Al igual que en el distrito de Perote, donde todo apunta a que el alcalde de Altotonga, Carlos Morales Guevara, tiene prácticamente en la bolsa la candidatura del Partido Revolucionario Institucional a la diputación local, en los Tuxtlas dan como un hecho la postulación del oficial mayor de la Secretaría de Educación de Veracruz, Vicente Benítez González.
El distrito 25, con cabecera en San Andrés Tuxtla, parece a modo para el funcionario del gobierno del estado, que ha mantenido presencia y trabajo tanto en San Andrés como en Catemaco y Hueyapan de Ocampo, municipios que integran esa demarcación.
A las cada vez más frecuentes visitas a esos municipios y al trabajo de gestión que ha significado beneficios para esa población se suma un factor que puede ser determinante en las aspiraciones de Benítez González: el apoyo de los alcaldes, porque tanto Jorge Alberto Santos Azamar como Manuel Rosendo Pelayo, de Catemaco y San Andrés Tuxtla, parecen dispuestos a colaborar para llevarlo al Congreso local en 2016.
Al interior de esos municipios, por otro lado, no se observa una oposición fuerte, lo que aumentaría las posibilidades de que Vicente Benítez se convierta en diputado local. Los recientes resultados en Catemaco, San Andrés Tuxtla y Hueyapan hablan de una hegemonía priista que difícilmente romperán los partidos de oposición, dado el control político de los alcaldes: en las elecciones de 2013, las locales más recientes, el PRI ganó la diputación local con más de 41 mil 700 votos, 39.22 por ciento, superando al PAN por casi 20 mil sufragios; también se llevó San Andrés Tuxtla, cuyo candidato, Manuel Rosendo Pelayo, superó el 55 por ciento de la votación total.
En Catemaco, mientras tanto, Santos Azamar se ha convertido en un aliado del PRI, del gobierno del estado y, coyunturalmente, también del oficial mayor de la SEV.
Otro factor juega a favor de Benítez González en Los Tuxtlas: debido a que su proyecto no se contrapone a las aspiraciones de Rosendo Pelayo y de Santos Azamar, que no buscarán espacios y candidaturas el año próximo, esos alcaldes hoy prácticamente están sumados al funcionario estatal, cuya candidatura ya está cantada.
El problema para Vicente Benítez no es llegar a la diputación local, ya que el cargo estaría a tiro de piedra en caso de ser postulado, sino consolidar un proyecto regional que se convierta en un relevo generacional deseable en esa región.
Por otro lado, los aliados que hoy tiene el ex tesorero de la Secretaría de Finanzas del gobierno estatal, Santos Azamar y Rosendo Pelayo, podrían convertirse en sus futuros adversarios, sobre todo cuando los actuales alcaldes de Catemaco y San Andrés Tuxtla vean amenazadas sus hegemonías políticas en sus respectivas parcelas.
Carlos Morales, con la mesa puesta
Al igual que en Los Tuxtlas, donde parece definida la candidatura a la diputación local, en el distrito de Perote las circunstancias favorecen a Carlos Morales Guevara, quien forma parte de la cuadra del senador José Francisco Yunes Zorrilla.
Ante la ausencia de liderazgos regionales entre los alcaldes de su distrito, Carlos Morales ha crecido de manera considerable, acumulando un capital político que le podría representar la candidatura a la diputación local el año próximo.
Altotonga es, en términos demográficos, el municipio más importante de ese distrito, junto con Atzalan y Perote, que es la cabecera distrital.
La votación que se registra en esos lugares es muy parecida: ninguno llega a 25 mil ciudadanos en las urnas en cada proceso electoral; en 2013, Morales Guevara fue, de los tres candidatos priístas a esas alcaldías, el que menos votos logró, menos de 9 mil 300 le bastaron para alcanzar el triunfo; Paul Martínez Marie, de Perote, alcanzo 12 mil 700; en tanto que Orlando Bocarando, de Atzalan, superó los 11 mil 100.
Sin embargo, las circunstancias posteriores a la toma de protesta fueron ventajosas para el de Altotonga, que ha realizado un mejor trabajo en las comunidades de su municipio que los otros alcaldes de la región.
Orlando Bocarando decidió encerrarse en una ostra, probablemente porque sabe que su capital político no alcanza para más.
El caso de Martínez Marie es diferente: originario de San Rafael, llegó de rebote a la presidencia municipal de Perote, donde ha encabezado un ayuntamiento que no tiene pies ni cabeza y que se ha caracterizado más por sus errores (como la intención de pavimentar un camino en los terrenos de la Fortaleza de San Carlos, que es patrimonio histórico) que por sus aciertos y trabajo en ese lugar. Por si fuera poco, Paul Martínez no ha trascendido como alcalde y los comentarios de los habitantes del lugar son generalmente de crítica a su administración.
Ante dicho escenario, en Perote la mesa está puesta para el alcalde de Altotonga, que sin ser el mejor aspirante posible a la diputación local, ha hecho lo suficiente en su municipio, en materia de obra y trabajo social y político, para que se le vea como el menos malo al interior del PRI. @luisromero85