Cualquiera pensaría que el resultado de la jornada electoral del pasado domingo 7 de junio en Veracruz es un duro golpe al Partido Acción Nacional, que sólo ganó dos de los 21 distritos en disputa; sin embargo, será muy complicado que el Revolucionario Institucional repita esos números el año entrante, en la sucesión del ejecutivo estatal.
La elección para diputados federales, que arrojó buenos números para el PRI, no necesariamente puede interpretarse como la antesala de 2016 en términos de resultados; sobre todo, si no existe aseo y cuidado en la selección del candidato.
Con un abstencionismo que supera el 55 por ciento, sólo votaron poco más de dos millones 453 mil personas de una lista nominal de 5 millones 454 mil ciudadanos. Más de la mitad, por diversas cuestiones, no acudió a las urnas.
El 45 por ciento de los ciudadanos participó en la jornada del domingo; los porcentajes por partidos quedaron así: PRI, 28.43 por ciento; PAN, 21.30; MORENA, con un importante avance a partir de cero, 12.07; PRD, desplazado a la cuarta fuerza política, 11.00; y Verde, con un buen resultado, 7.77; los demás partidos políticos tuvieron una presencia más bien testimonial; el Movimiento Ciudadano no alcanzó ni siquiera el 4 por ciento de los votos; mientras que el PT apenas superó en Veracruz la barrera de los 3 puntos.
Al margen de la victoria en 16 distritos de la entidad, el PRI, con una desangelada votación, no llegó a 700 mil sufragios en todo el territorio estatal y su porcentaje fue inferior al registrado en todo el país, donde alcanzó 29.10. En Veracruz, por el tricolor sufragó menos del 13 por ciento de la lista nominal.
Otro dato que llama la atención se refiere al comparativo con el proceso federal anterior, 2012, en el que el PRI obtuvo, en los 21 distritos, más de un millón 154 mil votos, que representaron 33.58 por ciento del total; tres años después, la cosecha de sufragios bajó en más de 450 mil.
El resultado de Acción Nacional es engañoso porque si bien es cierto que únicamente ganó en dos distritos, Veracruz Urbano y Rural, el 21.30 por ciento de los votos alcanzados por el blanquiazul veracruzano es superior a la media de ese partido en el ámbito nacional (20.89).
El PAN tuvo en la entidad 522 mil votos, a pesar del activismo mediático de Miguel Ángel Yunes, candidato a diputado por la vía plurinominal, quien habría enfocado todas sus baterías al distrito de Boca del Río, a fin de proteger su feudo y, de paso, propinarle un fuerte golpe al ex gobernador Fidel Herrera. La pregunta sobre la perspectiva futura para el blanquiazul gira en torno al factor Yunes Linares el año entrante, si es que ese grupo se puede sacudir la influencia del panismo rojo, que en el proceso de este año fue claramente maiceado desde Palacio de Gobierno. De una elección a otra, de 2012 a 2015, el albiazul perdió 700 mil votos.
El avance del Movimiento de Regeneración Nacional en Veracruz es indiscutible: 12.07 puntos porcentuales que dejan muy lejos a la media nacional de ese partido, que fue de 8.37 por ciento. Por otro lado, dos de los principales distritos de la entidad, Xalapa Urbano y Coatzacoalcos, quedaron en manos de Morena.
El PRD se convirtió en la cuarta fuerza política de Veracruz´; cierto, conservó un distrito (antes era Xalapa y ahora será Poza Rica), pero su nivel de votación quedó reducido a su mínima expresión: 11.00 por ciento, que es fiel reflejo del resultado nacional, ubicado en 10.83 por ciento.
En la entidad, únicamente 5 de cada 100 ciudadanos inscritos en el padrón votaron por los candidatos perredistas; ese fue el precio que tuvo que pagar el grupo interno que controla el comité estatal de ese partido, el PRD rojo, como de forma despectiva le llaman los grupos que asumen una postura crítica al interior.
En síntesis, si bien 2015 es el año previo a la sucesión en la entidad, no puede considerarse la antesala de 2016 porque las condiciones serán totalmente diferentes.
El periódico El Financiero hace un interesante análisis sobre el voto duro y estima que éste se redujo de manera significativa porque cada vez más ciudadanos deciden el tema en el último momento. 15 de cada 100 electores determinaron el sentido del sufragio prácticamente al llegar a la urna. Infiere el medio que si antes el voto duro de los partidos era del 47 por ciento, la cifra en 2015 apenas llegó al 31.
Eso y el hecho de que la elección para gobernador genera mayor expectativa e interés de los ciudadanos, nos indica que 2016 nada tendrá que ver con el proceso de 2015; veremos, el año entrante, una contienda de candidatos y no de partidos y estructuras.
Por otra parte, al igual que en el contexto nacional, donde el buen resultado del PRI no significa necesariamente un alto nivel de apoyo y aprobación a Enrique Peña Nieto, en Veracruz, los 16 distritos ganados por el tricolor no son reflejo del sentir social con relación al gobierno de un estado, Veracruz, con fuertes problemas financieros, de pobreza, y de inseguridad y violencia.
Analistas del entorno político veracruzano apuntan que fueron muy pocos votos para tanto dinero derrochado. @luisromero85