En esta segunda entrega Popo Sánchez nos habla de varios proyectos en los que participó, de su paso por el festival OTI y de la formación de dos orquestas: la Orquesta Sagitario, del Estado de México y la Orquesta Primavera, de Oaxaca
Sagitario, el jazz diario
Me di una vuelta Berklee, Boston pero yo no tenía dinero para quedarme allá así que empecé a estudiar armonía y orquestación por correspondencia, me asocié con otros dos músicos y hacíamos nuestras tareas y las enviábamos.
Después empecé a hacer varias producciones y una de las más importantes fue con Enrique Nery, mi amigo de toda la vida el con el que algún día me reuniré. Nuestro proyecto se llamaba SOS, que significa Sociedad Organizada en Sonido. La compañía grabadora que nos distribuyó tenía contacto con personas del Gobierno del Estado de México, esto fue en 1976 o 77, en aquel tiempo el gobernador era el doctor Jorge Jiménez Cantú. Un día me llamó uno de sus funcionarios:
-El gobernador del Estado de México quiere escuchar una orquesta, piensa en una cantidad de músicos
-¿Como cuántos?
-Los que se te ocurran; le vamos a ofrecer una audición en el Palacio de Gobierno, en Toluca.
-¿Para cuándo sería esto?
-Dentro de 15 días
-Pero hay que escribir 10 o 12 arreglos en 15 días
-¿Lo tomas o lo dejas?
-Lo tomo
Fue un reto para mí.
Llegó el día y cuando regresaron de una gira de trabajo la orquesta ya estaba formadita ahí. Me llevé los mejores músicos porque les hablé de la posibilidad de un contrato. Cuando empezó a sonar la orquesta, dicen que el gobernador dijo:
-Es música ambiental, es música grabada
-Venga señor
Lo llevaron a donde estábamos y se sorprendió al ver la orquesta. Era un dos de mayo; le gustó tanto que dijo:
-Desde ayer están en nómina
Nos compraron un frac para el debut que se hizo en el Salón Rojo del Club Toluca. Sonaba muy bonito esa orquesta, no está bien que lo diga pero yo no he escuchado otra orquesta así. Tengo un documento de la BBC de Londres que dice:
-Es una orquesta de excepcional calidad, la tenemos programada en toda la cadena BBC y queremos que nos manden más material.
Esa orquesta duró lo que le faltaba al gobernador, cuatro años. Después luché por darle continuidad; fui al canal 13 de Imevisión, que ahora es TV Azteca. El director era una persona muy sensible, Pablo Marentes, también fue director del canal 11. Ahí estuvimos varios meses; iniciamos una serie que se llamaba Algo Especial, que conducía Alfonso Arau a la que llegaron de invitados todos los que no tenían compromiso con Televisa: Elena Burke, Chava Flores, Mona Bell, Amparo Montes, Eugenia León que todavía no era muy conocida, estaba muy joven, todos esos fueron acompañados por la orquesta. Todo iba muy bien hasta que llegó Venus Rey y puso las banderas de huelga para destruir la orquesta porque no quería que se dijera que había otra orquesta mejor que la suya, es una de las partes oscuras de Venus conmigo, así como me apoyó en otras ocasiones; él me dio de cal y de arena. En fin, se acabó la orquesta Sagitario pero dejó esa huella.
La canción iberoamericana
Participé en el festival de la OTI durante 10 años, más o menos; ahí acompañé e hice arreglos para muchísima gente. Empecé tocando detrás de un atril, después fui arreglista y el último año que participé fue como presidente del jurado junto con la cantante Dulce, con Memo Méndez Guiú y gente muy reconocida del medio. El propio jurado me eligió como presidente, esta fue mi última participación en el festival, fue en 1992.
De la ilusión al tropezón
En 1982 me invitaron a hacer grabaciones de música ambiental para la compañía Muzak, de Nueva York. Cuando llegó el programador, Rod Baum, a supervisar las grabaciones puse la condición de que fuera pura música de autores nacionales. Era una gran orquesta que en Canadá grababa con directores importantes, andaban por todo el mundo y yo tuve la suerte de que me invitaran y me di el gusto de grabar a todos los autores mexicanos; grabé muchísimas cosas de Ruiz Armengol y de muchos más. Hice 130 orquestaciones que grabé en formato de cassette, guardo gran parte de ese material.
