Si antes del próximo fin de semana no hay veto de última hora por parte de la residencia presidencial de Los Pinos a los acuerdos pactados entre el dirigente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y el gobernador Javier Duarte de Ochoa, el siguiente domingo el diputado federal por Tuxpan, Alberto Silva Ramos, asumirá la presidencia del Comité Directivo Estatal del partido tricolor en un evento masivo que tendrá lugar en el World Trade Center de Boca del Río, el cual servirá no sólo para mostrar el músculo priista de cara a la sucesión gubernamental del año entrante sino también para cerrar filas en torno al jefe del Ejecutivo estatal, contra el cual ha arreciado otra campaña de ataques mediáticos al considerarlo un lastre para el priismo que pone en riesgo la gubernatura de 2016 y, por ende, la Presidencia de la República de 2018.

Así, pues, de consumarse la asunción de su ex secretario de Desarrollo Social y ex coordinador de Comunicación Social, el gobernador Duarte de Ochoa estará mandando un rotundo mensaje a sus detractores que políticamente ya lo daban por muerto desde 14 meses antes de que concluya su polémico sexenio, al esparcir el infundado rumor de su inminente separación de la gubernatura, bien para incorporarse al gabinete del presidente Enrique Peña Nieto o, inclusive, mediante el desafuero, que en la real politik es una versión totalmente descabellada.

Del grupo de Duarte de Ochoa, el ex alcalde tuxpeño es uno de los más allegados al mandatario estatal. Además ha cultivado relaciones políticas y de poder con funcionarios y parientes mexiquenses muy estimados por el presidente Peña Nieto, entre ellos el flamante titular de la SEP, Aurelio Nuño, y el ex gobernador Alfredo del Mazo González, quien en diciembre de 2011 asistió a Tuxpan a su primer informe de su administración municipal.

De la camada duartista de diputados federales que han sido mencionados como aspirantes a la gubernatura, Silva Ramos es el único que no ha presidido aún el PRI en Veracruz. Erick Lagos Hernández, coordinador de la diputación priista veracruzana, ya dirigió el partido tricolor al igual que Jorge Carvallo Delfín, uno de los 16 vicecoordinadores parlamentarios recién nombrados en la LXIII Legislatura por el líder de la bancada del Revolucionario Institucional, César Camacho Quiroz, quien asistiría también a la ceremonia de toma de protesta del tuxpeño el próximo domingo en el WTC de Boca del Río.

Además fue el único diputado duartista, químicamente puro, que obtuvo una presidencia en el reparto de las comisiones legislativas. El otro priista veracruzano, Oswaldo Cházaro Montalvo, llegó a la diputación por la vía plurinominal y preside la Comisión de Ganadería por ser el dirigente de la Confederación Nacional Ganadera (CNG).

Obviamente no han faltado los simpatizantes de Silva que han comenzado a especular sobre la posibilidad de que el legislador tuxpeño aún pudiera ser encartado en la próxima sucesión gubernamental, pero sólo serían buenos deseos. Y es que todo hace suponer que su designación en la presidencia del CDE del PRI en sustitución del boqueño Alfredo Ferrari Saavedra, quien ha hecho un decoroso papel en la dirigencia partidista, habría sido pactada por parte del grupo gobernante para servir de puente con quien finalmente sea el candidato nominado y de paso buscar contener a Miguel Ángel Yunes Linares, principal detractor del régimen saliente y aspirante a la candidatura común de la anunciada alianza PAN-PRD.

No fue casual que precisamente hace un mes, a principios de septiembre, recién instalados en la LXIII Legislatura federal, Silva Ramos encabezara a los 20 diputados federales veracruzanos del PRI y PVEM en la conferencia de prensa convocada para exigir a la Procuraduría General de la República que diera curso a la averiguación previa número AP/PGR/UEIDCSPCAJ/FECCSPF/M-VII/077/2015 abierta contra Yunes Linares por el presunto desvío de 159 millones de pesos que le “observó” la Auditoría Superior de la Federación en la compra de medicamentos durante su gestión como director del ISSSTE en el periodo 2006-2010, además de solicitar que se le investigara también por cuatro cuentas bancarias que por más de 100 millones de pesos le habrían sido detectadas en el extranjero.

Aunque realmente se duda que la indagatoria ministerial vaya a desembocar en el desafuero del legislador panista –quien acaba de ser políticamente blindado por el CEN del PAN al proponerlo como presidente de la Comisión de Seguridad Pública–, hace unos días se filtró a los medios de comunicación un oficio de la PGR fechado el pasado 28 de septiembre, en el que se involucra a familiares políticos y consanguíneos muy cercanos a Yunes Linares con cinco empresas que actualmente están bajo investigación por presunto lavado de dinero y delincuencia organizada.

El arribo de Silva Ramos a la presidencia del CDE del PRI sería, pues, un indicio más de que el candidato priista a la gubernatura no será el senador Héctor Yunes Landa, primo hermano de Yunes Linares, quien hace un par de semanas volvió a distanciarse políticamente del gobernador Duarte de Ochoa molesto por la caña de pescar que por su cumpleaños le regaló públicamente al legislador en el acto de toma de protesta de su compadre Juan Carlos Molina Palacios como dirigente estatal de la CNC, para que capturara a los “peces gordos” de la familia Yunes del PAN que viven en El Estero.

¿El candidato será entonces el otro senador priista Pepe Yunes Zorrilla, quien recientemente se reunió en privado con el presidente del CEN del PRI? La asunción del tuxpeño ha desatado obviamente el morbo político. No faltan quienes preguntan si Héctor Yunes asistirá al evento o si romperá de una vez con su partido. Y la gran interrogante es si vendrá su compadre Beltrones y cuál será su discurso ante el gobernador Duarte y su verdadero “delfín” para la sucesión estatal que está al borde del descarrilamiento.

Los Yunes vetan a Beto

Por lo mientras, la tarde de este lunes el senador Pepe Yunes Zorrilla le declaró al periodista José Ortiz Medina, director general del diario digital Versiones.com.mx, que “no avala” la llegada de Alberto Silva Ramos a la dirigencia del PRI en Veracruz, puntualizándole que “no es una cuestión personal”, sino que el diputado federal tuxpeño “representa a una corriente política con la que ha hecho patente sus diferencias”.

¿Habrá marcha atrás o el gobernador Javier Duarte se saldrá con la suya? El desenlace está por verse, pues anoche el otro senador y aspirante priista a la gubernatura, Héctor Yunes Landa, también emitió un comunicado pronunciándose en contra del cambio de presidente del CDE del PRI, avalando la efectividad de la dirigencia encabezada por Alfredo Ferrari Saavedra en el proceso electoral federal del pasado 7 de junio.