Lo que apenas era una percepción ligera de mayor violencia, derivada de lo que conocíamos por los medios de comunicación impresos y digitales, se ha convertido en una confirmación dolorosa: en enero, la incidencia delictiva creció en Veracruz, no solo si la comparamos con enero de 2014 sino incluso con el mes de diciembre pasado.
¿Qué está permitiendo que la delincuencia esté cobrando más víctimas en homicidio doloso y robo, mientras que el secuestro no ha disminuido drásticamente? ¿Cómo podemos tener confianza en que conforme haya más inversión en los cuerpos policiacos habrá menos delitos? ¿Por qué se está utilizando a cuerpos de elite como la Fuerza Civil para cuidar fiestas populares como el Carnaval, en lugar de orientarlos a una lucha frontal contra el crimen?
Según el reporte para enero de 2015 del Sistema Nacional de Seguridad Pública, mientras en el ámbito nacional hubo una disminución de 0.7 por ciento en el número total de delitos, al pasar de 119 mil 110 en diciembre a 118 mil 207 en enero, Veracruz experimentó un incremento del 8.5 por ciento en el mismo periodo, al pasar de 2,909 delitos a 3,157.
Veracruz se colocó en el lugar 13, con un total de 3 mil 157 delitos, luego de Tamaulipas y Guerrero.
Es cierto que el número de homicidios registró una baja, al pasar de 80 a 72 casos denunciados, sin embargo, crecieron los homicidios dolosos al pasar de 29 a 30; también es cierto que mientras en enero de 2014 se registraron 10 secuestros, cifra que cayó a 6 en diciembre, en enero los casos denunciados fueron cinco, lo que no nos permite cantar victoria.
En el rubro de homicidios, Veracruz se ubica en el lugar 16 (con 72 casos denunciados), luego de Tamaulipas, Puebla, Morelos, Coahuila y Baja California.
En secuestro, aunque desde 2014 se ha visto una tendencia a la baja, Veracruz se mantiene en los primeros sitios en el ámbito nacional; en enero ocupa el quinto sitio, en una tabla en que el Estado de México ha desplazado a Tamaulipas, y Guerrero se ha unido a los sitios más importantes.
El problema más severo se ha registrado en el número de robos. Si consideramos las cifras de enero de 2014 con las de enero de 2015, este delito disminuyó 12 por ciento en el país, al pasar de 53 mil 843 a 47 mil 410, mientras que en Veracruz se registró un incremento de más de 14 por ciento, al pasar de 1 mil 197 a 1 mil 369 robos.
Veracruz ocupó el lugar 13 (con 1,369 robos), luego de Querétaro y Chihuahua.
Con esos datos, bien valdría la pena que el Congreso local convocara de inmediato al secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, para que explique las razones por las cuales en lugar de disminuir, los índices delictivo están creciendo en nuestro estado.
¿Cuáles son las condiciones que han permitido el crecimiento de los delitos patrimoniales, mediante el uso de la violencia; por qué no se ha podido abatir con mayor contundencia el delito de secuestro; cuáles son los elementos que permiten explicar el incremento en los homicidios dolosos, por qué las calles de nuestros centros urbanos están siendo un escenario creciente de robos con violencia?
Algo tendrá que decir, en lugar de solo declarar que, pese a las observaciones de la Auditoria Superior de la Federación sobre posibles desvíos de recursos en el área de seguridad (además de salud y educación) en el ejercicio fiscal de 2013, las cosas en su dependencia se han realizado con la mayor transparencia y honestidad.
Veracruz, república bananera
Vergonzoso es el calificativo que debe aplicarse al comportamiento del gobierno estatal de enviar a las huestes del denominado Partido Cardenista a ocupar en Xalapa la Plaza Lerdo, sin demandas claras, con el objetivo de impedir que el dirigente nacional del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, realizara un mitin programado en ese mismo sitio.
Justo en el momento en que arrecian las críticas en los ámbitos nacional e internacional contra el gobierno de Javier Duarte por la impunidad en que han quedado asesinatos, levantones, agresiones, atentados y amenazas contra comunicadores veracruzanos, los funcionarios gubernamentales lanzan la operación Marabunta, con que continuamente impiden la libre expresión de organizaciones políticas y sociales opuestas al régimen.
Unas veces usan al Partido Cardenista, en otras movilizan las huestes de Antorcha Campesina o, si la situación puede ser de mucha confrontación, convocan al Movimiento de los 400 Pueblos, todas ellas organizaciones parasociales que continuamente hacen el papel de testaferros para sofocar cualquier otra expresión política o de protesta.
Son esas mismas organizaciones las que han sido utilizadas para agredir físicamente a varios medios de comunicación, como Formato Siete y Periódico Veraz, con el inocente argumento de exigir aclaraciones por comentarios en contra de la organización de que se trate, en especial la de los 400 Pueblos. Hoy, por enésima ocasión, son usadas para acallar la libre expresión de partidos políticos y organizaciones sociales ajenas al control priista.
¡Qué lamentable!
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