Como reguero de pólvora se expandió este martes 1 de septiembre en redes sociales un ‘reportaje’ firmado por Alasdair Baverstock para el portal Daily Mail de Inglaterra, en que con extraordinario sensacionalismo califica a la Universidad Veracruzana como la más peligrosa del mundo.
Desapariciones, secuestros, palizas y epidemias de dengue y chikungunya parecen convertir las instalaciones universitarias en un escenario de muerte y desolación.
Sin contar con instrumentos estadísticos oficiales, el periodista señala que, ante las maldiciones bíblicas que asolan los campus universitarios, el 22 por ciento de los estudiantes (cerca de 14 mil) no habrían acudido a clases por temor a ser víctimas de plagas o criminales.
Señala que la Universidad Veracruzana es el lugar más peligroso para estudiar en el país. En esta institución académica, con base en la ciudad de Xalapa (capital del estado de Veracruz), sólo un 78% de los estudiantes regresan para comenzar el próximo año académico, debido a que está atravesando por un periodo muy turbulento.
Para colmo, los comentarios al respecto frisan en la demencia: hay incluso una lectora que plantea que Estados Unidos debiera invadir militarmente a México para convertirlo en parte de su territorio y acabar con estos males.
La lectora australiana escribe: “Nadie va a estar de acuerdo conmigo. Pero sería mucho mejor si los EEUU tomaran por completo México. Sería posible que la mayoría de los cárteles de la droga y los asesinatos desaparecieran de manera bastante rápida. Creo que los EEUU finalmente se hará cargo y México se convertirá en otro estado de los Estados Unidos”.
En la lógica xenofóbica no se mide el impacto que el consumo de drogas y el trasiego de armamento desde Estados Unidos sea la causa más importante para que los mexicanos estemos viviendo un infierno de violencia y, mientras allá se legaliza el consumo, nuestros gobiernos prefieran dilapidar recursos en una guerra sin sentido.
Las dudosas cifras
No cabe duda de que Veracruz vive un periodo de renacimiento de la violencia criminal y las policías estatales y federales se muestran cansadas. Ante la multiplicación de los hechos delictivos, las denuncias ciudadanas se enfocan en la inmovilidad de las policías para reaccionar y para investigar. También, que muchos de los miembros de la comunidad universitaria han sido víctimas tanto de los grupos criminales como de escuadrones parapoliciacos creados para amedrentar el activismo y la protesta social.
El periodista se refiere al ataque sufrido el 1 de junio por ocho jóvenes universitarios por parte de 10 hombres enmascarados y armados con machetes y bates de beisbol, quienes irrumpieron en un departamento cercano a la Unidad de Humanidades para mandar a los estudiantes al hospital, un crimen por cierto que ha quedado en el limbo de la Fiscalía General del Estado, lo que fortalece la hipótesis de que fue un ataque perpetrado por cuerpos estatales, en vísperas de los comicios federales intermedios del 7 de junio.
Lo que le sigue parece una crónica desde el hotel en que habría estado hospedado cómodamente. Aunque las cifras oficiales señalan que la entrada del chikungunya ha empezado a manifestarse en el sur de Veracruz, para Baverstock las cosas son realmente de terror: señala que la reciente infestación del mosquito Aedes Aegypti se ha traducido en más de 250 casos de chikungunya en las ‘residencias’ de estudiantes debido a la mala gestión de los residuos. La UV no tiene residencias para estudiantes.
También se refiere a los casos de secuestros y señala que en los últimos dos meses se han multiplicado: habla de más de 20 raptos de los cuales solo 16 víctimas han conseguido rehacer sus vidas. Se refiere al caso del universitario René Hernández Luis.
Sin identificar a sus informantes, ni siquiera al supuesto portavoz de la propia universidad (aunque una versión aparecida en español en el portal actualidad.rt.com señala a Edgar Onofre, director de prensa), salvo el de dos estudiantes, Carlos Landa y José Antonio Castañero, a quienes contactó por correo electrónico, el reportero se solaza con frases de verdadera ficción. Uno de estos estudiantes ‘entrevistados’ señala:
«¿Quién optaría por ser un estudiante aquí cuando lo único por lo que esta ciudad es conocida es por el crimen?, sentencia el estudiante, quien durante la última década ha sido testigo de más de 4.000 secuestros y desapariciones de residentes de Xalapa”.
La falta de seriedad del periodista raya en la imbecilidad. ¿Por qué no contrastó los datos con las cifras no solo oficiales sino incluso de organizaciones civiles como Alto al Secuestro? ¿Quién puede creer en su ‘reportaje’ cuando falta a la verdad? ¿Para qué hizo un viaje tan largo, si es que lo hizo, para solo consultar fuentes tan endebles?
Al final aborda un tema prevalente, la situación financiera de la Universidad Veracruzana. Según su informante oficial, la UV está lejos de ser solvente, lo que ha provocado numerosas huelgas de personal (hasta el momento no se ha registrado una sola, salvo paros temporales), cancelación de clases y un éxodo masivo de sus principales académicos a otras instituciones. «Tal y como está el crimen y sin dinero para continuar, resulta difícil que la universidad continúe mucho más tiempo como hasta ahora», indica el portavoz de la institución.
¿Existe una situación de criminalidad en Veracruz?
Por supuesto que todos los sectores de la población en la entidad han debido sortear, a veces con sus propios recursos, la creciente criminalidad y violencia que se ha enseñoreado de Veracruz a raíz del gobierno de Javier Duarte de Ochoa.
Según el reportaje del Daily Mail, la tasa de criminalidad en el estado de Veracruz se ha incrementado año tras año desde que el gobernador Javier Duarte de Ochoa asumió el cargo en 2010; de hecho, Xalapa registra alrededor del 40%. Según cifras oficiales, en 2010 fueron asesinados 395 varones adultos, mientras que en 2014 se estima que fueron más de 700. Además, el negocio del crimen organizado se ha convertido en «la industria» más grande del estado.
En este espacio hemos documentado la situación angustiante que viven algunas ciudades del estado, como Poza Rica y Coatzacoalcos, y cómo la violencia criminal se ha cebado con los veracruzanos por todos los rumbos de nuestro territorio. El portal británico incluso se refiere a los 14 periodistas asesinados desde 2011.
Un reportaje completo sobre la criminalidad en el estado y sus repercusiones en ciudades, comunidades e instituciones educativas como la UV habría sido importante para dar a conocer lo que acá acontece. Lo que me parece desorbitado es el título y los argumentos que debió esgrimir el reportero para justificarlo: ¿la UV es la universidad más peligrosa del mundo? ¡Al diablo con ese cuento!
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