-¿Sabe qué?, yo nunca voy a ser músico, -le dijo Tello Castillo a su maestro de música de la secundaria porque se le hacía muy tedioso el solfeo, el pentagrama y todas esas cosas que hoy son su vida. Bajista xalapeño que, aunque ha tocado con proyectos como Jazz entre Tres, Ronda Jazz, Puro Latino y varios más, no se define como jazzista sino como músico más atraído por el funk y la fusión.
El destello de Tello
Yo soy de Xalapa, todos me dicen Tello Castillo pero mi nombre es Eleuterio Castillo, tengo el nombre de mi papá. Él era muy melómano, cuando yo era niño tenía la sala llena de discos, los acetatos famosos, y oíamos mucha música. Yo no fui de esos que desde pequeño tocara, me hiciera unos tambores, una guitarra con ligas o cosas así, como a mi papá le gustaba mucho arreglar aparatos electrónicos, a mí me gustaba más saber cómo funcionaban los tocadiscos, los casetes, saber porqué corría la cinta, de dónde salía la música.
Mi mamá me metía a cursos de arte, de pintura, etcétera; ella trabajaba para el Gobierno del Estado, en Tesorería, y me acuerdo que una vez, cuando era niño, fue a tocar Orbis Tertius y me llevó pero también había una exposición de pintura y me quedé más viendo la pintura que oyendo al grupo.
De niño siempre estaba rodeado de música pero no me sentía atraído a un instrumento. Mi abuelo tocaba el banjo (yo creo que se lo trajo de Estados Unidos) y siempre tocaba en las reuniones y en casa de mi abuela, como son de Tamaulipas, bailaban mucha polka, redoba y todo eso, siempre había mucha música.
Recuerdo una anécdota de la primaria; una vez la maestra me dijo:
-¿Qué instrumento musical te gusta?
-El banjo
-¿Qué es eso?, ha de ser el bajo
Para mí era muy normal que en las casas hubiera un banjo, era como la guitarra.
Mis tíos también eran músicos aficionados; estaba la moda de los Beatles y toda esa revolución del rock and roll, ellos eran muy talentosos, se sabían las canciones de moda y en las fiestas tocaban y cantaban. El único que siguió fue mi tío Juan Bosco, es bajista y yo creo que también fue parte de la historia xalapeña porque es de los pioneros del bajo, él empezó aquí y tocó con muchos artistas y luego se fue con Germaín y Los Ángeles Negros entonces yo casi no tuve trato con él, cuando salía en la televisión me decían mira, ahí está tu tío. Había mucha música pero no tuve una acercamiento con los instrumentos hasta que entré a la secundaria, estuve en la Federal #1, ahí tenía clases de música pero me parecía muy aburrida porque tenía que aprender el pentagrama, el solfeo, tenía que recitar las notas, tenía que aprender la flauta dulce, no me gustaba y recuerdo que una vez le dije al maestro:
-¿Sabe qué?, yo nunca voy a ser músico, -y mira ahora (risas).
¡Queremos rock!
Cuando entré a la preparatoria fue mi época de rebelde, había una banda de rock en la escuela y a mí me gustaban mucho Led Zepelín, Los Doors y todos esos grupos.
A los de mi colonia también les gustaba mucho el rock, yo tenía 17 años y un amigo tenía su grupo de rock y tocaban muy bien, el baterista de esa banda era Luis Martínez, el hijo de Sergio Martínez, y el guitarrista se llamaba Karim, yo me le acerqué y le dije oye, enséñame a tocar guitarra pero él no me la prestaba, nada más me decía mueve los dedos, haz el clásico un, dos, tres, cuatro y junta dinero para una guitarra. Total que se me metió la cosquilla de tocar guitarra y empecé ahorrar y cuando llevaba una parte ahorrada me dice mi amigo oye, mi hermano va a vender un bajo, ¿no te gustaría comprarlo?, es más fácil tocarlo y casi no hay bajistas para los grupos. Yo me quedé pensando ¿bajo?, bueno, pues sí estaría divertido, yo estaba oyendo mucho a los Red Hot Chili Peppers y a todas esas bandas que estaban saliendo y me llamaba mucho la atención. Ahorré, me lo compré y le pedí clases a mi amigo; me estuvo enseñando como dos semanas, tal vez, pero cuando yo tuve el bajo me ponía sacar todo, me metía a los discos de mi papá, él tenía muchos acetatos muy buenos de Stevie Wonder, Earth, Wind and Fire, los Beatles, todo eso me lo orejeé y estaba yo de terco con el instrumento, estaba en la sala de mi casa viendo la tele y me sacaba las líneas de bajo de los comerciales, de los programas de televisión y hasta la música de los videojuegos.
