En esta entrega, El Chane nos cuenta la historia de Jazz LP, una agrupación que se convirtió en un hito del jazz juvenil de esta ciudad, y del surgimiento del grupo en el que milita actualmente, Los tres pies del gato
Ya llegó, ya llegó/ ya llegó este jazz express
Jazz LP comenzó en el 2008. Empezamos un guitarrista que le decimos El Chespi que se metió a estudiar Lengua Inglesa y dejó de tocar, un percusionista que se llama Sol Palaz que ahora está en el DF, y yo. Empezamos a darle y en un momento Palaz ya no tenía mucho tiempo y, además, sonaba raro el ensamble de guitarra, saxofón y conga. En el salón de Teoría o en el de Improvisación, no me acuerdo bien, tenía un compañero que era baterista y pensé que con una batería sonaría más a jazz, ese chavo era Hiram Marcor, lo invitamos y aceptó.
Conseguimos una tocada en un lugar que se llamaba Au Petit, estaba abajo del Parque Juárez. La tocada era para el domingo y empezamos ensayar el miércoles, para nosotros era algo importante porque íbamos a tocar jazz, no era cualquier cosa, representaba un reto bastante grande y me acuerdo que íbamos bien nerviosos. No teníamos bajista pero estaba aquí un tío de Hiram que es compositor y arreglista, vive en Estados Unidos. Nos apoyó y tuvimos una tocada bien chida, bueno, yo recuerdo que estuvo muy padre, cómo hayamos tocado no sé, no hay ninguna grabación que nos pueda decir si estuvo bien o estuvo mal, pero la gozamos y creo que eso fue lo importante.
El otro hecho bastante bueno es que teníamos un montón de cuates y los invitamos a todos, entonces la chaviza de 16, 17,18 años nos fue a escuchar y el Au Petit se llenó en la primera presentación, a pesar de que era domingo.
El tío de Hiram tocó con el bajo de Juan Carlos, se lo pedimos prestado, y después de esa tocada le dijimos que se quedara con nosotros, entonces Juan Carlos entró y ya quedó bien formado el grupo.
El nombre salió una vez que estábamos comiendo en casa de Juan Carlos; Alain Derbez tenía un programa que se llamaba Jazz Estacionario y dijimos bueno, si el gas estacionario es gas LP, ¿por que no le ponemos Jazz LP? Después dijimos que el nombre era por los discos Long Play, pero fue más bien por lo de gas LP.
Petit jazz
Esas tocadas de domingo de Jazz LP empezaron a agarrar bastante fuerza, nos iba a escuchar mucha, mucha gente, sobre todo chavos. Nos pagaban $100 y a veces, terminando la tocada, nos echábamos una cerveza y ahí se quedaban, y tocábamos una sola vez a la semana entonces pensamos que estaría bien tocar en algún otro lugar. Alguna vez fue escucharnos Rodrigo Cervantes y nos dijo que tenía un café en la calle Juárez que se llamaba Luna Negra, estaba enfrente del Zona Centro:
-Tengo los jueves, vénganse a tocar acá
Fuimos y estaban las escaleras, adentro una barrita con el café y cosas muy sencillas de comer que preparaban, y cuatro mesitas en la cochera. Fuimos y, bueno, no era muy difícil llenar cuatro mesas pero además había un poco de gente parada. Ese lugar empezó a meter los Jueves de Jazz con nosotros y empezó a llegar cada vez más y más y más gente, y lo chistoso es que paralelo a esto Diego (Salas), Ramiro (González) y Carlos (Zambrano) estaban tocando en el lugar del frente; tocábamos el mismo día y a la misma hora y, aparte, se escucha todo, entonces nos tuvimos que poner de acuerdo:
-Ustedes empiezan, toman descanso y vamos nosotros; tomamos descanso y van ustedes. Fue muy padre, había, yo creo, como 80 o 90 personas paradas y también en el Zona Centro estaba lleno, entonces era algo bien, bien padre.
Lola la grande
El Jazz LP empezó agarrar mucha fuerza, afortunadamente los amigos y los chavos que nos iban a escuchar en ningún momento nos abandonaron y creo que se creó un público nuevo porque yo no sé si algunos de nuestros cuates hubieran escuchado jazz de no ser porque armamos el grupo. Y también como foro se dieron cuenta de que el jazz tenía bastante fuerza como para atraer a la chaviza, por que no estábamos tocando en un lugar donde la gente va a comer y estás tocando de fondo, no, tocábamos en lugares donde iban a escucharnos.
Después de la época de Luna Negra, Juan Carlos decidió salir para ponerse a estudiar y empezó echarnos la mano Carlos Zambrano; después Diego entró como bajista y así estuvo hasta que Chespi, el guitarrista, decidió abandonar el grupo, entonces tomó la guitarra y Carlos nos echaba la mano, pero necesitábamos un bajista de planta.
Cuando Diego se pasó a la guitarra me hablaron para una cena en la Casa de Gobierno, en la que iba estar Fidel Herrera. Carlos no podía y me pasaron el celular de Mariana (Flores Zeleny), le marcamos y aceptó. Nadie nos puso atención y lo más gacho es que un tipo, no sé si era el Secretario de Cultura o quién era, se agarró de nosotros y dijo:
-Éstos son los jóvenes que trajimos, -y él ni nos había llevado, ni nada.
