Hace un par de semanas publiqué la columna Galeano y los imaginantes sin sospechar siquiera que adelantaba un homenaje póstumo. A él y a Günter Grass, que han partido juntos, dedico la colaboración de hoy
Con palabras que hallaste en las esquinas
o tiradas bajo las bellasombras
construiste, Galeano, las alfombras
con que huimos, volando, de las ruinas.
Tú también, Günter Grass, cuando caminas
por un siglo que con tu voz trasnombras
horadas las honduras de las sombras
sacando luz de vidas anodinas.
Por distintos caminos Günter Grass
y Galeano tejieron esos lazos
que son como la punta del compás
para trazar el mundo con retazos
de abyección, de infortunios y de paz,
de tambores de hojalata, de abrazos.
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