Desde que alegremente, el diputado local priista por el distrito de Perote, Juan Manuel Velázquez Yunes (conocido en el bajo mundo como el ojos de periscopio, por su falta de concentración visual) aprobó la iniciativa de reforma político-electoral que dio paso a la famosa minigubernatura, traicionando a su pariente, el senador José Francisco Yunes Zorrilla, hacedor e impulsor de su carrera política, las visiones de ambos no han podido ser menos distantes.

Exalcalde de Perote como el actual senador priista y más fuerte aspirante a la candidatura priista a la gubernatura para 2016, Velázquez Yunes ha cavado una cada vez más profunda brecha con la poderosa familia de la que forma parte, alineándose con el ‘fidelismo’ gracias a su tozuda inclinación de cerviz ante los mandatos del gobernador Javier Duarte de Ochoa.

La mano levantada a favor de una gubernatura de dos años (2016-2018), azuzada por el exgobernador Fidel Herrera Beltrán para hacer a un lado los tres Yunes en filo que han buscado acabar con la oscura dictadura fidelista que busca perpetuarse en las urnas, no ha sido el único desliz de este político cuya carrera posiblemente acabe con su paso por el inmueble de la calle Encanto.

Ahora mismo, cuando el senador Pepe Yunes ha pintado una gruesa línea para deslindarse de Fidel y de Duarte, a quienes acusa junto con sus equipos compartidos de ser los causantes de la grave crisis financiera no solo del gobierno estatal sino del propio estado (que se refleja en profundas caídas en el PIB estatal en los sectores primario y secundario), el diputado peroteño, miembro de la Comisión de Vigilancia del Congreso local, ha mostrado una vez más su carácter traicionero al defender a las dependencias gubernamentales actuales de la nula aplicación de los recursos presupuestados.

No le ha bastado conocer de primera mano los argumentos contra el irregular manejo presupuestal protagonizado por el gobierno estatal, en sus versiones fidelista y duartista, ni las reiteradas denuncias por la desaparición de recursos millonarios enviados por el gobierno federal, particularmente a los sectores de Salud y Educación.

Para el solitario político (ha quedado huérfano de la dinastía peroteña), la falta de solvencia económica podría ser una causa de que exista un subejercicio en el Gobierno del Estado, por más de 15 mil millones de pesos de los años 2013 y 2014.

No ha reparado en el hecho (o no ha considerado como una causa) el que dichos recursos hubieran sido desviados a las cuentas personales de los funcionarios del Ejecutivo estatal o que se hayan utilizado en gastos superfluos o se hayan destinado a actos proselitistas o abiertamente electorales para favorecer a los candidatos priistas a las diputaciones federales, la mayoría provenientes del equipo que busca, bajo la batuta del hoy delegado del CEN del PRI en Oaxaca, Fidel Herrera Beltrán, apoderarse el gobierno estatal durante 20 años.

Para el exedil peroteño, el subejercicio calculado, por ejemplo, en casi cinco veces el presupuesto anual de la Universidad Veracruzana, se ha debido a la falta de recursos en la tesorería estatal para cumplir con el paripassu, esa parte proporcional que el gobierno federal pide al estatal en algunos casos, particularmente los que tienen que ver con casos de desastres naturales.

El problema es que su hipótesis se descalabra cuando consideramos que la mayoría de esos 15 mil millones de pesos son de recursos federales directos que no requieren contraprestación por parte del gobierno estatal.

Es lamentable que, por una parte, el senador José Yunes Zorrilla (seguramente el hoy arrepentido creador de la carrera política de su primo) esté permanentemente señalando la enorme corrupción imperante que permitirá una herencia financiera maldita al siguiente gobierno, que él quiere encabezar, y que buscará llevar a tribunales a quienes han saqueado al estado, y el diputado Velázquez se afane en echar tierra al excremento.

El imperio Salinas Pliego, a favor del PVEM

Al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), quien va de furgón de cola del PRI en los presentes comicios federales, le han salido muy baratas las sanciones impuestas por el Instituto Nacional Electoral (INE) por su desaforado gasto publicitario en medios electrónicos y en las pantallas de los cines del país, la realización de actos anticipados de campaña y una cínica repartición de tarjetas prepagadas y dádivas electorales.

Y digo que le han salido baratos por los enormes flujos de recursos que le son canalizados desde el gobierno de Chiapas y la encubierta campaña que le hace Televisión Azteca y todas las empresas del imperio de Ricardo Salinas Pliego, padre de la exdiputada federal y hoy Senadora plurinominal, cargos obtenidos con esa franquicia política, Ninfa Salinas Sada, quien el pasado 1 de mayo cumplió apenas 35 años.

Y digo encubierta porque no hay noticiero de TV Azteca en que, para cualquier tema, entrevisten a dirigentes y candidatos del PVEM, generando una mayor exposición mediática al partido.

Por si esto fuera poco, todas las tiendas Elektra del país difunden sin descanso en las pantallas instaladas en sus pasillos los spots del Partido Verde, sin que hasta el momento haya una acción de denuncia o de contabilidad de dichos impactos por parte de los demás partidos, para presentar la denuncia correspondiente ante el INE.

Quede aquí como tip para los partidos contrarios.

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