Música, saxofón, jazz esas fueron las tres pequeñas palabras que el destino o el azar le dio a Alejandro Bustos González, saxofonista xalapeño, para que encontrara su vocación.
Sax1 Vivió muy alejado de la música pero en la secundaria tenía que cursar esa materia y ahí se encontró con la música.
2 Quería estudiar piano pero la orquesta de la escuela ya tenía pianista y, de los instrumentos de aliento que le dieron a probar, solo pudo sacarle sonido al saxofón; ahí se encontró con el instrumento.
3 Estudió la licenciatura en la Facultad de Música pero hay muy poco repertorio para saxofón en el ámbito de la música clásica y no sabía qué hacer cuando debía cursar las materias de Música de Cámara y Orquesta. Édgar Dorantes creó una alternativa para quienes estaban en ese caso; una orquesta de música popular que después se transformó en big band de jazz. Ahí descubrió su verdadera vocación: ser saxofonista de jazz.

Take One: La música

Yo no nací en una familia de músicos, de hecho fui bastante ajeno a la música hasta la secundaria y, de hecho, entré a la música por casualidad porque en segundo de secundaria se lleva música; no quise llevar flauta dulce porque dije bueno, si voy a aprender un poquito de música, voy a tomar un instrumento diferente.

Take Two: El sax

Yo estaba en la Secundaria Técnica # 3 donde, aparte de esa materia, había un club de música; fui con un amigo a ver de Técnica 3qué se trataba y nos hicieron un examen. Era una banda que usaban para tocar en los actos y eventos de la escuela. El maestro Wulfrano Alcántara, que era el director, nos puso a probar los instrumentos que necesitaba, yo quería tocar piano pero como piano sólo necesitaba uno y ya había, ni siquiera lo pude probar; primero me dio a tocar una trompeta, no le saqué sonido, me dio a tocar un clarinete, tampoco entonces me dio el sax y fue el único instrumento al que pude soplarle y sacar algún sonido. Él no era saxofonista, era cantante de la Orquesta de Música Popular, pero tocaba todos los instrumentos, por lo menos lo necesario para enseñarle a todos. Entré a la banda, tocábamos en eventitos de la escuela y de repente nos presentábamos fuera de Xalapa, en eventos; después de un año de estar ahí me dijo que, si quería tomarlo en serio, ya necesitaba un maestro de sax y casualmente tenía un compadre saxofonista, el maestro Salvador Nuño, que en paz descanse, también de la Orquesta de Música Popular; hablé con él y empecé a tomar clases particulares en su casa, de saxofón y de solfeo porque en la banda nos daban los papeles [partituras] pero nadie sabía leer porque tenían los nombres de las notas arriba, entonces estaban como de adorno.

Popo Sánchez
Popo Sánchez

Algunas veces el maestro Wulfrano invitó a Popo Sánchez como solista en la orquesta, ahí fue la primera vez que lo vi y después conseguí un cassette, no sé de dónde, y me gustó mucho. Después el maestro Rodolfo me pasó algunos cassettes de jazz, todavía me acuerdo de uno, que todavía debo tener por ahí, que es uno de mis discos favoritos, es una de esas recopilaciones que sacó Verve, la de Cannonball Adderley. Él fue uno de los primeros maestros de jazz que escuché y me acuerdo que intenté sacar algunas cosas pero no pude porque, en ese momento, todavía era algo muy lejano.
Estuve un año con el maestro Salvador y cuando se iba a abrir la convocatoria para entrar a la Facultad de Música me recomendó que presentara el examen y me ayudó a preparar algo. Yo todavía no pensaba ser músico profesional pero me gustaba la música y fui a ver qué pasaba, como hobby. Fui y todavía me acuerdo que el examen me lo puso el maestro Abel Pérez Pitón, yo todavía no lo conocía, hasta después me enteré quién era. CannoballEl examen en esa época era bastante básico, simplemente toqué la pieza que me había ayudado a preparar el maestro y después pasé al otro examen que era de cosas muy básicas como repetir notas. Salí sin saber cómo me había ido, de hecho mis papás estaban más preocupados por ver si quedaba, ellos vieron los resultados y me dijeron que sí había quedado.
Entré, al mismo tiempo, a la prepa y a la Facultad de Música, llevaba las dos cosas. Yo quería estudiar tenor pero me dijeron que tenía que estudiar el alto porque hay poco repertorio de sax clásico (bueno, no es clásico, es más contemporáneo) y el poco que hay es de sax alto.
Estando ahí formé un cuarteto de saxofones junto con Pomposa Aragón, José Pérez y Erick Salazar; ganamos un concurso de grupos de cámara de los que hacen en la facultad. Ese cuarteto duró como un año.

