Por Gerónimo Rosete Pozos

En el Veracruz de la quiebra, de las deudas a proveedores, de los pensionados abandonados, de los recursos tardíos, de las quincenas en riesgo; es irónico saber que un solo ciudadano pueda, por voluntad política y vocación de servicio gestionar casi mil millones de pesos para invertirlos en obras para sus paisanos, de los cuales hoy nos ocuparemos solo de 244.

¿Usted qué haría con ese billetote?

Y claro que no es nada en comparación con los poco mas de 32 mil millones de pesos extras que el estado ejercerá en 2016, aunque dichos recursos sean el resultado del esfuerzo hecho por los diputados federales, representantes de los veracruzanos, logro que el gobierno estatal se quiere colgar pero que en el fondo (vale la pena el análisis posterior) tiene sus detalles, pues el destino de esos millones como ya es costumbre no será aplicado en temas fundamentales o de beneficio para la sociedad veracruzana.

Pero volvamos a los 244 millones de pesos gestionados ante el gobierno federal por un veracruzano; es de llamar la atención. ¿Cómo es posible que una sola persona pueda manejar dicha cifra y multiplicarla hasta casi los mil millones según tenemos entendido?, si todo el aparato gubernamental no ha sido eficaz en la aplicación de miles de millones en obras (porque no ha habido una sola el ultimo año), si, se sabe que vivimos un estado de desequilibrio económico, con falta de trabajo digno y bien remunerado para las familias, con miles y miles de paisanos que prefieren emigrar a otros estados o a otro país para encontrar mejores oportunidades de vida, uno se pregunta nuevamente ¿cómo le hace un veracruzano para obtener de su chamba como representante popular y gestor 244 millones de pesos?

Pues fíjese usted que nos referimos a un político que con esa cifra y un trabajo sin el respaldo del equipote gubernamental, sin los reflectores con que cuenta el aparato gubernamental, fuera del estado, se ha interesado en aportar desde su ámbito algo de obra e infraestructura en beneficio de su gente.

Ello quedó demostrado en cifras el pasado domingo, en un abarrotado World Trade Center; es más, su capacidad de convocatoria en la famosa comida del Rancho San Julián da muestra del nivel y peso que tiene el Senador de la República José Yunes Zorrilla en el altiplano, en su estado, al interior de su partido y la disposición para abrir un proyecto a todo aquel que tenga un interés honesto de servir a Veracruz.

A los 244 millones que nos referimos no los inventamos, ahí van las matemáticas: 85 millones de pesos para obras a cargo de la Comisión Nacional del Agua (Conagua); 45 millones del Programa Nacional de Conservación de Carreteras; 25 millones de Caminos y Programas Regionales de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT); y 89 millones 618 mil pesos para Acciones de Vivienda de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).

Insistimos, hablamos de menos de una cuarta parte del total de recursos bajados por el Senador (cerca de mil millones de pesos) e invertidos en distintos municipios del estado.

Da gusto, encontrarse resultados de esa magnitud, sabemos que igualmente el Senador Héctor Yunes ha hecho su chamba y se le reconoce; ambos, queda claro, tienen mucha más capacidad para llevar a buen puerto el destino próximo de nuestro estado, pues con una gran habilidad política y desde la tribuna más alta de México (el Senado de la República) alzan la voz por sus paisanos. A diferencia de quienes hacen su luchita desde acá, con campañitas de redes sociales, slogans absurdos e irreales, discursos triviales, comparecencias refritas del año pasado. Muestras sobran en el PRI y en otros partidos que hay políticos de mejor categoría que los actuales. Veracruz no ha cambiado, pero lo va a hacer. Escriba a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas