“Quién pudiera ser El Chapo, para construir un túnel que me lleve a tu corazón” Piropo callejero
El diccionario lo define como la acción de ejercer la dirección, la administración y el control de un estado, ciudad o colectividad. Esto incluye la aplicación correcta de las leyes y la inversión de los recursos públicos en obras de beneficio de la colectividad.
Hasta hace unos años los políticos que lograban un cargo público se aplicaban en hacer su trabajo lo mejor posible, en realizar el mayor número de obras y en heredar a sus sucesores arcas con recursos y bien documentadas (transparentes) las acciones de su gobierno, eso representaba el capital político más importante para sobrevivir en el medio, a esos ciudadanos se les llamaba políticos profesionales, de carrera.
Anteponían todo, incluso su propia salud, con tal de cumplir con los ciudadanos. Mantenían las puertas de sus oficinas abiertas para que cualquier gente los pudiera ver y plantear los problemas que fueran, propios del ramo de administración pública que les tocaba atender.
En los casos de alcaldes, gobernadores y presidentes, antes de aventarse a una campaña político electoral, a someterse al escrutinio popular en las urnas, elaboraban proyectos de trabajo basados en las necesidades más apremiantes de quienes pretendían gobernar y, apenas se sentaban en la silla oficial y a darle, a cumplir con los compromisos.
Los proveedores del gobierno (de los tres niveles) eran comerciantes dedicados al ramo y los encargados de realizar las obras, pues los constructores.
Los colaboradores de un político de esos eran generalmente personas muy capaces, con estudios, incluso con especialidades cursadas en universidades serias, de manera que se formaban equipos que eran auténticos trabucos, y así caminaban por la administración pública teniendo como carta de recomendación las obras realizadas.
De momento, todo comenzó a cambiar, los funcionarios ya no fueron los profesionales de antes, comenzaron a imponer en cargos muy delicados a auténticos burros, obviamente amigos de los gobernantes; esos mismos personajes se encargaron de abrir negocios para autocomprarse, haciendo de lado a los proveedores, y fundaron sus propias constructoras.
Otros que no lo hicieron así se fueron por el camino más corto, comenzaron a pedir cuotas o porcentajes de utilidad a cambio de comprar o contratar obra, la función pública se prostituyó a grado tal que los cargos de todo tipo los comenzaron a ocupar mercenarios a quienes ni por asomo se les ocurre que lo primero que deben hacer para honrar el cargo y actuar con lealtad a quien se los dio es trabajar a favor de los ciudadanos, usar el dinero que pasa por sus manos en inversión pública, para lo que es, en resolver los grandes problemas sociales.
Los valores se invirtieron, el capital político de quienes trabajan dentro de la administración pública ya no es el de antes, hoy lo que más cuenta es la imagen, la aceptación ciudadana, la percepción, lo que digan las encuestas sobre su persona, estar bien en las redes sociales, que les tomen su mejor ángulo en las fotos que van a los impresos y en los videos que van a las televisoras; eso para ellos es el capital político más importante, por eso es que se han olvidado de cumplir con su obligación real de gobernar.
El asunto es que los ciudadanos, afectados por esta nueva forma de ver y hacer política, ya están hasta la madre, la infraestructura carretera es una ruina, las clínicas del sector salud no tienen con qué curar a sus enfermos, la educación no mejora y los centros escolares carecen de las condiciones idóneas para la enseñanza; la inseguridad cada vez es más acentuada y nos sentimos amenazados todos, el desempleo se agrava, las finanzas están en el fondo del precipicio y todo está mal, menos los funcionarios que ocupan los cargos más importantes de la administración; ellos sí han prosperado en muy poco tiempo acumulando inmensas fortunas que apenas hace diez años no tenían.
Todo esto lo comentamos a propósito de las aspiraciones, legitimas, de muchos veracruzanos, de diversos partidos políticos y hasta independientes, que se han pronunciado por buscar la gubernatura, sin mencionar hasta el momento cómo van a gobernar si llegan a la meta.
No se trata de reestructurar deudas y permitir impunidades; quien llegue tiene que llamar a cuentas a quienes en vez de cumplir se dedicaron a robar, les tienen que quitar lo sustraído de las arcas y los tienen que someter a la acción de la justicia, ese será un buen principio.
Seremos mayoría en el congreso
A un mes y medio de la elección que definió las nuevas diputaciones federales, se observan con frialdad los números y el resultado que arrojan es que al menos en la bancada del PRI, la representación veracruzana en la próxima LXIII legislatura federal tendrá una fuerza especial ganada por el mayor porcentaje de votación que obtuvieron a nivel nacional. Érick Lagos Hernández, virtual coordinador del rebaño tricolor veracruzano, registró el 64.7 por ciento de la votación, seguido de Sofía de León Maza con un 54 por ciento de los sufragios, que obtuvo de manera inobjetable en el distrito de Pánuco, lo cual le hizo merecedora a quedar en el lugar 14 de la mejor votación obtenida por el PRI a nivel nacional y seguramente así tendrá la oportunidad de ganar un espacio importante en la composición de las comisiones legislativas para bien de Veracruz. Con eso queda demostrado que en el caso de Sofía De León, hay una muestra clara de que las nuevas caras del PRI en el estado son bien recibidas por el electorado, las cifras no mienten.
Juan Bueno califica como desastrosa a la administración
El gobierno de Veracruz es un desastre y así lo prueban las 15 denuncias que presentó en su contra la Auditoría Superior de la Federación (ASF) por la simulación en la devolución de los recursos malversados, señaló el diputado federal Juan Bueno Torio.
El panista le respondió al presidente de la Comisión de Vigilancia del Congreso local, Francisco Garrido Sánchez, y dijo que los únicos interesados en lastimar a Veracruz son los funcionarios corruptos que desvían recursos del Estado.
Indicó que, a pesar de que el Gobierno quiso “taparle el ojo al macho” y engañar a la ASF con la supuesta devolución de los recursos que le valieron observaciones a la Cuenta Pública, no lo logró pues al retirar el dinero la ASF le dio seguimiento al tema y ahora enfrentan 15 denuncias ante la Procuraduría General de la República (PGR).
Reflexión
Héctor Yunes promete poner orden, si fuera electo gobernador, pero… ¿y los corruptos, y los que saquearon las arcas y los que nos robaron, qué?. Escríbanos a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas