la melodía con el piano» pero rechaza ser su copia fiel.
Ante tal acoso, en 2001 publicó el libro Bill Evans: Ritratto D’Artista Con Pianoforte que más tarde fue traducido al inglés con el título The Pianist as an Artist, y al francés como Bill Evans: Retrato de autor de l’artiste au Piano.
En una entrevista, reveló a Gianfranco Salvatore y Vincenzo Martorella los motivos que lo llevaron a escribir el libro:
«Yo estaba muy indeciso en hacerlo. A principios de 1990 recién había logrado convencer tanto al público como a la crítica de que tocar el piano de jazz y tener un trío no significa automáticamente ser un clon de Bill Evans. Había encontrado mi propio camino, original, de hacer música y el legado de Evans era parte del pasado. Así que escribir un libro sobre él podría haber parecido una especie de paso atrás. Cuando finalmente acepté me di cuenta de que tal vez la verdadera razón de escribir el libro no tenía tanto que ver con su música como con la combinación de la creatividad / autodestrucción. Quería explorar ese aspecto para entender por qué, con el fin de ser creativo, en la música y en otras formas de arte, uno debe tener que pagar un precio tan alto como el de Evans pagó. Quería denunciar ese trágico cliché absurdo que identifica ser artista con una enfermedad o incluso con la locura».
Aunque su romanticismo tiene otras fuentes como las influencias de Claude Debussy y Chet Baker, la de Evans ha sido la más señalada, especialmente a partir de 1984 cuando formó su primer «trío americano» con Marc Johnson y Joey Baron, agrupación con la que grabó varios discos y recorrió el mundo y cuyo sonido es, efectivamente, de una profundidad lírica exacerbada aunque no desprovista de swing.
El escritor y periodista Nat Hentoff lo define como «un lúcido pianista lírico, acompañado de un constante flujo de ideas. Es capaz de construir entramados musicales con una lógica interior apabullante. (…) posee un swing robusto y seguro sin perder su propio lirismo. Su música canta».
Hasta aquí, el pianista había encontrado un camino que recorría con fruición, y ganaba cada vez más adeptos que se identificaban con esa estética profunda y emotiva pero, como a todos, lo acechaba su lado oscuro y un día se soltaron las amarras de Mr. Hide. Mañana hablaremos de ello.
SEGUNDA PARTE: El lado oscuro, Mr Hyde │ Enrico Pieranunzi / II
https://www.youtube.com/watch?v=U7emaS6i_s4
https://www.youtube.com/watch?v=wFDKSB-ETJY