Take Three: El jazz

En el noveno semestre, cuando tenía que llevar Grupos de Cámara y Orquesta, realmente no sabía qué iba a hacer porque en la orquesta y en los grupos de cámara no hay sax porque no es un instrumento clásico pero tuve la suerte de que, en el

Aleph Castañeda, Alejandro Bustos
Aleph Castañeda, Alejandro Bustos

año en que me tocó llevar esas materias, regresó Édgar Dorantes de Texas y armó una banda de música popular como opción para los que tenían que llevar Orquesta. Me metí a la banda y a sus grupos de Ensamble y ese fue mi primer acercamiento formal al jazz, yo había escuchado algunos cassettes que me pasaban, pero muy poco, entonces esas fueron las primeras clases de jazz que pude tomar.
Ahí empecé a tratar más a Édgar, algunas veces me decía:
-Oye, voy a tocar en tal lado, ve a palomear
Me acuerdo que la primera vez que me lo dijo no me sentí listo y fui, pero sin el sax, después dije bueno, puede ser que me anime a tocar y empecé a ir a los palomazos. Ahí conocí a Aleph [Castañeda], me empezó a invitar a los grupos y me empezaron a ver varios músicos, y como en esa época no había saxofonistas, empecé a tocar con mucha gente, me empezó a llamar Óscar [Terán], Édgar [Dorantes], Lucio [Sánchez] y varios más.

Alejandro Bustos en el Seminario Jazz Fest
Alejandro Bustos en el Seminario Jazz Fest

En esa misma época Javier Flores organizaba el Jazz Fest, entré como en la cuarta o quinta edición, no recuerdo, y conocí a Óscar Stagnaro, tomé clases con él y entré a sus ensambles, también conocí a Vince Cherico, a Bill Pierce, no recuerdo todos los nombres. Esa primera vez no aprendí tanto porque yo no sabía mucho y daban mucha información pero no había tiempo de estudiarla y asimilarla, realmente mucho se quedaba en el aire. Fue una semana intensa porque había que estar ahí todo el día, pero me gustó mucho.
Entré como a cinco ediciones en las que fui conociendo a Marco Pignataro, Dino Govoni, Matt Marvuglio, Eddie Gómez que la primera vez que vino, él y Marco [Pignataro], aparte del seminario, venían promocionando la

Big Band de Édgar Dorantes en La Tasca
Big Band de Édgar Dorantes en La Tasca

escuela de Puerto Rico y se fueron muchos; Arturo [Caraza], Yauri [Hernández] y varios más. Yo pensé en irme porque en ese momento ya quería estudiar jazz y aquí no había mucho movimiento, pero ya me faltaban solamente dos años para terminar la facultad y decidí quedarme y terminar, aunque fuera clásico.
Después la orquesta de música popular de Édgar se volvió big band y ya me acerqué un poco más al jazz, jazz, al swing. Con esa big band Édgar se empezó a mover más, tocamos en algunos foros de aquí de Xalapa, me acuerdo que hasta tocamos en La Tasca, de alguna manera cumplimos en el escenario, tocamos en el Festival Afrocaribeño y fuimos a un festival a un lugar en el Estado de México, no recuerdo cómo se llama.

(CONTINUARÁ)

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