Hace unos días, ante comunicadores de la región de Orizaba, el senador Héctor Yunes Landa aseguró que esta vez, a diferencia de la sucesión estatal de 2010, no hará berrinches en caso de que no sea nominado por su partido, el PRI, como candidato a la gubernatura.
Y es que uno de los asistentes le recordó a Yunes Landa aquél lamentable espectáculo que protagonizó en el Museo del Transporte cuando llamó a los priistas a no prestarse a la burla de la imposición de Javier Duarte.
Ahora dice estar seguro de que no será así porque las encuestas lo colocan con amplia ventaja no sólo por encima de otros aspirantes del PRI sino también de la oposición.
Y aunque desde principios de febrero pasado quedó al descubierto su renegado pacto con el gobernador luego de una reunión privada en Casa Veracruz, de la cual se desprendieron coincidentemente unos días después nombramientos de sus comadres y amigos en el gabinete estatal, así como otra serie de apoyos para su activismo en el estado y su promoción personal en los medios de comunicación cercanos al gobierno duartista, Yunes Landa tuvo la desfachatez de asegurar que “no soy el candidato de Javier Duarte, nunca lo he sido”.
“Además el gobernador no va a decidir quién es el candidato. Si no hubiera Presidente de la República, priista, como ocurrió hace seis años la decisión estaría en manos del gobernador en turno, y ahora la designación o nominación será mediante las encuestas”, argumentó.
Sin embargo, tuvo el recato de aclarar que eso no significa que el presidente Enrique Peña Nieto decida quién será el próximo candidato, si no que como jefe político ha alentado que sean las encuestas quienes lo definan. “Eso es algo que me conviene porque las encuestas me ponen delante de todos. Me sigue Miguel Ángel Yunes, quien es mi primo hermano, luego sigue Pepe (Yunes) y después Fernando Yunes; el cuarto, Dante (Delgado Rannauro, de Movimiento Ciudadano)”, según los enlistó.
Al preguntársele si aceptaría que otro personaje fuera el candidato del PRI a la gubernatura, Yunes Landa condicionó: “sí me disciplinaría si otro es candidato, pero ese otro primero me debe superar en las encuestas al momento de la nominación, claro que lo hago”, pero puntualizó que “el único que tiene para poder crecer es Pepe Yunes”, ya que refirió que después del peroteño “el más cercano está muy lejano”.
“Pero si Pepe llegara a superar la encuesta no sólo me disciplino, me sumaría a la campaña y lo apoyaría a que fuera gobernador, pues ese fue el acuerdo de apoyar a quien tenga las mejores condiciones”, añadió Yunes Landa.
Sin embargo, aunque ciertamente todo parece apuntar a que Héctor Yunes tendría la mesa puesta para ser el candidato del PRI a la gubernatura en 2016, en Palacio de Gobierno habrían surgido algunas dudas luego de conocer los más recientes sondeos realizados en los 21 distritos electorales del estado para medir el posicionamiento de los candidatos de la alianza PRI-PVEM a la diputación federal. Y es que supuestamente habrían detectado que si bien Yunes Landa estaría bien colocado en los niveles de conocimiento popular y de las preferencias ciudadanas, éste ya habría llegado a su máximo tope y con riesgo de empezar a decrecer pese a que es el aspirante priista que lleva más de un año en abierta precampaña.
Por eso han llamado la atención las menciones que curiosamente después de los comicios federales de este domingo 7 han comenzado a darse en los medios de comunicación acerca de las aspiraciones de dos destacados miembros del gabinete duartista: el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, y el secretario de Infraestructura y Obras Públicas, Tomás Ruiz González, quien este lunes 15, en gira de trabajo por la región de Coatzacoalcos, al ser entrevistado al respecto no negó su interés por suceder a Duarte de Ochoa, pues declaró que “sería un honor gobernar mi estado”.
Y este martes, entrevistado en el marco de una reunión con representantes de cámaras empresariales que se realizó en Xalapa, Ruiz González, insistió en sus aspiraciones a gobernar Veracruz, aunque matizó que no son los tiempos todavía. “Mi responsabilidad es ahora en este encargo, pero como cualquier persona que como yo ha servido 20 años en el servicio público sería un honor poder aspirar a gobernar en el estado. Pero no son los tiempos, esperaremos los momentos para decidir si se participa”, dijo.
Por su parte, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Jesús Castañeda, también encartó a Ruiz junto con los senadores priistas. “Me parece totalmente válido que aspiren y pues todos los que se han mencionado, todos, son veracruzanos distinguidos, veracruzanos respetables y con experiencia en la administración pública”, apuntó el empresario.
A Tomás Ruiz no parecen amilanarlo las supuestas ventajas que por ahora mantienen otros aspirantes a la gubernatura que llevan harto tiempo autopromoviéndose. Y es que el ex director de Banobras, de la Lotería Nacional, ex diputado federal del PRI y ex dirigente nacional del partido Nueva Alianza ya demostró, en la sucesión estatal de 2004, que en un par de meses puede alcanzar al más encarrerado, como sucedió en aquella ocasión con el entonces senador Fidel Herrera Beltrán, quien al igual que hoy Yunes Landa, había iniciado su precampaña desde que llegó al Senado de la República.
Aquella vez, Ruiz González sólo necesitó el aval del gobernador Miguel Alemán para difundir su imagen en cientos de autobuses del transporte público y colocar anuncios espectaculares en las principales ciudades y carreteras del estado para crecer de manera vertiginosa en las encuestas, lo que en su momento puso en riesgo la aspiración de Herrera Beltrán, quien terminó imponiéndose al amagar con que si no era postulado por el PRI aceptaría la nominación del PRD que le habría ofrecido el ex priista Ricardo Monreal, quien para llegar a la gubernatura de Zacatecas renunció al tricolor y fue abanderado por el partido del sol azteca.
Ahora Tomás no sólo tiene en contra el tiempo sino también las nuevas normas electorales.