Confirmado; hoy toma posesión Cavazos Lerma como delegado del CEN del PRI

Fue en los últimos días del mes de noviembre de 1973 cuando don Teodoro Coutolenc Molina, periodista y operador político con el Subsecretario de Gobierno, Manuel Carbonell de la Hoz, me giró la invitación para participar en la organización del quinto informe de gobierno de don Rafael Murillo Vidal.

A mis 23 años, andar en esos menesteres era para mí motivo de gran orgullo. Fui al hotel Salmones donde me darían indicaciones y ahí encontré al maestro Rafael Junquera Maldonado, quien hacía las veces de Jefe de la Oficina de Gobierno, pues tenía concentrada toda la información de la administración estatal que le enviaron los funcionarios.

Hospedado desde hacía un par de meses, en una de las habitaciones del hotel, Rafa daba los últimos toques al documento que leería el gobernador ante los miembros del Congreso Local, el enviado del Presidente, los invitados especiales, los gobernadores de diferentes estados del país que acudirían a la cita con su amigo Don Rafa, los líderes de las principales organizaciones (CTM, CNOP, CNC), senadores y diputados federales y locales, la clase política priista y el pueblo de Veracruz, sobre la situación que guardaban las finanzas del estado.

Otros invitados, muy especiales, eran los enviados de los principales medios de comunicación del altiplano, las vacas sagradas del periodismo nacional, los que publicaban en los impresos de circulación nacional; a esos nos tocaba atender, procurar que su estancia en Xalapa fuera lo más agradable, facilitarles su trabajo con la entrega oportuna del informe (un tomo de más de cinco kilos) y estar pendientes de que las cosas marcharan bien.

Montamos la sala de prensa en el espacio que ocupaba el restaurante del legendario hotel Salmones: escritorios nuevos, máquinas mecánicas que se trajeron de las oficinas de gobierno, las mejores Olivetti, suficientes cuartillas en cada escritorio, diez líneas telefónicas disponibles, una botella de cogñac y una taza de café, también en cada escritorio, con un par de meseros listos para servir donde se les indicara con solo hacer una señal.

A Don Teo le hicieron llegar una caja llena de sobres, cada uno con el nombre del personaje a quien debería entregarse al momento de su despedida, cuando decidiera irse al concluir su trabajo, tal como fue. Hubo quienes por aquí concluyó la ceremonia, terminaron de escribir y dictar por teléfono su nota y se despidieron metiendo su sobrecito dentro de la bolsa del saco; otros permanecieron días en Xalapa, pidieron ir a conocer el puerto de Veracruz, donde comieron y de donde se les trajo de regreso, se pusieron unas guarapetas históricas y hasta que los requirieron en sus chambas o en sus casas partieron.

Fue una agradable experiencia ver cómo los mejores periodistas del país se conducían. Unos pidieron que se les llevara al Teatro del Estado, lugar del evento, y ahí vamos, a meterlos entre la multitud; grupos musicales por todas partes, bandas de guerra, matraqueros, trabajadores luciendo sus uniformes, todo Manuel Ávila Camacho convertido en una alfombra de papeles multicolores que daban fe del paso del gobernante y a entrar al teatro con el apoyo de un auxiliar de lo que hoy es la pomposa “ayudantía”, que en aquel tiempo era la escolta del Gobernador compuesta por tres o cuatro elementos, y como si la mirada del periodistas fuera un escáner, un tiempecito, un saludo a algún político y a regresar al bunker.

Qué espléndidas crónicas, qué trabajos tan profesionales, y es que las condiciones eran propicias para poder cumplir bien con los lectores; había abundante información en el documento del informe y un olfato periodístico único en aquellos personajes.

El documento del informe se podía abrir en cualquier lado y ahí estaba una nota de gran importancia: inversiones en todo el estado, infraestructura carretera nueva, hospitales y clínicas recién terminadas, cosechas históricas de distintos productos gracias al apoyo gubernamental, escuelas completas recién inauguradas, inversiones millonarias en cada renglón de la administración pública. Al día siguiente, la nota principal de los diarios más importantes del país tenían que ver con el informe del gobernante veracruzano, en este caso de Rafael Murillo Vidal, pero cada uno con una nota diferente, no se uniformaban los medios porque no había necesidad, sobraba buena información para cacaraquear.

Los diarios locales, plagados de planas de agradecimiento de los presidentes municipales por las obras realizadas a lo largo del año en sus comunidades por cuenta del gobierno; lo mismo de parte de las organizaciones obreras, del sector campesino y popular. El día del informe era “el día del gobernador” y se prolongaba cuando menos una semana.

