Cifras y datos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) dan cuenta de una triste realidad en la vida política del país: ninguno de los diez partidos políticos con registro en el INE cumplió con las disposiciones legales, constitucionales y reglamentarias en el proceso electoral que tendrá su culminación el próximo domingo 7 de junio.

Y ése es, precisamente, el drama que enfrentamos.

Quienes son los primeros llamados a respetar y, con esa autoridad moral que da la congruencia, hacer respetar las leyes, son los primeros que pasan por encima de ellas con tal de llegar al poder.

No importan los métodos, ni el camino que se tome. Lo único relevante al final de la contienda es hacerse del poder y del dinero que da el tener poder.

Tal como está documentado, el órgano del PJF encargado de las cuestiones electorales ha recibido poco más de 14 mil 500 quejas.

Toda una marca si se compara con las quejas recibidas en el proceso electoral de 2009, cuando recibió poco más de mil 500 asuntos. Estamos frente a un aumento de más de 800 por ciento.

El que ningún partido haya cumplido cabalmente con toda la normativa constitucional, legal, reglamentaria, estatutaria y convencional que rige al actual proceso electoral, refleja la realidad marcada por el incumplimiento de las leyes por quienes deberían no sólo cumplirlas sino hacerlas cumplir a todos los ciudadanos.

Si hoy existe un desprecio por la legalidad de parte de los ciudadanos se debe, y no es pretexto, a que quienes diseñan las leyes y las aprueban en el Congreso y en cada uno de los estados son los primeros en violarlas.