No solo en estadios, centros deportivos, canchas, instalaciones policiacas y edificios universitarios se vive la vorágine escenográfica de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014, cuyas obras muestran –según datos oficiales– un avance del 70 por ciento, aunque muchos vemos serios retrasos.

En las últimas semanas, Xalapa se ha convertido en un verdadero caos, aunque las razones del estrechamiento de las vías de comunicación, de por sí rebasadas por el intenso tráfico vehicular, pueden parecer a todos como un mal necesario, como una molestia temporal para un beneficio duradero, incluso como el doloroso tratamiento facial que dejará su benéfica huella.

En efecto, aunque en anteriores administraciones municipales, particularmente en la que encabezó Elizabeth Morales, se privilegió la obra pública barata, aquella que se realiza en las colonias populares apartadas, resolviendo un rezago de décadas aunque con cifras minúsculas del presupuesto, en este primer año de su gobierno el alcalde Américo Zúñiga Martínez se ha lanzado a recomponer el centro histórico.

Las imágenes que nos ofrece Xalapeños Ilustres, por ejemplo, son verdaderamente impresionantes. No queda absolutamente nada de la antigua vía, el suelo y el subsuelo han sido removidos y los servicios de agua y drenaje aparecen como las carnes abiertas de un cuerpo sometido a una operación quirúrgica de gran complejidad.

Porque no solo se trata de mejorar el entramado de tuberías y, de paso, rellenar malamente, sino de convertir la avenida en una rúa totalmente nueva, si bien falta ver si los alcances de la obra incluyen hasta el frente de Palacio de Gobierno. La verdad es que con la obra que colapsa el tráfico y que la hará prácticamente demoniaca con el regreso a clase de los estudiantes de educación básica, se atiende la parte más afectada del asfalto.

Pero, ¿no estaremos siendo testigos de una apresurada estrategia por ocultar el olvido y el paso del tiempo en una ciudad que, hace ya muchos gobiernos, no recibe la atención que merece como capital estatal? ¿Es posible que la inminente realización de un evento deportivo internacional como el que se avecina estará haciendo el milagro de que el gobierno estatal derive algo de presupuesto para taparle el ojo al macho?

Ayer justamente nos enteramos, por boca de Víctor Manuel Conde Juárez, dirigente del Frente de Organizaciones de Transportistas del Estado de Veracruz (Fotev), de la capacidad creativa de nuestro secretario de Turismo, Harry Grappa, quien pidió a los taxistas no fatigar las calles feas de la ciudad cuando, en noviembre, transporten a atletas, directivos o seguidores de deportes, sino que lo hagan por las que menos baches tengan. En la reunión sostenida por el funcionario estatal, acompañado por funcionarios municipales, debieron llegar a la conclusión de que debían transportar a los foráneos por las calles y avenidas menos feas, porque salvo las que están siendo reconstruidas, todas las demás están para llorar.

Es muy difícil que, de aquí a noviembre, Xalapa pueda cambiar su apariencia o pueda ganar mejores condiciones de vialidad. Aunque hay otras sedes para los juegos deportivos, lo cierto es que la más afectada en su infraestructura urbana es Xalapa, una ciudad afectada por la burocracia, por las manifestaciones, por la corrupción, que no recibe a cambio los beneficios de la inversión pública.

La Atenas de México

Y es que incluso en materia de promoción turística nacional (no era necesaria que llegaran cientos de atletas internacionales), Xalapa necesita transformarse. Decir que necesita una manita de gato es una metáfora; la verdad es que requiere una cirugía mayor para recuperar el boato que le correspondería por ser la capital de Veracruz.

En estos momentos, el ayuntamiento xalapeño y varios de los que se asientan en la región trabajan duro para lograr un muy diverso paquete de atractivos turísticos, pero lo que está dando sello a la capital es que se le quiere convertir ya no en la Atenas veracruzana sino en la de todo el país. Y vaya que lo puede lograr.

La ciudad cuenta con una oferta cultural compleja, intensa, diversa y de varias gradaciones en cuanto a innovación y calidad, lo que sin duda la convierte en la más atractiva en el ámbito nacional.

Aunque la ciudad de Guanajuato sea más famosa porque organiza anualmente el Festival Internacional Cervantino, la verdad es que en lo que resta del año es muy poco lo que ofrece y la mayor parte de lo que ocurre es llevado de otras latitudes. Xalapa, en cambio, cuenta con los grupos artísticos y culturales, las instituciones y la experiencia secular para llenar prácticamente cada día del año con más de una actividad cultural.

En la cultura y las artes radica su mayor fortaleza, pero poco se podrá lograr si sus autoridades municipales y estatales no le prestan atención al tema de la infraestructura urbana.

Por lo pronto, el director de Proyectos Turísticos, William Velasco Martínez, anunció ayer que se promoverá en el país y en el mundo la marca Atenas de México, y una de las primeras acciones será rescatar los espacios turísticos de Xalapa para que estén en óptimas condiciones ante la llegada de los visitantes que acudan al Hay Festival y a los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014.

Este ayuntamiento tiene posibilidades de empujar el proyecto y consolidarlo. Que dure cuatro años la gestión tendrá que servir de algo para lograr un objetivo que requerirá de tiempo y de dinero.

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