Al paso que vamos, si la meta fuera reducir a cero la deuda acumulada del Gobierno de Veracruz, y en el ínter no se solicitara crédito alguno, veríamos caras alegres dentro de más de 35 años, es decir, por ahí de 2050, si nos atenemos a la información proporcionada este martes por el titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación, Mauricio Audirac Murillo, ante la Comisión de Hacienda del Estado del Congreso local.
Ya en julio pasado nos mareaba la danza de las cifras, porque mientras el mismo funcionario aseguraba que la deuda pública de Veracruz había disminuido a 38 mil 172.3 millones de pesos, y señalaba que Hacienda pondría esa cifra en su informe a junio, lo cierto es que la dependencia federal puso a Veracruz como la cuarta entidad más endeudada, con un monto de 40 mil 767.4 millones.
Y esta diferencia de más de 2 mil 600 millones de pesos era verdaderamente perturbadora, si bien concluíamos que podría deberse a la suma de la deuda contraída por los ayuntamientos veracruzanos, que se sumaban a la de la entidad, aunque no necesariamente a la de su gobierno estatal.
El titular de la Sefiplan dijo ante los diputados, durante su comparecencia por la glosa del IV Informe de Gobierno, que en 2013 la deuda pública gubernamental, esa que nos tiene con la inversión pública por los suelos y con bajos índices de crecimiento, sumaba 38 mil 654 millones de pesos y que, por el contrario, al 30 de septiembre de 2014, se había reducido para quedar en 37 mil 823 millones de pesos, es decir, una disminución de apenas 831 millones, la mayoría de ellos amortizados durante los meses de marzo a septiembre.
¿Qué significa tal reducción para efectos de una mayor capacidad de inversión o para lograr mejores calificaciones crediticias? Realmente muy poco, casi nada, si consideramos que esos esfuerzos por disminuir el servicio de la enorme deuda legada por el exgobernador Fidel Herrera Beltrán han obligado al gobierno estatal a acumular pasivos (no deudas, según la eufemística terminología de los contadores) por mil 500 millones de pesos con constructoras y proveedores, que han asfixiado a la iniciativa privada local y han disminuido la generación de empleos, amén de depender en el futuro de empresas provenientes de otros estados.
Y decimos que ha sido la herencia maldita de Fidel Herrera (sin quitar el dedo señalando también a Miguel Alemán) porque mientras Patricio Chirinos dejó en caja 2 mil 800 millones de pesos, con deuda en cero por supuesto, el pillo de Miguel Alemán Velasco nos dejó embarcados con una deuda superior a los 3 mil 500 millones de pesos, por primera vez en la historia de nuestra entidad.
Pero Fidel Herrera fue el máximo villano porque, mientras Veracruz retrocedió en desarrollo e hizo aumentar su rezago de obra pública, al mismo tiempo hizo crecer desorbitadamente la deuda gubernamental, tanto la del gobierno estatal como la de los ayuntamientos, y hay voces autorizadas como la del actual diputado local priista Ricardo Ahued Bardahuil, exalcalde de Xalapa, quien ha afirmado que la deuda legada fue superior a 87 mil millones de pesos.
La danza de los millones
Apenas a mediados de agosto Audirac declaraba que, al 31 de marzo de 2014, la deuda ascendía a 38 mil 500.5 millones de pesos (25 mil 859.7 mdp de deuda pública directa a largo plazo contratada con la banca comercial; 7 mil 733.3 mdp proveniente de la emisión bursátil del Impuesto Sobre Tenencia y Uso de Vehículos registrada en 2006, y 4 mil 907.5 mdp por concepto de la bursatilización efectuada en 2012).
Dicha cifra, sin embargo, habría descendido para el mes de junio pasado a 38 mil 172.3 millones (una reducción de 328.2 mdp respecto al trimestre anterior) y el funcionario dijo que al 31 de septiembre había bajado a 37 mil 823 millones. En junio, según la SHCP, la deuda de estados y municipios llegó a un saldo máximo de 489 mil 643.4 millones de pesos, del cual el Distrito Federal, Nuevo León, Chihuahua, Veracruz y Estado de México concentraban casi 50 por ciento.