Fue mi mejor época, me fue muy bien tanto artística como económicamente. La parte triste de esto es que puse un estudio de grabación con un yerno. En aquel tiempo era costosísimo poner un estudio, no había los aparatos de ahora. Vendí una casa, me deshice de mi auto, de un terreno que está ubicado en la parte más bonita de mi pueblo, de todos los dólares que gané en Muzak; fue una fortuna para lo que un músico puede percibir y todo lo perdí porque se me convirtió todo en fierros viejos. Es una de las cosas que me duelen tanto porque perdí casi todo mi patrimonio, me deshice de todo por la ilusión de tener un estudio de grabación, y mejor no sigo recordando eso porque es muy doloroso.
Por andar en lo mío descuidé mucho a mi familia en el aspecto moral, en lo material creo que dentro de mis posibilidades no le faltó nada pero, lo más importante, viví muy despegado de ellos; es otra parte oscura de mi vida que cargo por el resto de mis días.
Sé, que una nueva luz/ habrá de llegar…
Después me llamaron del Gobierno del Estado de Oaxaca. Me platicó Mario Ruiz que el gobernador Pedro Vázquez Colmenares le dijo:
-Yo quiero una orquesta para Oaxaca, que interprete nuestra música pero a otro nivel
-Ya te tengo a la persona
Y me recomendó a mí. Llegué a Oaxaca y tuvimos el gran debut el 18 diciembre 1984, con la presencia de todas las autoridades de ahí. También tengo muchísimos recuerdos bonitos, es gente muy respetuosa.
Dentro del anteproyecto me llevé varios músicos como asesores para que se encargaran de las diversas especialidades; especialistas en boquilla circular, un pianista, un bajista. En ese tiempo andaba un violinista francés, Emilie Hisung, que fue violín concertino de la orquesta de Frank Pourcel, me lo presentaron músicos que tocaron junto con él en la orquesta de Paul Muriat. Él ya me conocía por referencias. Le dije:
-Oye, Emilio, hay tal proyecto y nada pierdo con invitarte, a ver si te interesa
-¿En dónde será eso?
-En Oaxaca
-Vámonos
-Antes déjame decirte cuáles son las condiciones de remuneración
-No me interesa, vámonos
Hizo un trabajo tan bonito allá.
Nacerá ahí/ la bendita primavera…
Se hizo una convocatoria a nivel estatal para hacer un examen para integrar la orquesta y que los músicos se ganaran su atril como debe de ser, no por dedazo. Llegaron de todas partes del estado, gente que ni el castellano hablaba bien. Otros llegaban con instrumentos envueltos en costalitos de manta. Total que se integró una orquesta con campesinos y con jóvenes estudiantes, para mí fue muy emotivo ver eso, muy satisfactorio porque se creó una fuente de trabajo que todavía está ahí: la Orquesta Primavera.
Me reí, lloré, viví todas las emociones en los cuatro años que estuve allá. Recorrí las siete regiones con esa orquesta; fuimos a unos lugares de muy difícil acceso, recorrimos caminos peligrosísimos, con peligro de deslaves, donde el autobús se sacudía, todo eso viví.
A los pocos meses de haber llegado me llamó el gobernador y me dijo:
-Fíjese que viene el Cuarto Festival de Bandas y yo quiero que usted escriba y dirija.
Yo me imaginé que se trataba de las bandas tradicionales de los pueblos tocando por separado, pero sucede que las conjuntaban a todas, era un conglomerado eso. Se superó el número de músicos que estaba previsto, llegaron 5000 músicos. Yo empecé hacer las orquestaciones para una banda común y corriente, una banda normal de 40 instrumentos y de ahí se iban a fotocopiar las partituras para repartirlas.
Llegaron bandas de todas las regiones, había ancianos, jóvenes y hasta niños tocando. Pues ahí tienes que a última hora pusimos a trabajar a todas las fotocopiadoras la ciudad y las de los pueblos circunvecinos para poder completar el material. Se distribuyó todo oportunamente y se hizo el concierto el Día de la Bandera, el 24 febrero de 1985, año trágico para México, pero esto todavía no ocurría.
Tuve intérpretes, por supuesto, porque aun en el mismo estado de Oaxaca el zapoteco se pronuncia diferente en cada lugar, entonces había personas encargadas de transmitir mis indicaciones en los ensayos previos, que fueron durante tres días a pleno sol, hubo desmayados y deshidratados, estaba ahí la ambulancia y los auxilios médicos.
Llegó el día del concierto, fue a las 7:30 de la noche en el Cerro del Fortín, donde hacen las festividades de la Guelaguetza, caben 12,000 personas ahí. Todo el centro del lugar estaba ocupado por los músicos y había 7000 almas rodeándolos. Todos los músicos iban vestidos de manta blanca. Iluminaron todas las iglesias de la ciudad, había cielo estrellado y las luces daban un efecto especial sobre el blanco de la manta. Qué emoción, Luis, es casi casi inenarrable. A mí me temblaron las piernitas, me dieron mi batuta y comenzamos.
