Finalmente cupo la cordura en el tema de las finanzas de la Universidad Veracruzana y lo que hace meses debió realizarse ayer tuvo su culmen con la reunión distendida, relajada, que el gobernador Javier Duarte de Ochoa, acompañado de su esposa Karime Macías, sostuvo con la rectora Sara Ladrón de Guevara y funcionarios universitarios.

Aunque las confrontaciones fueron ríspidas en los últimos 20 días, con señalamientos de una y otra parte, desplegados, declaraciones y señalamientos sobre el monto de lo que el gobierno estatal ha dejado de transferir a las cuentas de la máxima Casa de Estudios (la última, mediante un desplegado de la Junta de Gobierno y su respuesta en una carta pública signada por Duarte), lo que la mañana de este miércoles buscaron poner de relieve las partes es, uno, que no hay tal divorcio o rompimiento entre el gobierno estatal y la UV, y dos, que antes de que concluya el año quedarán en cero los adeudos y pagos pendientes, con base en un calendario de transferencias que elaborarán la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) y la Secretaría de Administración y Finanzas de la Universidad.

Lo contrario hubiera sido enardecer el espíritu de lucha ya no de la Rectora, quien tuvo su periodo de paciencia hasta que salió a todos los foros para presionar por una salida al grave ahorcamiento financiero a que estaba sometida la casa de estudios, sino de la comunidad universitaria, a la que se unirían (en momentos tan álgidos, casi de revuelta social, como los que enfrenta el país) organizaciones sociales y políticas, más de una interesada en utilizar el conflicto para llevar agua a su molino, justo en los prolegómenos de la batalla electoral de 2016.

No parecía prudente para la situación política de la entidad que de pronto se abrieran tantos frentes, tantos conflictos, como los que ya se mantienen en la agenda incluso con miembros del mismo PRI, con los empresarios renuentes a mitigar los apuros financieros del gobierno estatal mediante un incremento del 50 por ciento en el impuesto a la nómina, con los Yunes boqueños abriendo boquetes mediáticos, con una prensa nacional sensible a lo que ocurre en Veracruz y dispuesta a brindar altavoces a los temas candentes como la crisis financiera, la creciente ola delictiva, los casos de corrupción y la situación de vulnerabilidad de los comunicadores.

Pero mientras la rectora Sara Ladrón de Guevara ha logrado un principio de acuerdo para evitar que la UV caiga en un colapso en sus finanzas, en otros frentes las cosas parecen no tener una voz que permita recuperar los equilibrios. Un ejemplo claro es el Poder Judicial.

Los que prefieren callar

En efecto, el Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Alberto Sosa Hernández, no parece preocuparse por pelear por recursos que han sido igualmente retrasados, al grado de que hace unas semanas apenas había recibido menos del 40 por ciento del presupuesto aprobado para todo el año, con lo que se ha dado al traste con la dotación de infraestructura que se requiere para poner en marcha el nuevo modelo de justicia penal adversarial, que requiere de instalaciones adecuadas, como la construcción y equipamiento de salas para juicios orales.

Incluso, hace unos 15 días saltaron con enojo las asociaciones de abogados de Martínez de la Torre donde el propio Magistrado Presidente había anunciado la pronta construcción de la denominada Ciudad Judicial, un sitio necesario que permitiría el desarrollo adecuado de los asuntos judiciales en tan importante región y harían posible la impartición de una justicia pronta y expedita. Pero no es el único caso. Por doquier se respira un ambiente de ofuscación porque tan importante tarea sigue adoleciendo de espacios dignos para resolver el creciente número de litigios que, por otra parte, quedan postergados ante la falta también de personal suficiente y preparado para resolverlos conforme a la ley.

En el caso de los ayuntamientos, muy pocos han sido los alcaldes que han cruzado el umbral de los buenos modales políticos y se han arriesgado a divulgar en los medios de comunicación las penurias financieras derivadas de la postergación de la transferencia de los recursos considerados y aprobados por la Legislatura del Estado para sus respectivos planes de arbitrio.

En esa lenta, lentísima, gotera por el que la Sefiplan deriva esporádicamente recursos tanto federales como estatales a los municipios, las obras consideradas han pasado de ser una ilusión para los pobladores y un reconocimiento de estos hacia sus autoridades locales, en razones poderosas para repudiar a los alcaldes y en preparar el terreno para que otros partidos políticos tomen la estafeta en 2017.

