Cada quien a su manera, unos cuantos candidatos y candidatas a la diputación federal de la alianza PRI-PVEM en Veracruz –unos triunfadores, otra derrotada– han agradecido al electorado de sus distritos el apoyo que les dieron en las urnas en los comicios de este domingo 7.
Alberto Silva Ramos, de Tuxpan, encabezó de inmediato una marcha multitudinaria el pasado lunes. Adolfo Mota Hernández, de Xalapa rural, se ha estado comunicando vía telefónica. Pero de todos, la que ha llamado la atención es Elizabeth Morales, del décimo distrito (Xalapa urbano), quien este martes difundió el siguiente comunicado que aquí transcribimos textualmente y que refleja el profesionalismo y la humildad con que la ex alcaldesa xalapeña y ex dirigente estatal del PRI ha reaccionado ante el sorpresivo descalabro electoral:
“Escribo estas líneas para agradecer a los ciudadanos y ciudadanas de mi amada Xalapa que me dieron su apoyo y confianza a lo largo de toda la campaña. Gracias a mi equipo por su trabajo y dedicación, acompañándome en mi convicción de representar una propuesta para una mejor Xalapa.
“Los resultados no me favorecen, pero quiero decirles que di mi mejor y mi mayor esfuerzo como en cada cosa que emprendo, dejé mi corazón en cada acción que llevé a cabo con el objetivo siempre de dar buenos resultados a la tierra que me vio nacer. Felicito a Cuitláhuac García, no dudo que su desempeño como diputado federal será en beneficio de nuestra Xalapa.
“En todo momento de mi vida he mantenido la convicción de trabajar por y para Xalapa. Aprovecharé esta oportunidad para regresar a mis orígenes ciudadanos y concentrar mis esfuerzos a lo que siempre ha sido mi pasión y compromiso, ayudar a los demás.
“Gracias nuevamente a todos y todas. Estoy convencida que desde donde estemos y hagamos lo que hagamos podemos contribuir para tener una mejor sociedad. Así que continuaré dando mi mayor empeño para estar siempre cerquita de la gente y sumar con nuestra bella Xalapa.”
Por lo que deja entrever, Elízabeth parece haber digerido emocionalmente bien esta amarga experiencia electoral, y ya se prepara para volver a trabajar en lo que en el inicio de su carrera profesional le permitió acumular un envidiable capital político que en la elección federal de 2006 y luego en la municipal de 2010 la convirtieron en una candidata imbatible.
Pero año y medio después de haber salido del ayuntamiento llegó a los comicios de este domingo muy disminuida políticamente a causa del natural desgaste del poder, y con una cauda de enemigos al acecho –sobre todo al interior de su propio partido– que estaban ansiosos por cobrarle facturas políticas pendientes, algunas de manera injusta.
Pero en política los únicos cadáveres son los que yacen dos metros bajo tierra. Y en Veracruz cunden ejemplos de personajes que han logrado emerger de sus cenizas como el legendario Ave Fénix.
Ahí están, por ejemplo, los casos de los dos senadores priistas, Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa. Ambos tuvieron también estrepitosas derrotas electorales. El legislador nativo de Perote perdió la senaduría en 2006, y Yunes Landa mordió el polvo como candidato a diputado local por el distrito electoral de La Antigua en la sucesión estatal de 2004.
Pero en 2012 Yunes Zorrilla volvió a contender para el Senado de la República y en esa ocasión se alzó con la victoria, en tanto que Héctor Yunes volvió a hacer campaña por el mismo distrito electoral local en 2007 y arrasó en las urnas, erigiéndose en el abanderado del PRI con la más alta votación de todo el estado.
Ahora, los dos han logrado crecer políticamente tanto que son considerados por la militancia priista como los aspirantes más fuertes para la próxima gubernatura de Veracruz.
Otros ex militantes del PRI, como Miguel Ángel Yunes Linares y Dante Delgado Rannauro, han caído electoralmente una y otra vez y se han vuelto a levantar. La primera derrota de Yunes Linares fue en la sucesión presidencial de julio de 1988 como candidato del tricolor a la diputación federal por el 38 distrito electoral de la ciudad de México. Posteriormente, en 1991, contendió por el distrito de Huatusco y llegó sin problema al Congreso de la Unión, donde está por arribar por segunda ocasión consecutiva por la vía plurinominal pero ahora nominado por el PAN. En 2010 fue candidato del blanquiazul a la gubernatura del estado y fracasó; no obstante, en 2016 pretende volver a contender.
Por su parte, Delgado Rannauro fue apabullado internamente en el PRI impidiéndole ser candidato a la alcaldía de Córdoba en los años setentas; a la década siguiente llegó a la gubernatura como sustituto de don Fernando Gutiérrez Barrios, en diciembre de 1988. Antes, en 1985, fue diputado federal. Posteriormente, en 2006, escaló al Senado y ahora es el único político veracruzano dueño de un partido político nacional, que de Convergencia por la Democracia pasó a ser Movimiento Ciudadano, el cual acaba de salvar su registro al obtener en los comicios federales de este domingo más del 6 por ciento de la votación total válida. En 2004 y 2010 fue candidato de la alianza PRD-PT-Convergencia a la gubernatura de Veracruz, pero ambos intentos fueron fallidos.
Ya se verá más adelante si Elízabeth Morales tiene el temple y la entereza para resurgir y reivindicarse ante el electorado que en esta ocasión, por primera vez, le ha dado la espalda.