Después de la tocada le preguntamos a Marianita si quería quedarse, le agradó bastante la idea y ahí empezamos otra época del grupo, yo creo que la más fructífera, fueron como dos años con esa formación.
Ya no tocábamos en el Luna Negra; Diego y yo empezamos a buscar lugares para tocar hasta que llegamos a La Lola, que en aquel entonces iniciaba en el lugar que está ahora porque antes estaba un poco más abajo. Cuando apenas tenía como un mes o dos de estar en la actual localización, fuimos a pedir trabajo y el encargado aceptó. Fuimos a tocar un sábado y nos fue excelentemente, el grupo sonaba bastante bien y otra de las cosas peculiares de Jazz LP era que se tocaba un repertorio bastante ameno para los chavos, como ellos fueron lo que los que nos empezaron a seguir, pues tocábamos bastante funk y cosas que les latían, y lo hacíamos todo de una manera bastante sencilla, no era complejo para nada, íbamos y disfrutábamos lo que hacíamos. Empezó a ir bastante gente a La Lola y nos quedamos los sábados, estuvimos ahí alrededor de dos años y medio, más o menos, sin faltar ningún sábado, y yo creo que han de haber sido, cuando mucho, unas tres veces en las que no llenamos el lugar pero había lleno todos, todos los sábados. Después Ramiro (González) empezó a colaborar con nosotros y, con dos saxofones haciendo voces, sonaba mejor todavía. Fue un boom muy padre para el grupo esa época.
El dúo dinámico
Al mismo tiempo trabajaba con Diego, tocábamos a dueto en La Caña, ahí estuvimos cuatro años tocando los domingos. Yo conocí a Diego porque él tocaba con Ramiro (González), una vez que Ramiro no pudo fui a suplirlo y desde entonces no hemos dejado de tocar juntos, tenemos como seis años. Empezamos tocando a dueto por cuestión de dinero porque era fácil para el dueño del lugar pagar dos personas nada más.
En esa época Diego y yo tocábamos de miércoles a domingo, incluso los jueves dobleteábamos, primero tocábamos en el Luna Negra y después nos íbamos a un lugar que se llamaba Aleki, que estaba frente al Teatro del Estado. Los miércoles íbamos a tocar al café Finca Andrade, en Coatepec. Había mucha chamba, nos iba bastante bien y no hacíamos otra cosa que no fuera jazz, fue una época bastante, bastante padre.
Viva La Paz
En 2009 o 2010, no me acuerdo bien, me fui La Paz, Baja California Sur nada más con el saxofón al hombro; me fui con un cuate que vive allá. Iba a tocar en la calle y si me dejaban tocar en un restaurante, pues bien. Estando allá me conecté y en diciembre del siguiente año regresé con Jazz LP pero Diego no pudo acompañarnos, nos fuimos a trío Mariana, Hiram y yo. Estuvimos allá como dos meses o dos meses y medio, fue una experiencia muy padre, Hiram y yo vivíamos juntos, entonces todo el día era música; estudiar, ir a tocar. Allá se gana bastante bien, nunca nos faltó nada, además las playas están muy bonitas. Nos la pasamos muy bien y además significó que el grupo fuera a tocar otro lado. No tocábamos en los lugares donde normalmente se toca jazz sino en bares y en cafés donde normalmente la juventud va a echarse una chela o algo así y pasó lo mismo que aquí, tocábamos en un antrito que se llamaba La Esquina, era bien chiquito, y siempre que tocábamos se llenaba.
Tuvimos muy buena aceptación y eso dejó cosas buenas porque, años después, algunos músicos jóvenes de La Paz se vinieron a estudiar aquí a Xalapa, estuvieron un rato y ahora veo en el Facebook que ya hicieron sus grupos de jazz. Lo bueno del LP es que la chaviza, cuando nos escuchaba, también quería hacer sus proyectos.
El final/ se acerca ya
Después salió Mariana del grupo y el lugar del bajista volvió a quedar vacante, entonces empezamos a invitar, casi, a un bajista distinto en cada presentación porque no podían comprometerse a estar de planta; pasaron Lucio Sánchez, Memo Origel, Ángel Luis Guerrero, Tello Castillo que fue de los que más participaron con nosotros, alguna vez Aleph Castañeda tocó con nosotros, creo que nada más nos faltó Óscar Terán. Cuando Hiram no podía, en la batería estaba a Daniel Ávila.
Después dejamos de tocar en La Lola y esto representó el fin del ciclo; ya no había tanta unión en el grupo, los integrantes ya no siempre eran los mismos y el grupo se desintegró.
Tres pies al gato y ninguno al garabato
Diego y yo seguíamos tocando en La Caña y se presentó la oportunidad de meter a otro integrante que fue David Barrera, un chavo de JazzUV, bastante buen contrabajista y con él ya se volvió trío. Después de estar ahí como dos años, un día nos preguntaron:
-¿Cómo se llaman?, nunca se ponen nombre, nada más vienen y tocan
Diego propuso Los tres pies del gato y ese nombre se quedó.
Después Diego se fue a Dinamarca y estuvo como dos meses allá, en aquel entonces estaba estudiando aquí un guitarrista de Hermosillo, Sonora que se llama Málik Peña y con él empecé a tocar todos los huesos que teníamos con Diego. También fue una época bastante divertida porque tocábamos y luego a la chela y a la fiesta.
(CONTINUARÁ)
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