Estaba en el Sur cuando las minorías eran
oprimidas y me identifiqué con ellas
a través de la música. Estaba en Texas,
comencé a tocar el saxofón y a mantener
a mi familia tocando en la radio.
Un día, pasando por un lugar donde solía
haber apuestas y prostitución, varios se
agarraban a golpes y vi apuñalar a una mujer.
Pensé entonces que debía salir de allí.
Le dije a mi madre que no quería tocar más
esta música porque pensaba que no
hacía sino reforzar todo ese sufrimiento.
Ella me respondió: – ¿Qué te pasa,
quieres que alguien te pague por tu alma?
No lo había pensado y cuando ella me lo dijo
fue como si hubiese sido rebautizado.
Ornette Coleman

El jazz es un ente escurridizo que no se deja aprehender ni definir, Joachim Berendt, periodista, escritor, crítico y productor discográfico de jazz alemán escribió, durante más de la mitad de su vida, una obra imprescindible para entender este género musical, el libro El jazz cuya primera edición se realizó en 1953 y la última en español (ignoro si habrá alguna sin traducir) en 1998; ignoro también cuántas fueron las actualizaciones de la obra, pero sé que muchas.  El JazzLa versión más antigua que yo tengo es la de 1962 cuyo último capítulo se llama La definición del jazz. No he hallado una sola definición ni aproximadamente satisfactoria del jazz en ninguna de las respetables obras de consulta científicas -sostiene, y ennumera una serie de ejemplos para concluir diciendo: Tomado como base la definición de estos hombres y todos los intentos anteriores, quiero proponer la siguiente definición del jazz -y se extiende 10 cuartillas intentando la empresa.
El capítulo fue creciendo edición tras edición y en la de 1998 desiste de tratar de definir lo indefinible y cambia el título por Ensayo sobre «la calidad del jazz» (entrecomillado original).
En la edición de 1962 no habla aún del free jazz pero elucubra sobre el camino que va a seguir esta música:
Dos cosas parecen ser seguras: la disolución de la frase y la libertad armónica que, cuando menos, se acercará a la atonalidad (…) Otro rasgo característico de las formas jazzísticas futuras parece ser la disolución de la armonía antigua.
Habla después del hartazgo de los compositores de música sinfónica de la época ante el «funcionamiento maquinal» de la armonía y apunta:
En nuestros días, los músicos de jazz están a punto de hacer lo mismo (…) El jazzista que más lejos ha llegado en ese aspecto y que más repercusiones ha provocado es el saxo alto Ornette Coleman.

El cuarteto original:  Billy Higgins, Don Cherry, Charlie Haden, Ornette Coleman (Foto tomada de su página de Facebook)
El cuarteto original: Billy Higgins, Don Cherry, Charlie Haden, Ornette Coleman (Foto tomada de su página de Facebook)

Infructuoso, pues, resulta pedir una definición del jazz pero si uno pregunta a cualquier músico, crítico, periodista especializado o melómano informado sobre las características del género, invariablemente la primera respuesta es la libertad, cierto pero ¿hay niveles de libertad?, ¿se puede ser más o menos libre?, no tengo la respuesta mas a un grupo de jazzistas de los años cincuenta el be bop, con todo lo que tenía de libre, les pareció limitado y empezaron a introducir conceptos armónicos, melódicos y rítmicos absolutamente novedosos que desembocarían en el movimiento que se denominó free jazz.

Berendt, en su edición de 1998, encuentra 5 elementos novedosos de este jazz de los años sesenta:

  • 1 Una irrupción en el espacio de la libre atonalidad
  • 2 Una nueva concepción rítmica que se distingue por la disolución del metro, el beat y la simetría
  • 3 La irrupción de las «músicas del mundo» en el jazz, el cual se ve repentinamente confrontado con todas las grandes culturas musicales de la India a África, y de Japón a Arabia
  • 4 El realce del momento de intensidad, en forma desconocida en anteriores estilos de jazz. El jazz fue siempre música de intensidad superior a la de otras formas musicales del mundo occidental pero nunca en la historia del jazz se puso tanto énfasis en la intensidad, en sentido tan extático, orgiástico -en algunos músicos también religiosos- como en el free jazz. Muchos músicos de free jazz se entregan a un verdadero «culto de la intensidad»
  • 5 Una extensión del sonido musical, que invade el ámbito del ruido.

