La llegada de Alfredo Ferrari Saavedra a la presidencia del PRI veracruzano representa, entre otras cosas, un acto de justicia, digamos escalafonaria-partidista. Y eso es debido a que el político boqueño tiene un historial de servicios al partido tan largo como impecable.

Prácticamente, Alfredo salió del vientre materno con el fierro del priismo grabado en el corazón, y ello se demuestra porque desde muy chico -casi hasta donde le llegan los primeros recuerdos de su vida- ya transcurría entre mítines, apoyos, perifoneos, volanteos, porras, visitas domiciliarias, saludos a candidatos y campañas de todos los calibres.

Es un priista químicamente puro, sin duda, que nunca ha caído en las tentaciones de los opositores cuando las cosas no le han ido bien como militante o cuando no han sido justos con su trabajo. Siempre dentro del PRI, siempre leal a su partido, con el que ha vivido triunfos y derrotas, éxitos e insatisfacciones.

Su currículum define una vida dedicada al servicio tricolor:

En 1975 ingresa como tropa al Movimiento Nacional de la Juventud Revolucionaria del sector popular de Boca del Río, Ver., en donde cuatro años después logra ser nombrado Secretario General, puesto que desempeña con entusiasmo tal que apenas un año después, en 1980, ya es Secretario de Organización del CDE de la Juventud Popular Revolucionaria en el Estado de Veracruz y en 1983 trepa a la Secretaría de Organización del CDE del MNJR estatal.

En los vaivenes de toda carrera política que se precie de serlo, Alfredo Ferrari figura en 1985 como Secretario de Acción Electoral de la Federación Estatal de Organizaciones Populares, y en 1986 trepa a ser Secretario de Finanzas del Comité Ejecutivo Nacional del Frente Juvenil Revolucionario.

Durante la década de los 90, nuestro personaje se dedicó a hacer política partidista en su municipio natal, Boca del Río, lo que implica sacrificios, aportaciones personales, tiempo y esfuerzo, y una lealtad a toda prueba siempre a favor de su partido y sus candidatos, malos o buenos.

En 2002 consiguió ser elegido como Presidente del Comité Directivo Municipal del PRI en Boca del Río y en automático fue nombrado Consejero Político estatal.

Lo fuerte, lo redoblado de su carrera renovada, ha venido en los últimos años, pues hace dos llegó a la Secretaría de Organización, el año pasado a la General y ahora ya es Presidente estatal de su querido PRI. Aunque interino, si la justicia sigue campeando en el edificio de Ruiz Cortines, con toda seguridad lo ratificarán para que sea quien conduzca en su totalidad el proceso electoral de los diputados federales.

Lo cierto es que hay varios que tienen la misma experiencia de Alfredo Ferrari Saavedra. Y también debe reconocerse que hay algunos que lo emparejan en conocimiento partidista. Pero es indudable que muy pocos tienen las relaciones partidistas que conserva a nivel nacional y difícilmente alguien podría aventajarle en capacidad, en lealtad y en su priismo exacerbado hasta la médula, de todo corazón.

Como es él…

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