La Universidad Veracruzana no solo enfrenta dificultades financieras serias para concluir este año, que mantienen con el Jesús en la boca a autoridades y miles de trabajadores universitarios que ven acabar vertiginosamente el año sin que puedan sentir la seguridad de que se cumplirán en tiempo y forma sus derechos laborales; también ven en el horizonte de 2016, año electoral intenso, una merma real en los subsidios que recibe, por más que el secretario de Finanzas y Planeación, Antonio Gómez Pelegrín, se empeñe en tratar de convencer a todo mundo de que no habrá disminución presupuestal.

En medio de la dura guerra de declaraciones contra la Casa de Estudios (que comenzó el director del Instituto de Pensiones, Armando Adriano Fabre, con la revelación de un supuesto adeudo de la UV por más de 2 mil millones de pesos por el pago de pensiones y jubilaciones), lo declarado el viernes pasado por el titular de la Sefiplan inspira más preocupación que regocijo.

¿Por qué? Vean ustedes las cifras que el mismo Gómez Pelegrín manejó en un comunicado de prensa. Según el funcionario, en 2016 la UV recibirá un subsidio como aportación estatal de 2 mil 293.2 millones de pesos para su operación, lo que confirmaría que no se considera disminución alguna respecto al desgraciado año de 2015. Dicho monto representará el 52 por ciento de las aportaciones totales, que incluye el subsidio federal.

De acuerdo con el proyecto de presupuesto de egresos, los gobiernos federal y estatal contemplan para la Universidad Veracruzana un subsidio por un monto de 4 mil 586.4 millones de pesos. ¿Qué cantidad se le habría autorizado teóricamente para ejercer este año? 4 mil 583.3 millones de pesos. ¿Cuál es la diferencia entre una y otra cifras? La fabulosa cantidad de ¡3 millones 100 mil pesos!

Dicha suma representa apenas un incremento de 0.06 por ciento por lo que, aún con las cifras oficiales de una inflación anual de apenas 5 por ciento, el marginal incremento no servirá a la UV para actualizar varios rubros ya golpeados por la inflación, los incrementos naturales y la alta cotización del dólar.

Hay que recordar que cada principio de año (en el caso del SETSUV) y en agosto (Fesapauv), se negocian incrementos salariales que repercuten fuertemente en los egresos universitarios. Por ello, en términos reales sí habrá una disminución presupuestal, que se agravará si la Sefiplan tiene un comportamiento similar al del año presente, de retenerle casi el 90 por ciento del subsidio aprobado por la Legislatura local.

Politizada, la batalla de la UV por sus recursos

El problema es que, quiérase o no, el tema de las finanzas universitarias se ha politizado. La reunión sostenida por la rectora Sara Ladrón de Guevara con las comisiones de Educación y de Hacienda y Crédito Público del Senado, presididas por el exrector de la Universidad de Guanajuato Juan Carlos Romero Hicks y por el fuerte aspirante a la gubernatura de Veracruz José Yunes Zorrilla, respectivamente, fue tomado en Palacio de Gobierno como una declaración de guerra, dado el distanciamiento tan fuerte que existe entre el gobernador Javier Duarte de Ochoa y el senador peroteño.

La reunión en el Senado forma parte del intenso trabajo de cabildeo que Sara Ladrón de Guevara ha desplegado en los ámbitos local y nacional. Ya la ANUIES se pronunció al respecto y antes se reunió con diputados federales egresados de la casa de estudios. Anda en lo suyo, porque la asfixia financiera puede poner en riesgo incluso el proyecto de la universidad pública más importante del sureste del país. Pero lo de la reunión en el Senado caló hondo en Palacio de Gobierno.

Ello explica por qué casi inmediatamente el director del IPE, Armando Adriano Fabre, se lanzó a publicitar el tema de los ‘adeudos’ de la UV, superiores a los recursos retenidos por el gobierno estatal, que respondió horas más tarde la secretaria de Administración y Finanzas de la UV, Tula Guerrero, señalando que –conforme a la normatividad vigente– la casa de estudios ha cumplido al 100 por ciento sus obligaciones ante el IPE.

Egresado de la UV, a la que ahora quiere cobrar a lo chino algo que no está normado por las leyes locales (dichas obligaciones han sido cubiertas), Armando Adriano Fabre ha reiterado con torpes argumentos lo que se le ordenó, incluso señalando que los universitarios son los jubilados que más altas pensiones reciben. En esta semana veremos si los abogados la UV logran echar abajo los golpes mediáticos disfrazados de legalidad.

Otra reunión con Javier Duarte

Cuando todo parecía indicar que las exigencias pasarían de las redes sociales, la plataforma change.org y las declaraciones, a manifestaciones crecientes en las calles de Xalapa, y acaso de las ciudades donde la UV tiene sedes regionales, incluso con la excitativa clara de parte del diputado local priista Ricardo Ahued, quien recomendó pasar a la participación abierta de la comunidad universitaria en marchas y mítines callejeros, Duarte se volvió a reunir el sábado con la rectora Sara Ladrón de Guevara, acaso para evitar la posibilidad de incendiar el conflicto durante el mensaje por su V Informe de Gobierno de este domingo.

En la reunión con la rectora, el gobernador –según reza el comunicado oficial– “reconoció los compromisos adquiridos por el Gobierno del Estado en el convenio firmado ante las administraciones federal y estatal y la Universidad Veracruzana, donde se establecen los montos de las aportaciones que ambos gobiernos se comprometen en aportar a la institución de enseñanza superior”.

Incluso, Duarte le comunicó que la UV “no tiene ya ningún adeudo con el Instituto de Pensiones del Estado (IPE), ya que la gestión estatal, como responsable solidaria, ha liquidado la parte de recursos económicos que le correspondía a la Casa de Estudios aportar para garantizar el pago de las pensiones de los trabajadores jubilados universitarios”.

Se destaca que la reunión fue cordial y que no existe ningún conflicto entre el Gobierno del Estado y la UV. Eso no parecía en los días previos, pero viene bien que se limen las asperezas porque lo que está en juego es el destino de la principal formadora de recursos humanos profesionales en Veracruz.

Lo cierto es que lo que hace falta es que fluyan ya los recursos y que no suceda como en aquel desayuno en la UV, al que también acudió la esposa del gobernador como signo de buena voluntad. Y es que el tiempo apremia.

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