Como cada año cuando se dan a conocer los resultados de ejercicios comparativos para ubicar los niveles de calidad de las universidades mexicanas, tanto públicas como privadas (los famosos rankings mundiales o nacionales), surgen elogios y críticas que apuntan a destacar el desempeño de la Universidad Veracruzana o a descalificar la gestión administrativa que la ha llevado a perder puestos.
En el caso de los rankings mundiales, la UV por supuesto ni siquiera aparece entre las primeras 100, espacio dominado por universidades europeas, asiáticas y norteamericanas, ni siquiera en las primeras 200, y la que más se acerca es la máxima Casa de Estudios del país, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que en el Academic Ranking of World Universities de 2014 aparece hasta el sitio 201, mientras que en el QS World University Rankings (QS) pasó del lugar 163 en 2013 al sitio 175 en 2014, lo que le significó caer 12 posiciones.
Aunque muchos se obstinan en ver a nuestra carreta competir en velocidad con verdaderos autos de Fórmula 1, lo cierto es que es mejor vernos en el espejo nacional e, incluso, regional, para detectar nuestros avances. Hay quienes proponen no sin cierta razón que deberíamos comparar año con año el desarrollo de la UV respecto de sus propias cualidades o defectos, lo que no sería un desperdicio si se hiciera por iniciativa de las actuales autoridades, pues ello permitiría reformular objetivos y estrategias.
Para tener una idea de lo ingenuo que significa buscarnos en las listas mundiales, la siguiente institución de educación superior del país en colocarse en el QS después de la UNAM fue el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (el famoso Tec de Monterrey), que pasó del lugar 279 al 253, ganando 26 escalones. De manera que a la UV tendremos que seguirla viendo en competencias nacionales y sentirnos orgullosos o preocupados, según el lugar obtenido cada año.
Lo anterior viene a cuento por la publicación del Ranking de Universidades elaborado por América Economía Intelligence en alianza con el periódico El Economista, publicado por el periódico mexicano especializado en finanzas este lunes 6 de abril (tradicionalmente era dado a conocer en el mes de junio), en el que se observa la pérdida de tres lugares por parte de la UV, lo que sin embargo la mantiene entre las 20 mejores universidades del país.
En efecto, desde que comenzaron a elaborar este ranking, en 2013, la Universidad Veracruzana se ha mantenido entre las primeras 20, lo que no es un logro menor, habida cuenta de que no solo son contempladas las universidades públicas de las 31 entidades del país, incluyendo el Distrito Federal, sino también las poderosas universidades privadas, encabezadas por el Tec de Monterrey (ITESM), la Universidad Iberoamericana (UIA) y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), de donde han egresado quienes hoy, por desgracia, están llevando a nuestra economía a un verdadero desastre, además de utilizar los recursos públicos como si fueran patrimonio personal.
No es una casualidad que en los años en que ha estado vigente este ranking, dos instituciones públicas y una privada se mantengan en los tres primeros lugares, con la UNAM siempre a la cabeza, y el segundo lugar peleado por el Tec de Monterrey y el Instituto Politécnico Nacional. Veamos la siguiente tabla en que he colocado los 20 primeros lugares en las ediciones 2013, 2014 y 2015.
Fuentes
(*) http://eleconomista.com.mx/especiales/2015/las-mejores-universidades-mexico-ranking-2015
(**) http://eleconomista.com.mx/especiales/americaeconomia/2014/06/19/las-mejores-universidades-mexico-ranking-2014
(***) http://eleconomista.com.mx/sociedad/2013/06/17/ranking-universidades-mexico-america-latina
Como se puede observar, la Universidad Veracruzana ha sido inconsistente, pero se mantiene sin discusión entre las mejores 20. En 2013 se ubicó en el lugar 18, para pasar al siguiente año a un sorpresivo lugar 12 (muy cerca del top ten) y este año regresar al 15, un sitio que podría operar como su promedio en los tres años. Casi todas las demás instituciones han tenido un comportamiento aún más errático.
¿Qué ha medido este ranking?
Por supuesto, el ranking ha medido la composición del personal académico, en cuanto al porcentaje de quienes cuentan con tiempo completo y, sobre todo, en sus niveles de formación académica.
