A la semana siguiente de las elecciones federales del pasado 7 de junio –en las que su partido, el PRI, en alianza con el PVEM obtuvo un excelente saldo con triunfos en 16 de los 21 distritos electorales del estado–, el gobernador Javier Duarte de Ochoa comenzó a reunirse en Xalapa y otras de las principales ciudades del norte, centro y sur de la entidad con editores y comunicadores de cada región.
En la capital del estado, donde primero convocó a una comida en Casa Veracruz con columnistas y ejecutivos de medios impresos y electrónicos, y luego, cuatro días después, a un desayuno con más de 300 comunicadores, Duarte de Ochoa dijo en ese encuentro con motivo del Día de la Libertad de Expresión que su gobierno se ha dado a la tarea de responder a las necesidades y a los nuevos tiempos que se viven, desarrollando las políticas públicas que la sociedad merece y necesita para crecer y fortalecerse.
“Para adaptar a las instituciones y a la administración a la nueva manera que tiene la sociedad de comunicarse, es necesario apoyarnos con quienes realizan esa labor, es muy importante ese puente de entendimiento y esa relación de binomio”, expuso el Ejecutivo estatal, quien al mismo tiempo reconoció y agradeció el trabajo de todos los comunicadores.
“Ustedes permiten a quienes tenemos esta responsabilidad, seguir desarrollando nuestra labor; gracias por su apoyo y su respaldo, principalmente, gracias por su profesionalismo, trabajo y su vocación de ser periodistas”, expresó el mandatario veracruzano, quien además presumió que Veracruz es un estado identificado ampliamente con el medio periodístico ya que es la entidad que más medios de comunicación tiene en todo el país y, por ende, más comunicadores. “Los gobiernos viven gracias al contacto que tienen con la ciudadanía a la que sirven; por ello, la importancia de tender un puente de comunicación”, expuso.
Sin embargo, paradójicamente, algunos colaboradores menores del Ejecutivo estatal estarían desentonando con el discurso de su máximo jefe. Y es que, por ejemplo, ha trascendido que el gobernador habría recibido recientemente una airada queja referente a que de un área de su despacho, una funcionaria muuuuy cercana a su secretario particular Enrique Ampudia Mello estaría detrás de la campaña oprobiosa que en las redes sociales se ha venido atizando en contra de una columnista de un popular diario porteño y de un editor de una publicación de Xalapa que ahora mantienen una relación sentimental luego de que circunstancialmente se conocieron a mediados de marzo de este año durante el viaje que ambos realizaron junto con otros periodistas veracruzanos invitados por el gobierno del estado a la Tercera Conferencia Mundial de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres realizada en Sendai, Japón.
Originalmente Duarte de Ochoa iba a viajar también al país del sol naciente, pero de última hora el mandatario decidió quedarse en Veracruz. En un comunicado oficial difundido el 9 de marzo se explicó que “en un acto de congruencia” cancelaba su participación en esta Conferencia de la ONU, ya que, dijo, “es preciso quedarme a seguir realizando las gestiones necesarias y brindando las soluciones a los problemas de los 212 municipios”. En su representación envió a la secretaria de Protección Civil, Yolanda Gutiérrez Carlín.
A este evento internacional también acudió el presidente de la Comisión de Protección Civil del Senado de la República, Héctor Yunes Landa, fuerte aspirante del PRI a la gubernatura, cuyo proyecto sucesorio aparentemente vienen apoyando desde febrero pasado el gobernador y su secretario particular Ampudia Mello, quien integró en la comitiva oficial a su subordinada, la cual habría tenido ásperos roces con la pareja de comunicadores difamados, principalmente con la columnista, la que ahora, muy coincidentemente, no sólo es víctima de ataques denigrantes en el Facebook sino que es literalmente perseguida, ya que ha sido hasta fotografiada en los lugares públicos donde se para, lo mismo en la central de autobuses que en los restaurantes donde se reúne con su pareja sentimental, el editor de un par de diarios que circulan en Xalapa y el puerto de Veracruz.
¿Tomará cartas en el asunto Javier Duarte o dejará crecer la percepción de que sus discursos en los recientes acercamientos que propició con los representantes de los medios de comunicación de la entidad sólo fueron palabras huecas y reconocimientos forzados, hechos de dientes para afuera, obligado por el estigma que carga su administración a causa de los 13 periodistas que han sido asesinados en los últimos cuatro años de su sexenio?
Realmente sorprende este caso porque ambos comunicadores agraviados tienen o mantenían una buena relación personal con Duarte de Ochoa, la cual iniciaron mucho antes de este sexenio. A la columnista porteña, por ejemplo, el mandatario estatal la ha tratado desde su infancia, y con el editor trabó amistad en el agonizante régimen del gobernador Miguel Alemán Velasco, en la campaña de su ex jefe y antecesor Fidel Herrera Beltrán.
Si eso pasa con los columnistas y empresarios periodísticos que parecían estar en el afecto del titular del Poder Ejecutivo del estado, ¿qué se pueden esperar aquellos comunicadores que no tienen el privilegio de ser “brothers” del gobernante?
¡Que Dios nos agarre confesados!