 Free JazzOrnette Coleman no fue, por supuesto, el único ni el primero (en casi nada nadie es el único, nadie el primero) pero su disco de 1960, Free Jazz, es considerado el trabajo fundacional del movimiento que adoptó su nombre. En la portada aparece un cuadro de un pintor que una década atrás había abolido todos los preceptos de la forma, Jackson Pollock, a quien la revista Time había apodado Jack el salpicador y este disco presentaba una ruptura similar con la música. Grabado con dos cuartetos sonando simultáneamente, uno en cada canal de un equipo estereofónico, Free jazz se convirtió en un disco de culto entre los amantes del género.

En el canal izquierdo Ornette Coleman en el sax alto, Don Cherry en la trompeta de bolsillo, Scott LaFaro en el contrabajo y Billy Higgins en la batería, y en el derecho Eric Dolphy en el clarinete bajo, Freddie Hubbard en la trompeta, Charlie Haden en el contrabajo y Ed Blackwell en la batería llevaron la improvisación colectiva a niveles sin precedentes que pretendían no solo elevar el jazz a las máximas alturas sino cuestionarlo y ponerlo en crisis, se trataba de una música insurgente que pretendía sacudir a la historia del jazz desde sus cimientos.

Jackson Pollock, White Light (1954)
Jackson Pollock, White Light (1954)

En los primeros años sesenta se asiste a una, aparentemente, irresistible ascensión del free jazz que, paralelamente, recibe una ingente cantidad de rechazos resumibles en una sola frase: «Esto no es música». Críticas que, por otra parte, provienen no solo del público o de periodistas especializados, sino de músicos de jazz, como Roy Eldridge o Quincy Jones. Además de Coleman, Cecil Taylor, Eric Dolphy y Don Cherry son los principales iniciadores de esta línea. Pero músicos ya reputados, como el citado Mingus (Fables of Faubus), o John Coltrane (Ascension), se apartan de las temáticas tradicionales para concentrar sus esfuerzos sobre un tratamiento exasperado de la temática sonora, claramente deudor de Coleman. De hecho, la gran mayoría de los saxofonistas del free jazz se han encontrado, en algún momento de su desarrollo, en la órbita coltraniana: Archie Shepp, Pharoah Sanders, Gato Barbieri y otros, nos informa la Enciclopedia Virtual Wikipedia

Pero el movimiento fue mucho más allá de lo musical, era la época de Martin Luther King, de Malcom X, del Movimiento por los derechos civiles de los negros y el free jazz se convirtió en un arma de lucha, los músicos, radicalizados, acercaron su discurso a los postulados del Black Power y sus posiciones políticas a las de los Black Panthers.

Ornette Coleman y Cecil Taylor en el último cumpleaños del saxofonista (Foto tomada de su página de Facebook)
Ornette Coleman y Cecil Taylor en el último cumpleaños del saxofonista (Foto tomada de su página de Facebook)

Cierto, el free jazz es una música muy difícil de asimilar que resulta inaudible para muchos pero lo es porque, precisamente, trata de violentar nuestras blancas y cándidas sensibilidades, es una música rebelde e intransigente que se instaló en la conciencia racial durante una década convulsa y empezó a decaer con el advenimiento del jazz rock de los años setenta. Casi nadie es el primero en nada, nadie es el único, quizá Coleman fue uno más de los músicos del free jazz pero fue un referente absoluto, un militante muy activo y un eterno luchador por la libertad.

El 9 de marzo celebró su último cumpleaños, el número 85, y lo hizo al lado de uno de sus cómplices en los paroxismos sonoros, el pianista Cecil Taylor. Con su saxofón recibió al amigo, por su puesto ignoraban que se despedían, tres meses después Ornette, un hombre tenaz que no acostumbraba dejar las cosas a medias, tuvo que dejar inconcluso el 11 de junio, un infarto le impidió vivir el jueves hasta el final.

Como todos, Ornette Coleman, transgresor y creador, revolucionario y liberador del sonido, vivió las buenas, las regulares y la malas pero en el balance, me parece, fue un hombre dichoso, lo siga siendo en el lugar más libre de la eternidad.


 

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