-Creo que las mismas condiciones por las que los músicos usualmente nos quejamos; que si fulanito, que si tal director, que si Difusión Cultural, pero en realidad muchas posibilidades han surgido a raíz de esos conflictos institucionales, dice Óscar Terán en esta entrega en la que nos habla de su llegada al jazz, de su paso por la Orquesta Sinfónica Juvenil, por la Orquesta de Música Popular, su llegada a Orbis Tertius, y hace un análisis de los momentos clave en el desarrollo del jazz de Xalapa
Quisiera ser una jazzista/ para llevarte mis dulces trinos
En el jazz empecé porque tenía un compañero yucateco, guitarrista, que tenía tres o cuatro discos, con él me ponía a escuchar y me decía, mira, esto es así y asá; una de las maravillas de ese tiempo es que escuchabas un disco a profundidad, ahorita traes el Ipod y escuchas todo y no escuchas nada.
Yo en realidad no tenía ningún interés por el jazz y curiosamente Andrés decía: -Mira, esto es como tocan los jazzistas
Muchos dicen que Andrés no te deja tocar jazz y no es que no te deje, es que es un mundo que requiere una disciplina y el clásico también requiere disciplina; es como a los árabes que los dejan tener las esposas que puedan mantener, pero a veces dices eso qué tan chido está, si con una apenas puedes (risas), con el jazz y el clásico es igual.
Es chistoso, pero aprendí a leer cifrado con el Guitarra Fácil, yo compraba la revista y ahí aprendí
Un día José Miguel Flores (Pacheco) y Daniel (Ávila) me invitaron a tocar con ellos. En esos tiempos había bajistas eléctricos, pero casi no había contrabajistas, solamente estaban Aleph y un alumno de Andrés que se llamaba Alexander o Alexandre, no recuerdo, le decíamos el Ranger, él era el que tocaba con Miguel y con Daniel pero se fue a Tijuana y me invitaron a tocar a mí. Ahí fue cuando empecé con el jazz.
Después llegó Adolfo y me dijo:
-Oye, no tengo bajista, ven a la casa y tocamos
Estuve con Jazz entre Tres cuando estaba Stephan (Oser), como tres o cuatro meses.
Yo seguía estudiando clásico, con los grupos, tú sabes, tocamos al rato, tocamos mañana, tocamos pasado mañana, iba a los ensayos pero mi prioridad era estudiar, entonces hablé con Adolfo antes de que se grabara el disco y le dije:
-Mira, yo puedo grabar, pero la verdad es que yo no puedo dedicarme de lleno al grupo
-Pues entonces no grabas
-Bueno, está bien, no importa
Adolfo quedó dolidísimo de eso, ya lo conoces.
Seguí con Miguel y Daniel porque con ellos podía decir no puedo ensayar, no puedo tocar, tengo tal y tal cosa, y podía acomodar mis horarios.
Después entré la taller de Alejandro Corona. Él tocaba tenía un trío con Rodrigo y con Aleph y después estuvo Andrés en el lugar de Aleph. Un día Alejandro me invitó a tocar y me dijo:
-Quiero grabar un disco, ¿cómo ves?, ¿le entras?
-Pues sí
Él tenía cierto peso e íbamos a tocar al DF
Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando
En el 2003 tuve un hijo y a cinco o seis años de la carrera empecé a dejar el clásico, terminé la escuela pero fue una cuestión heroica; ya no estudiaba lo que debía, no llegaba bien preparado a los exámenes.
Una realidad de nuestro país es que tú empiezas a tocar un poquito y ya tienes trabajo, y la fiesta y todo eso. Te puedo nombrar un solo contrabajista mexicano que se dedicó en serio al instrumento, Agustín (Bernal), pero la realidad es que hay muchos buenos bajistas y buenos músicos pero aquí la idiosincrasia así es, tú empiezas a tocar y empiezas a rolar y el clásico te da disciplina, sobre todo con maestros exigentes como Andrés, con él por muy flojo que seas, tienes que trabajar, es como tener un martillo siempre sobre la cabeza y no hay otro camino, está muy mitificada la cuestión de la iluminación artística, de la musas y eso, pero cualquier músico tiene que trabajar mucho.
Charlie Parker era mal saxofonista, muchos dicen, es que no lo entendían; no, era mal saxofonista y el señor se puso a estudiar como loco. Tony Williams, en la gira por Europa con el quinteto de Miles, consideraba que tenía mal tiempo y se encerraba en el hotel a pegarle al plato, a pegarle al plato. El mismo Miles en todas las entrevistas decía:
-Los blanquitos siempre dicen tú eres negro, tú tienes feeling y no, yo no soy un accidente, yo trabajo, yo estudio, yo practico
Uno a veces no cacha que esa es una necesidad, que el talento no sirve si no hay trabajo.
México es un país en el que hay cierto confort, cierta comodidad pero es un peligro, muchos músicos maravillosos que caen en el confort, se pierden. En Nueva York no te puedes dar ese lujo, si tú fallas una nota, hay 100 bajistas atrás de ti, sin nombre pero que están preparados para no fallar esa nota que tú fallaste y pues necesitas pagar una renta de 1000 dólares mínimo por tu cuartito. Acá tenemos una cuestión un poco más confortable porque hay menos competencia entonces, una de las ventajas del clásico es que te da esa disciplina.
Otra de las cosas de México es que siempre tratamos de maquillar, se dice que no hay delincuencia, que no hay violencia, que estamos súper bien. Siempre es:
¿Cómo estás?
-Bien
¿Y tu familia?
-Todos bien
En cambio a los chinos, por ejemplo, si tú vas a un hotel les dices, esto no me gusta, para ellos es oro.
Estaba yo leyendo la otra vez que el gobierno no me acuerdo de qué país, es al contrario, siempre pone el panorama más caótico de lo que es, dicen nuestro Producto Interno Bruto es tal y publican mucho menos de lo real.
Pero nosotros siempre maquillamos las cosas.
Presta pa’ la orquesta
Después entré a la Orquesta Sinfónica Juvenil, ya con un niño necesitaba un ingreso seguro pero ya conoces las condiciones, creo que ganábamos 4000 pesos al mes, una cosa así y tardaban tres meses en pagar; fue una época bastante estresante, pero parte de.
Entonces me dediqué más bien a tocar por trabajar, después hubo chance de entrar a la Orquesta de Música Popular y la recuerdo con todo el cariño y respeto pero ahí, si algo no era importante, era mi trabajo; yo tocaba el contrabajo y doblaba las partes porque casi todas eran las partes del bajo eléctrico, entonces prácticamente era ir y sentarme y daba igual si tocaba o no tocabas pero, bueno, quedé muy agradecido porque creo que el primer empleo que permitió vivir.
No hay jazz que por bien no venga
Cuando Lucio se jubiló el Orbis se quedó sin bajista y tenían dos temporadas de Arte para Universitarios, eran como 12 conciertos en una semana; Aleph se iba a echar unos y yo otros, Aleph se echó creo que tres y después por alguna razón no pudo y yo me eché los demás.
En ese tiempo una vez me eché un palomazo con Franco en una de esas noches que por alguna extraña razón estaba despierto a esas horas, o creo que lo invitaron a tocar al Zona Centro y me invitó y le gustó cómo toqué. Él era jefe de personal, el grupo no tenía director y Franco era el que firmaba los contratos y me invitó y, como te digo que siempre me pasa, cuando me doy cuenta ya estoy ahí.
Esa fue una época en la que se gestaron muchas cosas.
En esos tiempos me acuerdo que siempre tocábamos y yo siempre trataba de invitar a Lucio, a Memo, a Humberto para de darles su lugar porque se predicaba que en Xalapa el jazz había aparecido apenas hacía algunos años y
no es así. Alci se ha encargado de subir a YouTube algunas cosas que sonaban muy, muy bien, como Four Winds el grupo de Franco donde estaba Andrés y suena muy profesional, quizá más que muchas cosas que hay actualmente.
Yo creo que en Xalapa ha habido como varios saltos, o sea, hay una línea y hay varios puntos en los que se ha generado, ha habido como explosiones, como etapas en las que revienta la estrella y se esparce, y pasa el tiempo y revienta otra. Una época importante fue cuando Lucio, Picos (Sergio Martínez) y todos esos grandes músicos generaban proyectos. Otro punto fue cuando se hacía el Jazz Fest, casi todo el círculo de músicos que ahora están tocando pasaron por ahí, estuvieron Gerry López, Enrico, el baterista que está ahorita en dando clases en JazzUV, yo creo que todos. Yo creo que el problema fue que pasaron dos, tres, cuatro seminarios y siempre acababa viniendo el mismo personal y creo que es un poquito también el peligro de JazzUV, que de repente también hay personal que repite, que repite y que repite mucho pero, bueno, esa es otra historia.
Cuando se jubiló Lucio, como te decía, se generaron varias cosas. Es cuando nace JazzUV. Me acuerdo que en ese tiempo invitaron a Édgar para que dirigiera al Orbis; ya estaba Miguel pero tenían la idea de que aunque había pianista viniera él a dirigir, pero Édgar ya tenía la idea hacer un proyecto educativo y aparte artístico, tenía esa intención desde que dio un diplomado en Veracruz pero no se pudo porque es como pasa con las semillas, a lo mejor aquí no se da la guayaba y puedes estar toda tu vida sembrando guayaba y no se va a dar, yo creo que es importante que lo que tú pienses sembrar tenga las condiciones, tenga una tierra adecuada para obtener el mejor resultado.
Yo creo que los conflictos que ha habido en la universidad han sido como un caldo de cultivo, o sea, en cierta medida a lo mejor hay una bacteria así y una así y una así y el resultado siempre es caótico y azaroso entonces yo creo que las mismas condiciones por las que los músicos usualmente nos quejamos; que si fulanito, que si tal director, que si Difusión Cultural, pero en realidad muchas posibilidades han surgido a raíz de esos conflictos institucionales, así nació Renegado, la Xalli Big Band, el mismo Jazz entre Tres.
Y es cíclico, no creo que vaya a llegar de repente un director a difusión con el que todo esté bien y todo renazca; es algo que así es y así va a ser, es un modus, viene una administración toda desordenada y viene otra desordenada y viene otra y de todas maneras eso genera cosas, genera movimiento, de hecho yo creo que rompe un poco con la comodidad en la que a veces estamos y finalmente no hay mal que por bien no venga.
(CONTINUARÁ)