Este martes, Audirac salió ante los diputados con la eterna cara optimista que ha mostrado el actual gobierno estatal cuando se refiere a la deuda; resaltó que la positiva calidad crediticia del estado tiene como principal consideración la evolución en la amortización por el pago de la deuda pública, que ha sido constante y favorable en cuanto a la disminución de su saldo.
No se entiende, por otro lado, por qué si los ingresos totales del gobierno registraron un incremento de 5.8 por ciento en el año reciente, pese al ajuste del PIB nacional para 2014 de 3.9 a 2.7 por ciento, Veracruz no avanza y en cambio retrocede, como señalan las cifras del INEGI para los dos primeros trimestres de 2014.
En efecto, los ingresos pasaron de 98.16 mmdp a 103.84 mmdp, y sin embargo, seguimos como peces arriba de la embarcación, boqueando y a punto de la asfixia financiera. La sonrisa de Audirac, sin embargo, no se desdibuja de su rostro y lanza una perorata que muchos diputados se tragaron:
“La calidad y eficiencia del gasto público en Veracruz mejoró no sólo por la aplicación de medidas de racionalidad, austeridad y disciplina presupuestal, sino también por las mejoras en el proceso de planeación, programación y presupuestación, la modernización del sistema integral de información para la planeación, la instauración integral del presupuesto basado en resultados y el sistema de evaluación del desempeño, de cuyos lineamientos resultó la operación de 60 programas presupuestarios que reportaron avances en el sistema de indicadores de evaluación del desempeño”.
Ya pronto veremos qué responde la Secretaría de Hacienda, porque Audirac sigue en su discurso de que los retrasos en obras con participación federal y la entrega de recursos a algunas áreas se realizan con retraso debido a que la Federación envía las ministraciones tarde. La vez pasada el propio Luis Videgaray le respondió en Veracruz que no se hiciera bolas ni tratara de engañar a los paisanos, porque las participaciones federales no solo se entregaban a tiempo sino con incrementos.
Lorena Piñón se prepara para dar la batalla
Ivonne Ortega, secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, recibió a un selecto grupo de líderes jóvenes de todo el país para brindarles una capacitación en materia político electoral en virtud del próximo proceso de elecciones. Ante ellos, la exgobernadora de Yucatán les dijo que en 2015 los jóvenes y las mujeres serán pilar fundamental del PRI, no solo por las cuotas de 30% y 50% para jóvenes y mujeres, respectivamente, sino por la importancia que representan para el revolucionario institucional.
Entre los miembros de este grupo que se reúnen constantemente desde hace dos años para discutir los temas de trascendencia en la agenda nacional, estuvieron el diputado local José Haro, coordinador de la bancada priista de Zacatecas, el también diputado local de Aguascalientes Eduardo Rocha; Roberto Ramírez, dirigente juvenil en Colima, el regidor Cesar Ruvalcaba de Guadalajara, el síndico Gerardo Aldaco de San Luis Potosí; Vida Gómez, directora nacional de derechohabientes del ISSSTE; Cristopher James Barousse, líder de la Red de JóvenesXMéxico, y Lorena Piñón Rivera, secretaria general adjunta del PRI en Veracruz.
En su intervención, la veracruzana manifestó que en el estado se cuenta con un gran respaldo del primer priista Javier Duarte de Ochoa, gracias a quien han emprendido acciones para beneficio de la juventud como la creación de la subsecretaría de juventud y el fortalecimiento de programas de becas, proyectos productivos y de desarrollo profesional que motivan a los jóvenes a salir adelante, reconoció también la labor de Duarte de Ochoa por el impulso a las mujeres, lo que demuestra el hecho de que el PRI estatal sea comandado por una mujer joven y de gran trayectoria como Elizabeth Morales García.
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