En este aspecto, la UV se ubica en el sexto lugar nacional por mejor cantidad de profesionistas de tiempo completo y en el cuarto lugar con más porcentaje de académicos con doctorado. Hay temas en que no va bien, como el de la investigación, tanto en lo que se refiere a trabajos publicados en revistas científicas de arbitraje como en número de patentes registradas, pero hay varios en que destaca y eso le permite fluctuar entre las 20 mejores.
De hecho, entre calidad docente e investigación se considera el 50 por ciento de los puntos evaluados, a diferencia de otros rankings, más pensados para universidades privadas, en que se da parte del peso a instalaciones extraescolares como cafeterías o canchas deportivas.
Mide también la oferta de posgrados, considerando la clasificación del Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNDC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), considerando la siguiente ponderación de sus programas: de competencia internacional, en desarrollo, consolidados y recién creados. También ocupa un pequeño porcentaje el número de posgrados según el nivel (magíster y doctorado).
Dos temas más ocupan la preocupación de los creadores del ranking, el prestigio internacional, considerando las apariciones en los rankings internacionales de universidades de QS y Webometrics, y la acreditación de programas académicos de licenciatura por parte del Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (Copaes), además de los porcentajes frente al total de programas ofrecidos.
La UV es reina del sureste
El estudio para 2015 ha puesto interés en el lugar que ocupa cada universidad en la región en que se ubica. Por supuesto que la emperatriz de todas las regiones es la del DF (donde se ubican la UNAM, el IPN, la UAM, el Colegio de México y el ITAM, que ocupan los sitios 1, 3, 4, 5 y 9 del ranking nacional), seguida por la del Centro, donde se ubican UDLAP, BUAP, Universidad Autónoma de Chapingo y la UAEM (que ostentan los lugares 7, 11, 12 y 19).
Para el caso del Sureste, la Universidad Veracruzana ha recuperado su preeminencia, puesta en duda hace años por la Universidad Autónoma de Yucatán, en aspectos como acreditación, pero la consideración de todos los aspectos del estudio pone las cosas en su lugar. La UV en primer lugar y la UADY en segundo, aunque en el lugar 25, encabezan la lista que completan las universidades autónomas de Tabasco (sitio 29), Chiapas (40) y Campeche (47).
Un aspecto en que debe seguir trabajando la UV es el de la reputación de sus egresados entre los empleadores, que es apenas del 9.9 por ciento, mientras que la de la UNAM se ubica en el 91.1 %.
¿Por qué cayó la UV en este ranking?
Independientemente de que puede ser esperanzador que la UV esté entre las 20 mejores universidades del país, lo cierto es que ha habido factores que, de 2013 a 2014, permitieron su caída del lugar 12 al 15.
¿Es acaso un problema de gestión universitaria en el rectorado que encabeza la doctora Sara Ladrón de Guevara o, por otra parte, el frenón en su crecimiento en materia de infraestructura educativa, investigación científica, formación docente, programas de estudios y acreditación de programas de licenciatura tiene su origen en el casi criminal escamoteo que ha hecho la Secretaría de Finanzas y Planeación tanto de los recursos federales como de los que fueron comprometidos por la Legislatura del Estado como recursos estatales?
Por supuesto que debe haber algún problema para negociar los recursos por parte de las actuales autoridades universitarias. Mucho se ha hablado dentro y fuera de la UV de la falta de interlocución de la rectora con el gobernador Javier Duarte de Ochoa, lo que en el inicio de su gestión se evidenció con la recepción que hizo al gobernador, una madrugada en que este acudió al Campus para la Cultura, las Artes y el Deporte, acompañado de guardaespaldas y fotógrafos, para realizar ejercicios que al parecer de inmediato interrumpió, y en cuyas fotos aparece Sara con un folder bajo el brazo.
Pero eso inclusive demuestra que el gobierno estatal ha dejado en el olvido a su universidad pública, que depende mayoritariamente de los recursos estatales, como cada gobernador se ufana, aunque en la realidad le esquilme recursos importantes.
La explicación podría venir del hecho de que Duarte no estudió en una universidad pública, y menos en la UV, pero también a que en general las finanzas estatales han sido manejadas con atropello y falta de consideración, cuando no para favorecer proyectos personalistas y políticos.
Y aun así, ahí está la Universidad Veracruzana entre las veinte mejores del país.
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