Es muy curioso hacer un resumen así, en un ratito, de la historia de tu vida porque mientras estás hablando te vienen las imágenes, -me dijo Miguel Fematt al final de esta larga conversación. En esta entrega final habla del grupo Fotoapertura, de los festivales y la bienal de fotografía que organizaron, de la frágil línea que divide el erotismo de la pornografía y de su trabajo con el cuerpo humano.
Foto de grupo
En el 84, ese año en que hice la expo en el Ágora y varias cosas más, vi que había varios fotógrafos buenos en la ciudad pero cada quien andaba en su isla con su caja de Kodak y sus fotos y se las mostraban a este, luego al otro pero no pasaba nada entonces le dije a mis alumnos, a los maestros y a los fotógrafos independientes ¿por qué no nos reunimos?, vemos fotos, hablamos de la foto, armamos exposiciones, publicamos postales, hacemos una revista; todo mundo dijo que sí, las primeras reuniones eran en mi casa que estaba en Santos Degollado.
Nos conformamos en grupo, primero llegaron como 25, luego se fueron reduciendo y quedamos 15; hicimos una primera exposición apadrinados por Nacho López y con un cartel maravilloso de un cubano que ya murió, Pedro Arrate.
Seguimos reuniéndonos, al principio muy entusiastas, después más eventualmente pero seguíamos juntos como grupo, Fotoapertura se llamaba. Llegó el 89, 150 aniversario de la foto, en todo el mundo iba a haber festejos y dijimos pues en Xalapa también, cómo chingaos no entonces, teniendo como centro la Galería Alva de la Canal, con Javier Pucheta como director y Eva Ariástugui como coordinadora de seguimiento, armamos el 150 aniversario.
Nos quedó tan bien que Alejandro Castellanos, que era director de la única revista de fotografía en México, Foto Zoom, nos dedicó un número completo y este éxito nos entusiasmó tanto que decidimos establecer el mes de la fotografía en Xalapa (solamente había mes de la fotografía en Mérida, era abril) y en el 90 o 91 hicimos el primer festival que se llamó Junio, mes de la fotografía en Xalapa.
Lo hicimos anualmente durante 10 u 11 años, siempre sin dinero y como grupo independiente para poder diseñarlo como nosotros queríamos. A partir del 94 fue bienal y existe hasta la fecha pero en el 96 ya nada más quedábamos en el grupo Manuel González de la Parra y yo, Rosa María López colaboró con nosotros en varios festivales pero nunca se quiso integrar al grupo, es un grupo de hombres, decía. Ella es muy lista, muy eficiente y muy solidaria y su presencia fue fundamental. Cuando se fue Manuel desapareció el grupo porque ya nada más era yo, no podía ser el grupo Miguel Fematt entonces ella me dijo pues vamos a hacerlo tú y yo.
Lo hicimos en mayo porque cambió el calendario de la Universidad, antes junio nos convenía porque no había exámenes, ni fin de semestre, ni inicio de semestre, ni muchos días festivos pero cambió el calendario de la Universidad entonces lo cambiamos a mayo, que incluso llueve menos porque siempre el junio era bajo la lluvia.
Es una historia llena de cosas.
El origen del mundo
La línea que divide el erotismo de la pornografía está en la mente del observador. A Gustave Courbet, un pintor impresionista francés del siglo XIX, uno de sus coleccionistas le dijo:
-Tengo ganas de un cuadro, no grande, del sexo de la mujer, que se vea la vagina, los pelos, todo eso.
Hizo el cuadro que se llama El origen del mundo y estuvo 100 años en manos de coleccionistas privados, a fines del siglo XX lo compró un museo de París y está en exhibición desde hace veintitantos años, sigue siendo un cuadro fuerte a pesar de que ya pasaron más de 100 años y hace poquito una artista de performance [Deborah de Robertis, artista luxemburguesa] entró como cualquier visitante al museo, llegó frente a la pintura, se sentó en el piso frente a la cadenita, se subió el vestido y mostró su sexo. Para muchos ese acto de la chava sería provocativo y pornográfico pero no, ella no quería presumir su sexo, solo quería decir cosas con eso.
Si la línea entre el erotismo y la pornografía hace 100 años estaba aquí [traza una línea imaginaria con su mano izquierda], ahora está acá [traza otra con su mano derecha, a un medio metro de distancia], ya lo que nos erotizaba (el tobillo, el codo, el cuellito de la dama o del caballero), no nos erotiza más porque vemos otras cosas cada vez más fuertes y más agresivas.
Robert Mapplethorpe (un fotógrafo norteamericano ya muerto) hizo desnudo femenino y masculino pero su trabajo controversial es el desnudo masculino, ¿por qué?, porque se dedicó a fotografiar, con la máxima calidad como si fuera la fotografía más clásica del siglo XIX, hombres negros desnudos, a veces en pareja con blancos, a veces solos, y a veces en actos sadomasoquistas, pero impecables, con composiciones como de pintura del renacimiento; el manejo de la luz, la impresión, todo sin objeción.
Él se movía en medios muy tremendos en Nueva York y un tiempo anduvo fotografiando a una mujer que era campeona de bodybuilding, no sé si en el mundo o en Estados Unidos; era su amiga y la fotografiaba a cada rato, también se hizo novio de Patti Smith, la poeta, y también la fotografió aunque no desnuda.
En sus desnudos había señores, había jóvenes y, sobre todo, había negros e hizo un libro que se llama El libro negro, y fue un exitazo.
