En el ámbito nacional, al Partido del Trabajo no le bastaron un millón 53 mil sufragios para conservar el registro; con 2.87 por ciento de la votación total, menos del 3 por ciento requerido, dicho instituto parece condenado a perder la categoría de partido político nacional, el financiamiento y prerrogativas, a pesar de que su representante ante el Instituto Nacional Electoral, Pedro Vázquez, afirmara hace un par de días que mientras no concluya el proceso, no se le puede “dar por muerto”. En sentido estricto, tiene razón, pero no se ve de dónde podrá sacar, el PT, los 13 mil 500 votos que necesita para mantenerse.
La estrategia legal que le llevaría al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para buscar la anulación de casillas, parecería insuficiente, sobre todo porque el número de sufragios que requiere es demasiado alto.
Fundado en diciembre de 1990, este partido podría enfrentar en unos días su segunda pérdida de registro; la primera ocurrió en 1991 pero logró reiniciar un año después. Su mejor resultado en una contienda electoral se registró en 1994, hace 21 años, cuando postuló como candidata presidencial a Cecilia Soto González, alcanzando el 4 por ciento de la votación total. Actualmente cuenta con 5 senadores y 15 diputados en la cámara baja; toda esa presencia está en riesgo hoy, de no superar la barrera de 3 por ciento.
En la elección intermedia de este año, el PT no es el único partido con la amenaza de pérdida de registro: el Partido Humanista apenas superó los 850 mil y se quedaría a más de 300 mil de la meta; ese instituto político, por cierto, ya se encuentra en proceso de liquidación de personal, dado que su desaparición es inminente.
En el caso del PT, es altamente probable que el próximo año logre reagruparse y cumplir con los requisitos que establece la ley porque, finalmente, cuenta con estructura nacional. En el poco probable caso de que eso no ocurra, veremos a su militancia pasar a las otras 3 opciones de la izquierda: el PRD, Morena y Movimiento Ciudadano (MC).
Por cierto, llama la atención la declaración de Sergio Rodríguez Cortés, representante del Sol Azteca ante el Instituto Electoral Veracruzano, en el sentido de que la suma de los cuatro partidos políticos identificados con la izquierda, PRD, MC, PT y Morena, en la jornada del pasado domingo 7 de junio arroja como resultado más de 760 mil votos y que ello es suficiente para pensar y analizar la opción de presentar un frente común de cara al proceso del año entrante, la sucesión veracruzana.
En efecto, los números de la izquierda veracruzana son superiores a los 700 mil votos alcanzados por el Revolucionario Institucional, que se consolidó como la primera fuerza, y que Acción Nacional, que apenas llegó a 547 mil sufragios, suficientes para mantenerse en segundo lugar. Sin embargo, una alianza electoral no funciona igual que una simple operación aritmética porque entran en juego factores tan determinantes como los candidatos y, al menos en este momento, no se observa en el escenario político a una figura que dentro de la izquierda tenga el peso suficiente para aparecer en las boletas, en año próximo, con altas probabilidades de éxito. @luisromero85