Hace poco, un ex secretario de despacho que hasta ahora no ha manifestado personalmente de manera abierta sus aspiraciones por la gubernatura, comentaba en corto que en realidad el gobernador Javier Duarte de Ochoa aún no tiene definido al candidato priista para sucederlo en 2016, aunque últimamente el mandatario estatal parecería haber inclinado ya sus preferencias hacia el senador Héctor Yunes Landa.

Y es que en la percepción de este excolaborador, el jefe nato del priismo veracruzano aún podría dar un viraje como, en efecto, ya lo hizo con el otro senador y también aspirante a la gubernatura Pepe Yunes Zorrilla, quien aún en diciembre del año pasado parecía ser el precandidato favorito de Duarte de Ochoa, hasta que el político nativo de Perote marcó distancia con el jefe del Ejecutivo del estado al expresar públicamente su desacuerdo con la reforma electoral duartista que estableció que la próxima administración gubernamental de Veracruz, por única vez, sea sólo de dos años con el propósito de homologar sexenalmente la siguiente elección de gobernador con la sucesión presidencial a partir de 2018.

En efecto, políticamente, el gobernador Duarte ha iniciado desde febrero pasado una especie de luna de miel con el senador Yunes Landa, quien a su vez ha atenuado radicalmente el virulento tono de su discurso que hasta enero mantenía en contra del mandatario estatal y su administración. El ex subsecretario de Gobierno, además, no sólo ha incrustado a comadres y aliados en la estructura gubernamental sino que ahora recibe también otras facilidades y canonjías para su autopromoción que anteriormente le eran facilitadas desde el palacio y la Casa Veracruz al senador Yunes Zorrilla.

Ahora trascendió que el jueves de la semana anterior Héctor Yunes viajó con Javier Duarte a Cancún en el mismo avión, luego de que ambos acompañaron al presidente Enrique Peña Nieto a la ceremonia de clausura de la Asamblea General Ordinaria de la Confederación Nacional Ganadera, en el World Trade Center de Boca del Río, evento en el que el jefe del Ejecutivo federal entregó medallas y reconocimientos al Mérito Ganadero a productores del país, entre ellos a Juan Carlos Molina Palacios, compadre del senador, quien difundió una fotografía en la que aparece saludando de mano al mexiquense, el cual muestra un gesto serio y adusto que contrasta con la actitud sumisa y sonrisa tímida de Yunes Landa.

La suposición de que a pesar de todas estas señales el gobernador Duarte aún no tendría totalmente definido a su sucesor viene a robustecerse también con la reciente declaración del ex alcalde del puerto de Veracruz, José Ramón Gutiérrez de Velasco, un ex militante del PAN que actualmente forma parte del grupo legislativo del PRI en el Congreso local, el cual acaba de “destapar” ¡otra vez! para la gubernatura de 2016 al ex secretario de Educación de Veracruz, Adolfo Mota Hernández, quien por ahora contiende por la diputación federal en el distrito de Xalapa rural.

El ex munícipe porteño dijo que el ex titular de la SEV es “actualmente uno de los priistas que ganará muy bien su campaña y eso lo posicionará dentro de los actores políticos y candidatos para la gubernatura de 2 años”. ¿Acaso el ex panista estará jugando ahora el mismo rol que el año pasado presuntamente le encargaron protagonizar a otro diputado local del PAN, Julen Rementería, quien fue el primero en anunciar públicamente la “propuesta” de reforma electoral para elegir en 2016 un gobernador de dos años, proyecto que inicialmente negaron en palacio de gobierno pero que al final decidieron empujar pese al abierto rechazo de los dos senadores y aspirantes priistas a la gubernatura?

A Mota, previo a su campaña, presuntamente le habrían hecho llegar algunas encuestas en las que en la región de Xalapa figuraría bien posicionado en cuanto a conocimiento y preferencias de los entrevistados, inclusive colocado ligeramente arriba de los dos senadores y aspirantes priistas a la gubernatura.

Pero Mota, para aspirar a suceder a Duarte de Ochoa, primero tendría que ganar de manera clara y contundente la elección federal en puerta, y luego posicionarse en el Congreso de la Unión donde iría contra reloj, pues de hecho la candidatura del PRI podría definirse a finales de este año, casi cuatro meses después de que ocupara su curul en la próxima Legislatura federal. Sin embargo, por su edad (39 años), la gubernatura de 2016 no representa el último tren para el ex titular de la SEV. Al igual que el senador Pepe Yunes, quien cuenta con 45 años, bien podría esperar también del 2018 hasta la sucesión del 2030, por lo menos.

Yunes Landa, en cambio, está por llegar a los 57 años de edad en septiembre próximo. Esta madurez parece haber sido el principal factor para que modificara bruscamente su tronante discurso y claudicara ante el duartismo para intentar amarrar la candidatura de 2016. Por eso no podía ni debía seguir golpeando sistemáticamente a Duarte como lo venía haciendo hasta enero pasado. Y es que aparte de las encuestas, su suerte dependerá también en buena medida de la fortaleza política que como aval mantenga el gobernador frente a los poderes fácticos más relevantes –entre ellos el duopolio televisivo (Televisa y TV Azteca), magnates de la talla del empresario Carlos Slim y ex gobernantes como Miguel Alemán Velasco, el más influyente ante el gobierno federal–, así como de otros actores políticos, desde el presidente Peña Nieto hasta los líderes camarales del Congreso de la Unión, del CEN del PRI y, obviamente, los secretarios de Estado con mayores posibilidades de ser candidatos para suceder a su jefe en la Presidencia de la República en 2018.