Él y otro fotógrafo que se llama Saúl Serrano, también estudiante de arte, participaron en una exposición colectiva con una pieza en color que era un vaso de cristal, lleno de orines, con un crucifijo adentro, la pieza se llama Piss Christ. Causó escándalo, polémica, desgarradura de vestiduras y llegó un momento en que un senador de apellido Helms dijo:
-No es posible que con nuestros impuestos, ganados honradamente, estemos pagando los estudios de esta gente que nos ofende así que yo sugiero que las becas tienen que pasar por un consejo en el que se comprometan a que no van a pasar esas cosas.
Lo consiguió y mutiló la libertad, desde entonces es más difícil conseguir la beca National Endowment for the Arts.
Este escándalo que te cuento también ensanchó el escándalo original (que fue en la segunda mitad de los setentas), se hizo noticia, todo México y todo el mundo se enteró y entonces, si nunca lo habías visto, en ese momento te sorprende ver una foto con esa calidad, con esa composición, con esa exquisitez técnica y formal presentando a un hombre penetrado por objetos y en galerías serias. Además los coleccionistas babeaban por Mapplethorpe porque era muy guapo, era un chavo muy sexual, muy atractivo entonces coleccionistas le sobraban, tenía éxito comercial. Este escándalo genera que se vea más ese trabajo y ya lo puedes ver porque ya se rebasó la línea; a lo mejor no llevas a tu abuelita a la exposición pero ya no es tan fuerte.
En Ámsterdam conocí a un chavo que fue mi modelo, hicimos unas fotos que quedaron muy padres, él estaba encantadísimo y me propuso que hiciéramos unas postales con cuatro imágenes de esa serie y que pagáramos la edición entre los dos.
La hicimos y la distribuímos en los lugares gays y en los hoteles, se vendía como pan caliente. Le mandé una de esas postales a mis papás y mi madre lo único que me dijo fue está bien, ¿pero por qué un chango?, yo no le contesté, digo, si estas alturas no te has enterado de por qué un chango (risas). Lo hice porque soy yo y cuando me instalé a vivir con Pepe [Ochoa] invité a mi familia, no les dije les presento a mi cónyuge pero era algo muy evidente
Creo que la verdadera pornografía está muy clara pero si tú ves un señor con el torso desnudo y dices que eso es pornográfico, pues estás mal, date chance y dale chance a los otros que sí lo quieren ver. A últimas, bajo esta serie de ideas, yo creo que no hay pornografía, el público determina todo; el artista, si tiene libertad, se expresa y no está queriendo decir «caca», «pedo», «chis», o a lo mejor sí, pero dale chance, es artista (risas)
Zoom
Una sesión, de mi parte, es concentración en la imagen, en la luz, en la composición, en dirigir al modelo de tal manera que llegue a donde yo quiero que llegue porque mi propuesta ya no es levanta el brazo, mueve la cadera, sino que le digo a mi modelo quiero que trabajemos este tema porque porque eres teatrero, o porque eres músico, o porque eres deportista, tampoco hay que buscar peras en el olmo, y mis sesiones son muy suaves, me voy con toda la calma; les pido que no se pongan ropa muy ajustada (calcetines, calzones o brassiere en el caso de las chavas) para que no les marque la piel, y que se relajen porque conmigo así es la sesión es relajada.
También les digo:
-Si tú quieres una pose en especial que haz alucinado o porque te has checado en el espejo y te gusta tal ángulo, la hacemos y de ahí derivamos. Desplázate ligeramente, lentamente.
Todo es así, empiezo a jugar con muchas cosas y la gente se relaja inmediatamente.
Acabo de fotografiar, hace cinco meses, a una amiga que estaba a punto de parir, le dije:
-Debería hacerte unas fotos, estás rebonita embarazada
-Sí, lo pensado pero me da pena
-¿Cuál pena?, no hay ningún problema, tengo 35 años haciendo desnudo, para mí el cuerpo es mi materia de trabajo, nada más
-Bueno, vamos a hacerlo
No, hombre, ni se acordó que estaba desnuda la chava, empezamos a platicar y fue fluyendo la sesión.
Jamás estoy pensando, ni con chavos ni con chavas, en sexo ni en usar la foto como puente para llegar a eso porque si quiero eso nada más le digo a la gente oye, ¿por qué no nos echamos un pris pras? (risas) y la gente sabe si quiere o no quiere.
Mi sesiones son de mucha plática previa y de acuerdos porque está entendido que es mi trabajo y lo puedo publicar o exponer entonces les muestro todo el trabajo resultante y les digo: -Lo que no te guste, lo borramos, no hay problema, lo último que quiero es quedar mal contigo, -entonces la gente se siente muy relajada con esto y además es así, no es rollo.
Muchas veces, viendo las fotos con amigos me dicen:
-Mira qué bien está por ahí
-Sí, pero lo estoy viendo las fotos, en la sesión no vi eso porque estaba pensando en tantas cosas
Yo creo que la gente se daría cuenta si estuviera uno en ese plan. No puede ser que uno le pida a una persona que sea su modelo y salga con la estupidez de que realmente lo que quería era otra cosa y esté tu carga de deseo ahí, el deseo es maravilloso y hay que ejercerlo pero no en una sesión de fotos porque el proyecto no es ese, si lo fuera dices vamos hacer unas fotos cachondas y ya la persona sabe si acepta o no.
Hay fotógrafos de desnudo que fotografían a sus novias o sus amantes porque su tesis es el erotismo y, bueno, está claro lo que quieres y cómo lo alcanzas.
Hay una foto muy bonita de Helmut Newton; estaba desayunando con su esposa y de repente se le prendió la mecha y le dijo ¿por qué no me enseñas las tetas?, entonces ella se abrió la bata, una bata finísima y elegantísima que le quedó como marco del busto, y le hizo un retrato maravilloso.
PRIMERA PARTE: El momento decisivo
SEGUNDA PARTE: Close Up
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