Ahora que anduvo Vicente Fox por Xalapa para asistir a la boda de Erik Porres Blesa, varios recordamos aquel famoso empecinamiento verbal respecto de cuándo se debía celebrar el debate entre los entonces candidatos a la Presidencia de la República (por el PRI iba… ¿cómo se llamaba? ¡Ah, sí!: Francisco Labastida, y por el PRD, Cuauhtémoc Cárdenas); tozudez que le dio el empujón definitivo para que ganara la elección del año 2000, y que nos dio una frase que se volvió viral (aunque aún no había redes como ahora), que muchos reconocen apenas al enunciarla.

Bueno, pues “hoy, hoy, hoy” terminan por fin las campañas políticas de los candidatos a diputados federales, y sólo nos resta a los ciudadanos soportar los cierres de los aspirantes y la última cauda de spots.

La agencia norteamericana de estudios estadísticos que integran Hunter, Koufax & Catfish Associates (HK&C) -famosos por su tino- estima que en esta campaña electoral se difundieron 25 millones de spots de audio y/o video: 25 melones ni más ni menos, que tuvimos que recetarnos en cinco meses los 110 millones de mexicanos que somos (incluidos los sordos que vieron y los ciegos que oyeron).

Esta cifra causa escozor si la comparamos con los spots que difundieron los demócratas y los republicanos en Estados Unidos en la elección que ganó Barack Obama: 12 millones lanzados al aire en un periodo similar (del 3 de junio al 4 de noviembre de 2008: cinco meses más un día). Es decir, menos de la mitad de los de la campaña mexicana, cuando la población gringa es del triple (319 millones de yanquis contra 123 millones de connacionales). Los estadísticos podrían decir que, si se hubiera prorrateado el número total de mensajes, en 2008 a cada norteamericano le tocó escuchar casi 4 centésimas de un spot, mientras en 2015 los mexicanos debimos soportar 20 centésimas por cabeza (o 0.10 por oreja, sin tomar en cuenta a las víctimas del Mochaorejas).

De acuerdo con los cálculos de HK&C, el PRI trasmitió el mayor número con 6 millones de spots, le siguió el PAN con 5 millones y el PRD con 4 millones. Afirman que el INE se reservó 5 millones para promover el voto, y los restantes 5 millones se dividieron entre los partidos chiquitos.

Pero, atención, dice aquella agencia de estadísticas que el día de hoy está reservada una verdadera avalancha de spots, que es la reserva que dejaron los partidos para el último día en que se permite la propaganda. Así, “hoy, hoy, hoy” y hasta la medianoche el PRI está difundiendo 700 mil spots, el PAN 650 mil y el PRD 470 mil, más un millón de la chiquillada. ¡2 millones 800 mil spots en una sola jornada!

Y todos se pagan con nuestros impuestos.

Así, lo que se prevé es que los ciudadanos, hastiados de tanta propaganda insulsa, decidan dejar de ir a votar, quedarse en su casa a ver el juego de la Selección de México contra el trabuco brasileño y con eso permitir que los partidos políticos decidan quién nos representará en la Cámara de Diputados.

¿O no?

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