Como el perro de Tía Cleta

Las cosas parecen no funcionarle al senador Héctor Yunes Landa en su lucha por reivindicarse y recuperar terreno rumbo a la candidatura priista al Gobierno de Veracruz, tras el Caña Gate aplicado el domingo por el gobernador Javier Duarte de Ochoa, durante la toma de protesta del nuevo dirigente campesino en la entidad.

Dice el dicho y dice bien que el que se encabrona pierde. Y pareciera que el choleño no acaba por digerir el golpe asestado, en plan de filoso chistorete, por Javier Duarte. Ha dado continuas declaraciones para tratar de reparar el daño, luego de haber reaccionado con mucho retraso al golpe que no se esperaba de su supuesto aliado, y lo último ha sido su entrevista con el titular de la Auditoria Superior de la Federación, Juan Manuel Portal Martínez.

Ya lo había anunciado en sus momentos de mayor efervescencia colérica: acudiría con el Auditor para conocer de cerca la situación jurídica de los famosos peces gordos de la corrupción en el gobierno duartista. Y fue.

Lo que el senador Héctor Yunes Landa no ha mencionado públicamente es de qué trató en su encuentro, cómo está la situación jurídica de los señalados como ejecutores de actos de corrupción que habrían derivado en el desvío de miles de millones de pesos de fondos federales, cuál es el estado del arte de la supuestas denuncias presentadas por ese órgano del Congreso de la Unión ante la Procuraduría General de la República y qué hará él con lo que se esté fraguando al respecto.

Este mismo miércoles, el experredista Miguel Elías Moreno Brizuela, quien se apresta a registrarse como candidato independiente desde la izquierda a la gubernatura de Veracruz le recetó severos cuestionamientos y propuestas que llevan cola.

Esto fue lo que le dirigió como reto público:

“He seguido con atención los sucesos y declaraciones derivados de aquel evento en el que el Gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, te obsequió públicamente una caña de pescar en clara alusión a tus declaraciones en las que asegurabas que, de conseguir la gobernatura del Estado, irías tras los «peces gordos». Al día siguiente, enviaste de regreso a Casa Veracruz dicho objeto, acompañado de un comunicado en el que decías textualmente «Le devuelvo al gobernador su caña que sólo sirve para charales. Me es inútil, si quiere ayudarme, que me envíe un barco para pescados de gran tonelaje. Apenas será suficiente para lo que vendrá». Del mismo modo, estoy enterado que el día de ayer sostuviste una reunión con el auditor superior de la federación, en donde tocaste temas referentes a la situación actual de nuestro Estado.

“A pesar de que personalmente considero que tu respuesta fue tardía, no le resto su importancia, por el contrario, veo con agrado que en este ámbito tengamos puntos de coincidencia. Puesto que fue un servidor el primero en mencionar mi intención de aplicar el peso de la ley a todos aquellos funcionarios que se han enriquecido a costa de erario público estatal y han sumido a Veracruz en la desgracia. Desgracia que se refleja en la insultante deuda pública de nuestra entidad, misma que me permito recordarte tú aprobaste parcialmente cuando fuiste presidente del Congreso del Estado.

“Sabiendo que el cargo público que hoy ostentas te permite tener acceso a una mayor información y a diversos archivos respecto a la verdadera situación financiera actual de Veracruz, y que en tu pasada reunión con el auditor superior de la federación seguramente tuviste conocimiento de las anomalías existentes en la cuenta pública estatal, te emplazo a que en un tiempo no mayor a setenta y dos horas acudamos juntos a las instalaciones de la procuraduría general de la república a presentar una denuncia de hechos en contra de los funcionarios probables responsables de la desgracia financiera de Veracruz.

“A muchos veracruzan@s todavía no nos convencen que los hechos ocurridos el domingo pasado sean veraces; en la opinión pública, en la sabiduría del pueblo, se tiene la hipótesis que aquel evento fue en realidad un montaje con fines electorales.

“De aceptar mi emplazamiento, estarías demostrando no sólo que tu distanciamiento y oposición a este mal gobierno es genuino, sino también que efectivamente tu objetivo es combatir a fondo la corrupción. Asimismo, de aceptar mi propuesta, y después de una congruente renuncia al partido revolucionario institucional, te invito a que juntos trabajemos en la ruta ciudadana independiente para buscar las soluciones de fondo que nuestro querido estado necesita”.

Cómo la ve. Al senador Héctor Yunes le pasa como al perro de doña Cleta, nada más asoma el chipo… y le rompen la jeta.

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