Telegraph KeyEran los tiempos alámbricos, ella era la encargada de la oficina de telégrafos de Cuetzalan, él de la de Perote, los telegramas se retransmitían de base a base hasta llegar a su destino final, acaso ellos fueron cómplices de algún amor que se nutría en clave Morse y aminoraba la distancia, por ejemplo, entre la Ciudad de México y el Puerto de Veracruz pero había tiempos muertos en los que, entre puntos y líneas, se adelantaron al chat e inventaron su propia historia. Se encontraron, se casaron, formaron una familia. Años más tarde él, el abuelo, perdió la voz y volvió a la clave Morse para comunicarse con su familia pero los años habían pasado y solo ella, la abuela, conocía los secretos del anacrónico código, nadie más podía entenderlo.
Entre los átomos últimos de la progenie de esta pareja telegráfica está un trovador romántico, enfático y lúdico, Ray Morteo

Ópera prelúdica

La línea primera del óleo galáctico
técnicamente surgió de repente
y sílaba a sílaba hilaba la mínima química
en épicas estrellas de hidrógeno y helio que
básicamente son ópera prelúdica de esta
sinfónica tabla periódica.
(Metrónomo, Ray Morteo)

Yo soy de aquí de Xalapa, nací el 9 julio del 83, tengo 31 años. Mi primer contacto con la música fue mi abuelo por parte de mi madre, Daniel Ortiz, que era telegrafista pero su segundo oficio era guitarrista, desde chiquito lo escuchaba a tocar a Bach, Tárraga y ya sabes, lo veía estudiar sus métodos, desde Carulli hasta Sagreras. Más adelante me tocó ver a mis tíos que empezaron a tocar trova, a Silvio, a Pablo; a ellos les tocó el movimiento trovero fuerte de los 70 y a mí, que nací en los 80, me tocó escuchar ese remanente con mis ellos en todas las bohemias, Ojalá fue una de las rolas que se me quedaron tatuadas en la corteza cerebral (risas), mi abuelo no estaba muy de acuerdo con la trova porque él era más clásico, imagínate que sus hijos se fueron con los greñudos y los que protestaban y él, siendo telegrafista, era casi militar (risas).

Fernando Delgadillo
Fernando Delgadillo

Empecé a meterme en la onda musical porque siempre estaba escuchando, entré al Centro de Iniciación Musical (CIMI) pero no terminé, me salí a los 12 años porque entré a la secundaria.
Cuando tenía 14 años vi en un póster que iba a venir Fernando Delgadillo, yo era muy fan de él, en esa época, como no había internet ni nada de eso, los discos se conseguían casi, casi underground, yo hacía una comparación de lo que pasó en Cuba con los discos de los Beatles, por lo que tuvieron tanto apogeo es por que eran prohibidos y la gente que los conseguía se los pasaba a los demás, lo mismo pasó aquí con los de la trova porque como no había disqueras, o las disqueras eran muy pequeñas como Discos Pueblo, esta música se hizo como un mito: Ah, fulano tiene un disco de Delgadillo

Juan Valdivia
Juan Valdivia

Yo lo tenía en un cassette y cuando vino a La Corte de los Milagros lo fui a ver con unos primos.
Otro día fui y me subí a tocar Hoy ten miedo de mí y le pedí chance a Juanito [Juan Valdivia] de que me dejara quedarme a tocar porque a me gustaba esa onda, así entré a tocar todos lo martes en La Corte de los Milagros cuando estaba en Hidalgo, de hecho, uno de los motivos por los que la cerraron fue porque yo estaba ahí y era menor de edad (risas).
Mi papá estaba preocupadísimo de que me metiera a las drogas, al alcohol, al tabaco y a la prostitución, y nada más agarré dos de esas
La pregunta es inevitable: La prostitución ¿y cuál otra?, entre carcajadas responde:
-A veces, como músico, uno sí se siente como puta porque todos hemos tenido que tocar a Sin bandera para comer (risas), pero bueno…
En La Corte toqué desde los 14 años hasta los 15 o 16, cuando la cerraron.

Técnicamente surgió de repente…

Orvil Paz
Orvil Paz

Cuando estaba en la prepa Oficial B me metí a la capacitación de rondalla y, en vez de estar aprendiendo los acordes básicos, el maestro Domingo me dejaba salir a estudiar escalas y mis lecciones de Sagreras porque, a la par, estaba estudiando guitarra con el maestro Orvil Paz que es un gran guitarrista, mi abuelo me pagó las primeras clases de guitarra con él que era un jovenzuelo que apenas llegaba a Xalapa a estudiar.
Cuando cerró La Corte de los Milagros me puse a buscar lugares para tocar, a los 15 años toqué en el Café Lindo. En esa época, te estoy hablando del 99 o 2000, había una comunidad muy cerrada de gente que andaba tocando en los cafés, te puedo decir hasta los nombres de quienes estaban; estaba Hans, un gringo que tocaba guitarra y cantaba Blowin’ in the Wind y covers de los Beatles, estaba Giovanni, guitarrista también, Byron estaba en sus primeras ondas, Marco Hoyo y Fritz [Thony] tenían un proyecto de flamenco, Messe estaba haciendo sus primeras cosas con Miguel Flores, yo iba verlos a La Tasca y decía wow, no puedo creer cómo toca este hombre y cómo canta esta mujer, para mí era como ir a clases porque los escuchaba y quería hacer lo mismo en La Corte los martes aunque nada más iba a verme alguno que otro que se paraba por ahí a tomarse una cerveza (risas), yo crecí con todos ellos.

Épicas estrellas de hidrógeno y helio

Después estuve mucho tiempo sin tocar pero seguí estudiando y me di cuenta de que era muy triste, me hacía mucha falta subirme al escenario.

Ray Morteo
Ray Morteo

A los 17 años volví a encontrarme a Juan Valdivia en Enríquez y me dijo que iba a volver a abrir La Corte:
-Oye, vente a tocar, pero ya eres mayor de edad, ¿verdad?
-Sí, sí
Pero no era verdad, yo tenía 17 años (risas). Estuve tocando como otros seis meses o un poco más sin que Juan supiera que yo era menor de edad.
La reabrió en Lomas del Tejar y para mí fue la época de oro porque vino Virulo, Mexicanto, en su gira de despedida, Delgadillo, Alejandro Filio, Frank Delgado, de la novísima trova cubana, llegó a estar Caíto que fue padrino de Liz Mariana [Bravo] y mío.
Ahí me formé, Juan me puso a tocar jueves, viernes y sábados y aprendí todo lo que tuve que aprenderle porque era un mago en el escenario, tenía grupo maravilloso que tocaba salsa, son y trova, ahí estaba Rafa Peñalvera, contrabajista que acaba de morir, en la flauta estaba Gerardo, Claudia, en las percusiones, El Chocho, de los Aguas-Aguas, en las trompetas, era maravilloso eso.

(CONTINÚA)

SEGUNDA PARTE: Partículas nuevas
TERCERA PARTE: Epílogo químico


 

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