Bueno, todo hace indicar que el tiempo de la incertidumbre y los pleititos empobrecedores pronto va a dar paso a una etapa luminosa de proyectos y acción constructiva en la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado de Veracruz.

Y es que por fin, después de un largo oscurantismo, en unos días más la Liga volverá a contar con una estructura estatal. Si se hace así, en el congreso nacional cenecista que se celebrará en este 2015 va a participar una delegación veracruzana legítima y no una vetada como la de hace un año.

Los tiempos en Veracruz ameritan cambios y renovación de estructuras. Una de ellas se tiene que dar en la CNC.

El proceso de transformación de la Liga arrancó cuando Bertha Hernández Rodríguez se decidió a dejar por fin la silla libre. Hace casi un año, el domingo 27 de julio de 2014, el Consejo Político y de Desarrollo Rural de la Liga le aceptó la renuncia. De principio, el acto en que se conoció y aceptó la petición de salida de la lideresa tuvo que hacerse en una sede alterna, porque el vetusto edificio agrario, ubicado frente al Mercado de San José en Xalapa, estaba tomado por un pretendido Frente Democrático, que integraban algunos exdirigentes de la Liga en el estado.

Una vez consumado el cambio, Edgar Díaz, diputado local por Chicontepec, quedó al frente de manera interina… y empezó la rebatinga.

A partir de ahí, fueron muchos los que levantaron la mano para dirigir la organización estatal, pero muy pocos los que permanecieron leales a la CNC nacional y a quien tomó las riendas como su dirigente, el senador Manuel Cota Jiménez.

Otros le fallaron al “primer priista de Veracruz”, y la lista se fue reduciendo.

Ya con el cambio inminente, quien ha logrado permanecer en el ánimo de la estructura cenecista y de los consejos supremos indígenas de Veracruz, es el misanteco Fernando Hernández Flores, quien representa el nuevo rostro social que une a las trabajadoras y los trabajadores del sector agrario.

Lo digo con conocimiento de causa (y efectos): Fernando es honesto, capaz, transparente y conciliador. Y además, es un activo fijo entre la militancia histórica de la Liga. Se formó en las juventudes agraristas y ha permanecido en ellas siempre sumando a los intereses de los campesinos, en particular los de origen indígena, como es su caso.

Pronto saldrá la convocatoria y continuará el proceso que debe llevar a un buen líder a la histórica organización agraria.

Hay que tomar en cuenta que Hernández Flores fue el primer cenecista que apoyó al senador Manuel Humberto Cota Jiménez cuando buscaba la dirigencia nacional de la Confederación. A ambos los une la amistad, pero más el compromiso con el sector agrario. Esto es muy importante, porque para que la Liga funcione bien, necesita estar bien con la dirigencia nacional. Y también con el estado: Fernando es aliado leal del “primer cenecista veracruzano”, el gobernador Javier Duarte de Ochoa.

Pero además, Hernández Flores trae un proyecto definido e inteligente… al que me referiré en la siguiente entrega de “Sin tacto”, si me permiten.

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