Este lunes comparecerá ante comisiones de la Legislatura local el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, mientras que el martes lo hará el procurador general de Justicia, Luis Ángel Bravo Contreras.

Aunque la mayoría de los diputados acudirá para aplaudirles, bien valdría la pena que al menos uno o dos pusieran sobre el tapete cómo le ha ido a Veracruz este año en materia de incidencia delictiva del fuero común, donde ocupamos el noveno lugar nacional, con cerca de 42 mil delitos, de enero a octubre.

Según estadísticas de la Procuraduría local, hemos experimentado en octubre una disminución en los delitos de abigeato y homicidio, mientras que en materia de secuestro se mantiene sin cambio respecto a septiembre. Sin embargo, los delitos patrimoniales han ido a la alza, sobre todo los robos con violencia contra casas-habitación, negocios y de vehículos.

La creación de la denominada Fuerza Civil, de la que seguramente hablará hoy el titular de la SSP como uno de los máximos logros del gobierno de Javier Duarte en la lucha contra la delincuencia, no ha tenido prácticamente fruto alguno pues está siendo usada para el resguardo de los deportistas que participan en los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Y eso es grave porque, mientras eso sucede, por varios rumbos de la entidad están ocurriendo asaltos tanto a negocios como a viviendas y transeúntes y, todavía más, ha crecido la modalidad del robo a autobuses de pasajeros en que se han cometido también delitos sexuales, como ha documentado la prensa veracruzana.

Es sintomático que un día antes de estas comparecencias se informe de la detención de una enorme banda de secuestradores, lo que allana el terreno para difundir cifras alegres durante los encuentros con los diputados de las comisiones de Seguridad Pública y Procuración de Justicia.

El problema es que, según los datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), en su informe “Incidencia Delictiva del Fuero Común 2014”, actualizada con los datos del mes de octubre, se observe un incremento en los robos con violencia.

Mientras que los robos a casas habitación crecieron de 42 a 51, entre septiembre y octubre, lo que representa un alza de 21 por ciento, los que se cometieron a negocios crecieron de 94 a 110 (17%) y el robo de vehículos de 124 a 134 (8%), todos ellos con violencia.

Los rubros en que hubo decremento fueron los de abigeato, de 46 a 42 (- 9%), y homicidio, de 84 a 79 (-6%), mientras que los secuestros se mantuvieron sin cambio, al ocurrir en octubre la misma cantidad que en septiembre: nueve.

Veracruz sigue en el Top Ten

Veracruz se ubica entre las 10 entidades con un mayor número de delitos cometidos, en una lista que encabezan el Estado de México (205,327) y el Distrito Federal (151,144). La lista se completa con Guanajuato (79,119), Jalisco (77,757), Puebla (62,061), Tabasco (52,468), Chihuahua (49,950), Coahuila (44,356), Veracruz (41,698) y Morelos (41,052). En estas 10 entidades se han cometido 803 mil 932 actos delictivos, lo que representa casi el 60 por ciento de los registrados a nivel nacional.

Es cierto que en este rubro, Veracruz experimentó una disminución de 3 por ciento en el número de ilícitos del fuero común entre septiembre y octubre, sin embargo, en los últimos meses se ha notado un crecimiento en los robos con violencia a viviendas, transeúntes y negocios, lo que pone en entredicho la estrategia de combate a la delincuencia de escala baja por parte de las policías estatal y municipales.

En efecto, en el delito de robo con violencia, Veracruz se ubica en el noveno lugar en cantidad de ilícitos, con 4 mil 473. El estado de México, Distrito Federal, Baja California, Puebla, Morelos, Jalisco, Guanajuato, Veracruz y Chiapas acumulan 108 mil 896 robos con violencia (a casas-habitación, negocios, vehículos, transportistas, transeúntes y otros), que representan el 70 por ciento nacional.

Vale la pena destacar los robos con violencia a casas, que crecieron de 42 a 51 entre septiembre y octubre, lo que representa un incremento del 21 por ciento, y donde Veracruz ocupa el séptimo lugar, solo superado por los estados de Chiapas, México, Colima, Oaxaca y el Distrito Federal. En este rubro, sumando los estados de Jalisco, Baja California y Guanajuato, se cometió el 74.5 por ciento de los robos violentos en viviendas del país.

En el delito de secuestro, la situación no mejoró entre septiembre y octubre. Según el reporte oficial, en ambos meses se cometieron nueve secuestros, lo que permite sumar en los primeros 10 meses de este año 131 secuestros. Dicha cifra mantiene a Veracruz en el tercer lugar nacional, solo superado por Tamaulipas (221) y el Estado de México (145).

En ocho entidades del país (DF, Guerrero, Michoacán, Morelos y Tabasco, además de las comentadas en el párrafo anterior) se cuantifican 931 de los 1,228 secuestros cometidos en el país, lo que representa el 75.8 por ciento. De hecho, tres entidades del Golfo de México (Tamaulipas, Veracruz y Tabasco) tienen registro de 439 privaciones de la libertad, que representan el 35 por ciento del país. Solo en Veracruz se ha cometido el 10.66 por ciento.

De ello debemos derivar que el problema está muy lejos de resolverse, sobre todo si pensamos que los secuestros que se denuncian y por los que se abren expedientes en las agencias del Ministerio Público representan menos del 10 por ciento de los que realmente ocurren.

Solo en homicidios dolosos Veracruz escapa al top ten de la criminalidad nacional. De hecho, de septiembre a octubre observa una disminución de 5 por ciento, al pasar de 40 a 38.

Los señores diputados locales tienen materia suficiente como para cuestionar tanto al titular de la Secretaría de Seguridad Pública como al de la Procuraduría General de la Justicia. Pero ya sabemos que el poder Legislativo mantendrá doblada la cerviz ante el poder Ejecutivo.

Lo que ha logrado Ayotzinapa

Circula en redes sociales un infograma que vale la pena analizar. En él se señala lo que se considera logros de una prolongada protesta, nacida a raíz de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, Guerrero, y su precuela con el asesinato de al menos seis personas.

Según integrantes y observadores de este agigantado movimiento nacional e internacional, los logros obtenidos son: renuncia del exgobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, aprehensión del exalcalde de Iguala José Luis Abarca, anulación del contrato viciado del tren de alta velocidad DF-Querétaro, reducción de los días de la gira de trabajo de Peña Nieto por China y Australia.

Además: no reelección de Raúl Plascencia en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la obligada aparición pública de Angélica Rivera que, lejos de explicar la adquisición de su fastuosa mansión, evidenció el conflicto de intereses del presidente Peña Nieto con las empresas que harían el tren rápido; la obligada difusión de la declaración de bienes del presidente Peña Nieto, la cancelación del desfile del 20 de noviembre, la ruptura de complicidades gremiales en Televisa y el fortalecimiento y cohesión de cada vez más mexicanos conscientes.

Se vale apuntar más consecuencias de este movimiento que ha movido a más mexicanos en las últimas décadas.

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