Hubo como un capricho, una idea loca de que tocaran música de Glenn Miller, San Louis Blues y esas cosas, pero también música de Oaxaca como La canción mixteca. El cierre del programa fue con Dios nunca muere. Todo mundo se puso de pie y parecía que ni respiraba la gente. Todos estaban estáticos y su expresión era de mucho respeto, es todo un rito Dios nunca muere, a mí se me erizaba la piel de verlos. Como la gente no se quería ir, tocamos el oaxaqueñísimo danzón Nereidas, cuando llegó eso se vino una lluvia de flores. Fue impresionante, impresionante.
Todo eso lo grabó la televisión, yo lo llegué a ver en el canal 11 y el canal 4 también lo grabó, por ahí debe estar ese documento. Para algunos es como récord Guinness, pero eso no me importa porque yo lo llevo en la cabeza y en el corazón. De ahí salió un álbum doble que se llama Oaxaqueños de siempre.
Oaxaca, yo te admiro y por ti suspiro…
Aprendí muchas cosas de sus tradiciones, las mayordomías, el tequio, las tamaladas. Conocí las chilenas y unas canciones tan bonitas de gente muy talentosa, hay una composición que se llama Mujer oaxaqueña donde el compositor Rodolfo Villegas Bolaños hace una descripción de las siete regiones:
Qué belleza la que tú presentas bajo ese traje
oaxaqueña de los ojos negros y la piel morena
cuando bailas en la Guelaguetza, cubierta de encaje
yo te admiro y por ti suspiro al verte danzar
Es un poema esa canción.
Había un señor con un corazonzote, don Pedrito Arenas, violinista de cerca de 70 años de edad. La edad límite para entrar a la orquesta era de 50 años, era un tanto injusto porque hay gente de 60 que toca maravillosamente, pero por algunas reglas se puso ese límite de edad.
don Pedrito llegó con su violín:
-A ver maestro, dígame
-Tome, don Pedrito, toque esto
…
-Bien don Pedrito
-¿Quiere que toque alguna otra cosita, maestro?
-No, un don Pedrito, suficiente. ¿Cuál es su edad?
-49 años
Voltee a ver a los sinodales:
-Está bien, don Pedrito.
(Risas)
Alguna vez uno de los músicos me invitó a comer a su casa, era de un pueblito. Tenía sus dos vaquitas ahí y me dijo:
-Mire, esas dos vacas, de Orquesta Primavera
Su casita era de piso de tierra y tenía un refrigerador:
-Éste lo compré de Orquesta Primavera, hago productos de leche y sus derivados
Hablaba a medias el castellano, que satisfacción.
A las chiquillas que tomaron clases de violín con Hisung después las vi tocando en la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, ahí siguen, son grandes violinistas, y otros músicos que llegaron de allá también están bien colocados en sinfónicas. Me queda esa satisfacción.
No nos alcanzaría el tiempo para narrar de todas las anécdotas de allá pero sí te voy a comentar la última: cuando decidí que era momento de la retirada porque ya había salido el gobernador, entró otro pero ya no era lo mismo, se enteró don Pedrito y me dijo:
-Maestro, no se valla, si usted se va esto se va acabar porque usted es el que mueve todo y lo respetamos mucho; no, no se valla
-Mire, don Pedrito, ya no es lo mismo, ya está otra persona aquí y yo ya tengo que regresar a México
El rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez dijo:
-Esperemos que el maestro cambie de idea, vamos a platicar con las autoridades para ver en qué forma podemos evitar que se vaya
El día de mi despedida se hizo un concierto en el teatro Macedonio Alcalá, al terminar, los músicos empezaron a tocar Las Golondrinas, la gente se puso de pie…ahí me acabaron, fue muy emotivo.
Como a los tres meses, ya estando en la Ciudad de México me llegó la noticia de que don Pedrito había fallecido; cuando me dijeron eso me remordió la conciencia y ahí voy a la misa de cuerpo presente. Saliendo de la misa, la orquesta fue tocando Dios nunca muere por todas las calles hasta llegar al panteón. Después del sepelio se me acercó la viuda:
-Desde que usted se fue empezó entristecer mi marido; él no quería que usted se fuera y se murió de tristeza
Pero me lo dijo en un tono casi, casi de reproche
Así sucedieron muchas cosas, pero de todo aquello me queda la satisfacción de que se abrió esa fuente de trabajo y sigue ahí, sé que no tiene el mismo nivel, pero sigue funcionando la orquesta.
(CONTINUARÁ)
PRIMERA PARTE TERCERA PARTE