It’s Only Rock ‘n’ Roll
Terminé la prepa y mis papás me dijeron ¿qué carrera vas a hacer?, te tienes que dedicar algo. El bajo era un hobby y yo estaba muy indeciso, no sabía qué hacer, me gustaba mucho el diseño y el dibujo entonces dije voy entrar arquitectura y en el proceso de la preparación del examen mi amigo me dice:
-Se fue el bajista de la banda, ¿no quieres entrar?
-Pero si yo no llevo ni un mes agarrando el bajo
-No te preocupes, si estás sacando todo, se te va a hacer fácil
Ellos estaban tocando en un bar en Ruiz Cortines que se llamaba La Cueva del Zorro, yo los iba a ver y me impresionaba porque la banda sonaba muy bien y dije:
-Bueno, va, me aviento, a ver qué tal.
Total que me pongo a sacar todas las canciones y me habla el del grupo y me dice:
-Antes de que entres a tocar al bar nos salió una presentación en el centro, en la Plaza Lerdo
-¿Cómo crees que me voy a presentar ahí sí jamás he tocado con nadie?
-Pues ya está, va a ser antes de que entres al bar
Y ahí me ves tocando como para 400 o no sé cuántas personas y yo muriéndome de miedo (risas), inclusive me decía la familia del guitarrista que me temblaban las piernas allá arriba (risas), me dio pánico escénico. Así fue mi primera presentación pero, después de esta prueba de fuego, entrar a trabajar al bar con el grupo se me hizo pan comido.
Bajo la regla T
Entré a arquitectura y un día vi tocar a Lucio [Sánchez] con Orbis Tertius en el Estadio Xalapeño, era un domingo en la mañana y me acuerdo que Lucio llevaba un bajo de seis cuerdas y me quedé fascinado de ver lo que tocaba, yo no entendía nada de jazz, tocaban y yo decía no sé qué están haciendo pero se oye muy padre. Me emocionó mucho escuchar ese tipo de música y le platiqué al baterista con el que estaba (Luis Martínez) y me dijo:
-Yo me llevo con el bajista porque es muy amigo de mi papá, te voy a presentar con él.
Me presentó y luego, luego le pedí clases:
-Sí, ve a la casa, ahí vemos.
Fui a su casa y me dijo:
-Vamos a ver cuánto tocas, toca algo para ver por dónde andas
Empecé a tocar un blues del TRI que tocaba en el bar; me acuerdo que empecé y él empezó a improvisar encima de lo que yo estaba haciendo. Yo no tenía idea de que se podía hacer música con dos bajos, yo tocaba la base nada más y cuando lo veía tocar decía qué increíble.
Tacos al Pastorius
Hay otra cosa que me movió mucho a la música: fui a la tienda de la Nueva Estrella y vi dos VHS de bajistas, uno era de Mark Egan y el otro de un tal Pastorius, yo decía ¿cuál me llevaré?, el de Pastorius tenía un librito entonces dije me voy a llevar ese, a ver qué tal pero yo no tenía VHS, yo tenia una Betamax y entonces fui a casa de un vecino con mi videocasetera para copiarlo.
En ese entonces no había tanto acceso como ahora a la información, conseguir algo era muy difícil y muy valioso entonces hacía uno lo que fuera por conseguir una copia, a veces los videos te llegaban muy mal hechos, no se veían o no se oían pero uno le sacaba todo el jugo al material. Pongo el video de Jaco y la primera imagen es él afinando y está su bajo grabado encima, no lo vi tocar pero lo que escuché me movió, dije qué sonidazo, ¿qué música es ésta? Agarraré el librito y como pude empecé a descifrarlo pero más que nada empecé a ver el video y los primeros ejercicios que ponía.
Yo seguía tomando clases con Lucio y me dice:
-A ver, qué estás estudiando
Saco de mi funda el librito de Pastorius y me dice:
-Ah, no estás estudiando nada
Y me puso el cassette del primer álbum de Passtorius, el que se llama Jaco, y escuché cómo tocaba los armónicos y toda esa onda y dije ¿cómo se puede hacer eso con un bajo?
(CONTINUARÁ)
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