Solo superados por Tamaulipas y Michoacán, en Veracruz el secuestro está al alza y muchas son las víctimas que, junto con sus familiares y amigos, han vivido el drama de perder su libertad y de disponer de valiosos recursos para recuperarla, sin que haya un buen remedio para contener la escalada.

Según datos proporcionados por el secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en su informe al primer semestre de 2014, la delincuencia aprieta y, aunque en materia de delitos dolosos y culposos no estamos en los primeros sitios, en secuestro y extorsión nos están quitando la poca calma que disfrutábamos hace unos cinco o seis años.

Con datos al 30 de junio, proporcionados y actualizados cada mes por las Procuradurías y Fiscalías de las 32 entidades federativas, el informe presentado por el SNSP es desalentador. Para el caso de Veracruz lo es más porque, si bien no vivimos enfrentamientos armados de la magnitud de los que ocurren en otros estados, para el caso de los secuestros y extorsiones estamos en la lona.

Aunque la norma ha sido que el gobernador Javier Duarte de Ochoa minimice los hechos delictivos en la entidad, ayer tuvo que reconocer que el secuestro está asolando a los veracruzanos.

De enero a junio de este año se denunciaron 100 plagios en Veracruz, una cantidad solo superada por Tamaulipas (219) y Michoacán (109), estados que con su cifra de 428 secuestros concentraron casi el 44 por ciento de los registrados en el país (979).

Se podría argumentar que en materia de extorsiones, otro delito que se encuentra en auge en nuestro territorio, la distancia respecto a los estados más afectados por este ilícito es profunda, sin embargo, ha tenido un comportamiento recurrente.

En este caso, Veracruz ocupa la octava posición con 140 registros, superado por Edomex (628), Jalisco (488), DF (330), Michoacán (250), Morelos (233), Nuevo León y Tamaulipas (ambos con 192) y Baja California (168), y superando en el top ten a Quintana Roo (139) y Campeche (102).

Homicidios, la amenaza latente

En efecto, es en otros estados donde la batalla frontal entre organizaciones delictivas, y entre estas y las fuerzas de seguridad, están cobrando más víctimas mortales que en Veracruz.

Según las cifras del SNSP para el primer semestre del año, la región en que se concentra el mayor número de homicidios (dolosos y culposos) es la que constituyen los estados de México (a la cabeza, con 2 mil 245 homicidios), Michoacán (1634), Guanajuato (1291) y Guerrero (1184).

Las cuatro entidades registraron 6 mil 354 homicidios, cifra que constituye el 33 % de los registrados en todo el país (18 mil 741).

Muy cerca se encuentran Sinaloa (945), Jalisco (935), Tamaulipas (927), Chiapas (861), Chihuahua (846), Oaxaca (836), Distrito Federal (745), Nuevo León (626), Baja California (604) y, en el lugar 14, Veracruz, con 594 homicidios: 313 dolosos y 281 culposos.

Lo que las cifras nos revelan es que las acciones de combate al crimen organizado han surtido efecto, al menos en lo que se refiere al accionar violento de las bandas del narcotráfico; colateralmente, se ha descuidado o se ha tenido muy poca efectividad en el combate de las pequeñas bandas dedicadas a delitos del orden común como el secuestro y la extorsión.

Hay que hacer una importante consideración: las cifras aportadas por el SNSP, provenientes de la Procuraduría General de Justicia en lo que se refiere a Veracruz, se refieren exclusivamente a los delitos por los que se presentó la denuncia correspondiente al Ministerio Público y, se supone, se han iniciado las indagatorias correspondientes.

Sin embargo, según especialistas y organizaciones civiles que luchan contra el flagelo del secuestro, solo se denuncia uno de cada diez secuestros, entre otras cosas, por temor a que el familiar secuestrado pueda sufrir un serio peligro de perder la vida si se denuncia; porque no se tiene confianza en las autoridades e, incluso, muchos consideran que estas se encuentran coludidas con los secuestradores y, también, porque se considera que de nada sirve perder el tiempo acudiendo a las oficinas judiciales.

Ya podrá usted imaginar cuántos secuestros realmente se realizan en nuestro territorio, lo que permite que todos estemos con el Jesús en la boca. Si realmente solo se hubieran realizado 100 secuestros (más o menos uno cada dos días en todo el territorio veracruzano), realmente no estaríamos tan cercanos a aquellos que lo han sufrido en carne propia.

Pero lo cierto es que cada día nos enteramos de que muy cerca de nuestros hogares una familia ha sufrido el martirio de tener a un integrante secuestrado y de buscar cómo reunir la cantidad exigida para su liberación.

De ahí que el gobernador Javier Duarte de Ochoa, entrevistado este martes en Xalapa, haya reconocido que el delito de secuestro va en aumento en el estado que gobierna, si bien matizó ponderando una supuesta disminución en 47 por ciento de los índices delictivos, según la misma fuente, el Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Y comentó: “El caso de Veracruz es importante, el último reporte es que el índice delictivo ha disminuido en 47 por ciento; el tema de los secuestros lo tenemos que analizar bajo otra óptica, es el único delito que se nos ha incrementado, de ahí todos van a la baja”.

Sí, estamos mal en materia de secuestros, y la única óptica es su combate efectivo. ¿Cómo? Ese es el dilema. Y es que, por lo visto, el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, no tiene ni la menor idea, así que a cuidarse.

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