Chirinos no pudo

Ese formato de informe se desechó cuando llegó Patricio Chirinos al poder. En el primer año, Don Pat o el Sargento Chiricuto, como le quieran decir, envió al Congreso una iniciativa para cambiar la forma de informar al pueblo con el argumento de la austeridad (en parte tenía razón, el informe representaba un gasto millonario), pero la verdad es que su problema de dicción impedía que pudiera leer de corridito y no debía exponerse a la lectura de un documento tan extenso, que le tomaba cuando menos tres horas a un gobernante, porque Chirinos lo hubiera hecho en todo un día.

Desde entonces, el mandatario solo acude al Congreso a entregar el documento y son los secretarios de despacho, uno por uno, los que se encargan de desglosar la información ante los diputados.

Un total desastre, porque la idea original de Chirinos no era mala, los diputados como representantes populares tenían la oportunidad de cuestionar a los encargados de cada área sobre los resultados de su trabajo, ahí, de frente, y al día siguiente los medios darían cuenta de los resultados, pero no fue así, si acaso en la primera legislatura en la que participaba como diputada la perredista Mariana Aguilar, quien con su grupo de auténticos asesores se preparaba para cada comparecencia y ponía a parir chayotes a los funcionarios.

Pero eso duró poco, luego vinieron los “moches” a los diputados de parte de los secretarios para que los trataran bien en sus comparecencias y todo quedara a modo del titular de la dependencia, les lanzan puras bolas bobitas para que las bateen y todos felices, los diputados cumplen con su delicada tarea de tapar las ineficiencias, los latrocinios y las irresponsabilidades de nuestros funcionarios.

Como dijera Jorge Saldaña, solo nos queda la nostalgia, el recuerdo de cuando tuvimos al frente del gobierno a políticos de carrera, comprometidos con los veracruzanos, esos que construyeron el estado que conocimos pero que hace once años no avanza… ¡Qué tiempos!

Nos aclara el PRI

En cumplimiento de nuestras obligaciones legales, damos paso a una carta que nos envían de la Secretaría de Administración y Finanzas del CDE del PRI.

Lic. Manuel Rosete Chávez, autor de la Columna APUNTES

Estimado Manuel

En su columna de hoy miércoles 18 de noviembre del año en curso, que se publica en medios impresos y digitales del estado, aparece información que alguien pudo hacerle llegar sin fundamento, en la cual refiere que el Partido Revolucionario Institucional ha dejado de cubrir el pago de cuotas al IMSS y otras contribuciones, lo cual es totalmente falso.

Existe orden y transparencia en la administración y las finanzas de nuestro partido, tal como lo ha instruido el presidente del Comité Directivo Estatal, Alberto Silva Ramos en el sentido de eficientar el uso de la prerrogativa que nos otorga el Instituto Nacional Electoral (INE).

Desde siempre y en estricto apego a lo que establecen las leyes hacendarias, el PRI cumple puntualmente con el pago de impuestos, así como de la nómina y honorarios a sus trabajadores. Debo ser puntual, quienes están incluidos en la nómina, gozan de todas las prestaciones a las que por ley tienen derecho como Seguro Social e Infonavit, mientras que en el caso de quienes nos prestan sus servicios por honorarios, son ellos quienes deben cumplir con el pago de sus contribuciones.

¡Estamos al corriente! Hace apenas unos días, la secretaría de Administración y Finanzas del partido, pagó en tiempo y forma lo correspondiente al mes de octubre 2015 por concepto de: ISR por sueldos y salarios, ISR por honorarios asimilados a salarios, cuotas del IMSS e Infonavit, 2% a la nómina, ISR e IVA retenido por servicios, lo cual puede ser constatado ante los organismos públicos correspondientes.

Por lo anteriormente expuesto y con fundamento en la Ley Reglamentaria del Artículo 6, párrafo primero, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia del Derecho de Réplica, solicito a usted de forma atenta y respetuosa, rectificar la información inexacta y falsa que se ha difundido en su leída columna.

Sabemos de su honorabilidad y su compromiso de informar con la verdad, por el bien de las instituciones públicas y de mantener el Estado de Derecho, pero sobre todo por el interés superior de las y los veracruzanos.

Sin otro particular, haga suyo nuestro respeto.

Reflexión

Habría que ver cuántos empleados del PRI cobran por nómina y cuántos por homorarios o recibos. Desde que me desempeñé como Secretario de Prensa y Propaganda de ese partido solo unos cuantos gozaban del privilegio de estar en nómina, la mayoría no y por eso los corrían cuando a un funcionario se le pegaba la gana: ¿Ya no? Escríbanos a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas