Como gato boca arriba, Eduardo Carreón Muñoz está defendiendo su provechosa posición como presidente del Comité de Dirección Estatal del Partido Nueva Alianza en Veracruz.
Ayer jueves, por ejemplo, en la conferencia de prensa que convocó para anunciar que el próximo domingo 31 de agosto tendrá lugar en Xalapa la Convención Estatal de Jóvenes de Nueva Alianza –evento al que aseguró que asistirá la dirigencia nacional del Panal dizque para darle formalidad al Movimiento Generación Nueva Alianza que, según presumió, es resultado de una iniciativa personal que compartió con su máximo dirigente Luis Castro, y que hoy esta estructura juvenil existe en más de 40 municipios–, Carreón se jactó de que el comité directivo que encabeza es la primer dirigencia en Veracruz que concluirá en tiempo y completo su periodo estatutario; que han sido no sólo cerca de tres años como dirigente, sino nueve años de construir una base partidista sólida; que “en Veracruz, hemos logrado tener la mayor cantidad de puestos de elección popular, nunca antes alcanzados”, entre ellos “una bancada legislativa de cuatro diputados y representación en varios municipios de la entidad”, y, finalmente, se regodeó de que “somos el primer lugar nacional de afiliación ante el Instituto Nacional Electoral, con más de 70 mil militantes credencializados”.
Sin embargo, contra lo propalado por Carreón, la dirigencia nacional del Panal está preocupada por la situación real del partido en la entidad a un par de meses de que inicie formalmente el proceso electoral federal de 2015. Saben que la estructura territorial es un mito y que el membrete partidista ha sido puesto a disposición del grupo priista en el poder a cambio de canonjías políticas y económicas. Hace un par de semanas, por ejemplo, renunció a su cargo y militancia el secretario general José Francisco Pineda González, quien anunció su afiliación al partido Movimiento Ciudadano. El ex dirigente, por cierto, se llevó consigo un vehículo propiedad de Nueva Alianza.
Pero éste, al parecer, es un mal general, ya que Carreón Muñoz también ha sido señalado de administrar y disponer los recursos del partido como si fueran de su propiedad. Liposucciones, injerto de cabello, cirugías de mentón, pómulos, arreglo de dientes y nariz, son presuntamente pagadas con las prerrogativas que pertenecen a los militantes de Nueva Alianza. Aparece, además, como dueño de millonarios inmuebles, departamentos y ostentosas mansiones en su natal Gutiérrez Zamora así como en la colonia Cuauhtémoc y los exclusivos fraccionamientos residenciales Lomas del Tejar y La Marquesa, en Xalapa.
También le atribuyen ser dueño de lujosos vehículos como un Honda Accord 2014, de un Fiat Gucci Edición Especial 2014 y de una camioneta Hummer 2014 equipada y todo terreno. Además, gracias a la coalición priista “Veracruz para Adelante” de la que el Panal formó parte en el proceso electoral local de 2013, Carreón recibió nueve vehículos marca Nissan en diferentes modelos, los cuales son usados por sus más allegados y estarían a nombre de su grupo de incondicionales.
Además, la dirigencia nacional habría detectado que las prerrogativas, transferencias y recursos las maneja a través de varias cuentas bancarias, tres de ellas a su propio nombre: la número 55655517895 de Banco Santander, la 6335725548 de cuenta-nómina y la 6389777270, de ahorro, ambas del Banco HSBC. Su hermano Andrés Carreón Muñoz aparece como titular de la cuenta 41523122765448184, de Bancomer, y otras dos cuentas, la 0847899702 de Banorte, y la 4008190237733491, de BANCOPPEL, están a nombre de su esposa o pareja Jacqueline García Hernández, quien inició su “carrera política” como distribuidora de camisetas y gorras en Nueva Alianza y ahora es diputada local gracias a la negociación de Carreón, quien ya no pudo alcanzar para sí la otra diputación plurinominal que había pactado con los operadores del PRI y de Palacio de Gobierno.
Ahora, ante la imposibilidad de que lo dejen reelegirse en septiembre como presidente del Comité de Dirección Estatal, Carreón intenta dejar asegurada a la llamada “Lady-Panal” al menos en la Secretaría General, pues la diputada local presume de tener músculo político y “vara alta” con el dirigente nacional Luis Castro, pese a que en el 2012 quedó en último lugar en la contienda por la diputación federal y hasta perdió en su natal Ciudad Mendoza.
Américo, bien evaluado
Al buen paso de Américo Zúñiga al frente de la administración municipal de Xalapa se le suma en días pasados una buena noticia: la calificación positiva de HR Ratings, consultora de riesgos de inversión, reconociendo el manejo adecuado de sus finanzas públicas, lo que es un referente para los inversionistas de una “perspectiva estable”, destacando su capacidad administrativa para garantizar el pago oportuno de sus obligaciones de deuda y mantener un riesgo crediticio de bajo impacto en el manejo de su gasto presupuestado. Esto implica, desde una óptica externa, el reconocimiento de que se tiene una administración adecuada de los recursos presupuestados para Xalapa, lo que es la base para lograr un desempeño equilibrado con respecto a los compromisos de Américo en materia de obra pública, de mejoramiento de servicios y de atención a las necesidades que en conjunto impactan en la calidad de vida de los xalapeños.
Xalapa no es una ciudad fácil y sus habitantes siempre tienen reservas en la opinión que tiene de sus gobernantes. Ello se refleja en el pluralismo electoral y en la dinámica de las protestas y las expresiones que muestran una ciudad capital con un notorio avance de una sociedad que se organiza para distintos fines.
Américo ha tenido una actuación que empieza a mostrar los resultados positivos de un gobierno que se abrió paso en una competencia electoral complicada. Los avances se destacan por ejemplo en materia de gobernabilidad al ser un alcalde que ha establecido una comunicación efectiva y respetuosa con los integrantes de su Comuna, y con los legisladores locales y federales, incluso con quien pertenece a un partido distinto al suyo y que se ha sumado a bajar recursos para concretar obra pública.
La comunicación es un signo de identidad de su gobierno; lo mismo atiende a colonos en mesas de trabajo con la presencia de sus colaboradores, ataja conflictos como ha sucedido en la congregación de El Castillo o en la colonia Pastoresa, encabeza acciones de faena para rescate de espacios urbanos como lo ha hecho en la Laguna de Casa Blanca o como ahora lo intenta con la vieja fábrica textil de San Bruno y da seguimiento a las acciones de atención ciudadana en su gobierno, poniendo especial énfasis a cualquier situación de discriminación, violencia de género o de desatención a sectores vulnerables de cualquier punto de Xalapa.
Su obra pública es un primer paso de acciones de transformación de la ciudad, donde se busca tener mejores vialidades, mejores servicios de abasto de agua y sanidad con respecto a la recolección de los residuos sólidos, alumbrado, atención médica o de apoyo educativo.
Los que creían en las palabras del alcalde priista de Xalapa han crecido significativamente con hechos palpables en sus primeros ocho meses de gobierno y esto es parte de una visión personal de largo plazo que expresó en su toma de protesta: construir los cimientos de una ciudad futura, bien evaluada financieramente, viable en su crecimiento como se ha propuesto con el respaldo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y con expectativas de crecimiento económico a la vista, teniendo el turismo y los servicios directos como una vía que dará resultados con la ampliación del aeropuerto de El Lencero, el más próximo a Xalapa, y con una ambiciosa dinámica que acompaña la petición para hacer viable la operación de un Word Trade Center (WTC) en esta ciudad.
De este tamaño es el compromiso de Américo Zúñiga y va caminando para conseguirlo.