Con una pizca de azar y una porción de talento, Rafael Alcalá estudió en Berklee College of Music, donde fue alumno de Danilo Pérez durante tres años. Con una pizca de azar y una gran dosis de talento, durante su estancia en Boston logró internarse en el ambiente del jazz latino y viajó por todo el mundo con músicos tan importantes como Víctor Mendoza, Claudio Roditi, Paquito D’Rivera, Óscar Stagnaro y muchos más. Con una gran dosis de infortunio, tuvo que hacer una pausa. El destino lo trajo a Xalapa, venía por un año pero un acontecimiento dichoso lo retuvo y sigue entre nosotros.

Berklee’s Dream

Cuando Fausto Cuevas me sugirió que fuera a estudiar a Berklee, me metió ese gusanito; vi los folletos, las cosas y sí, pues estaba increíble. Como a los dos meses de esa plática fui con la Orquesta de la Fuerza Aérea a tocar a Connecticut, que está como a una hora y media de Boston;

Fausto Cuevas
Fausto Cuevas

teníamos una estancia de una semana, pero había dos días libres, entonces hablé con mi supervisor:
-Oye, fíjate que me gustaría ir a Berklee, por lo menos a ver cómo está
Eso fue en febrero o marzo del 2001, hacía un frío increíble, yo nunca había visto tanta nieve
-¿Estás seguro de cómo llegar?
En enero de ese año yo había ido a una convención de IAJE y fui a ver a la Orquesta de Berklee; increíble, todos los muchachos escribiendo sus arreglos y esas cosas. Entre ellos estaba Jesús Santandreu, un saxofonista de España que era estudiante en Berklee. Fui a verlo:
-Oye, Jesús, mi nombre es Rafael. Yo toco piano y me gusta mucho como suena esta orquesta; quisiera conocer cómo es Berklee.
Y de esas cosas que se te dan en la vida, que me dice:
-Ah, qué bien. Cuando quieras venir a Berklee, llámame, este es mi teléfono; puedes llegar a la casa si quieres y ahí conoces a los músicos
-Muchas gracias

Jesús Santandreu
Jesús Santandreu

Intercambiamos tarjetas, no había Facebook en ese entonces, todo era por teléfono.
Estando en Connecticut le llamé:
-Oye Jesús, no sé si me recuerdes, soy Rafael Alcalá
-Ah, sí, que venías de uniforme; ¿cómo estás?
-Estoy en Hartford y quisiera ir a ver Berklee por un par de días, ¿crees que la invitación todavía esté disponible?
-Claro, vente para acá, yo voy y te recojo a donde vayas a llegar
Buenísima onda, buenísima gente, haz de cuenta que él había estado para hacer eso en ese punto de mi vida. Me llevó a su casa, me abrió las puertas, me presentó a sus amigos, a su esposa
-Te puedes quedar aquí, en el sofá, es más, ¿no quieres ir a un concierto ahorita?
-Sí, claro, vamos
-Vas a escuchar a un saxofonista que toca una vez al año, pero tiene toda la sabiduría de Berklee, se llama Ed Tomassi

Ed Tomassi
Ed Tomassi

Un saxofonista increíble, a la altura de Jerry Bergonzi, con él estaban Claudio Roditi en la trompeta, Alain Mallet en el piano, Dave Santoro en el bajo, Bob Moses en la batería; era un quinteto increíble. Me acuerdo que empezaron a tocar Billie’s Bounce, un blues; nada más le entendí la melodía, de ahí en fuera no entendía nada, estaban haciendo cosas impresionantes, los solos eran increíbles, y así siguieron, tema, tras tema, tras tema.
Al siguiente día fui a las instalaciones de Berklee y entré al Departamento de Audiciones e Inscripciones:
-Miren, yo quisiera ver cuándo son las próximas audiciones porque quiero audicionar, a ver cómo me va
-¿Cuándo quieres audicionar?
– Para agosto
-Justamente ahorita son las audiciones, ¿estás listo para audicionar?
-Sí
-Si alguien no viene, te damos chance
Subí al sexto piso, estuve viendo a los muchachos que entraban y salían. Un tipo estaba con una lista:
-Fulanito de tal
Me acerqué a él, le comenté y me dijo:
-Ve a hacer tu registro y me vienes a ver
Fui y me registré
-Fulanito de tal
-No vino
-A ver, Rafael Alcalá, pásale

Jim Odgren
Jim Odgren

Me audicionó Jim Odgren, saxofonista muy bueno de ahí, con él estaban Matt Marvuglio en la flauta, y Yoron Israel en la batería:
-¿Qué vas a tocar?
-La verdad, no traigo nada preparado
-A ver, un standard
-¿Qué standard quieren que toque?
-El que tú quieras
-Vamos a tocar Naima
Empezamos a tocar, todo bien. Después tocamos Stablemates, de Benny Golson y otro standard que no me acuerdo. Después me dijo:
-Muy bien, ahora voy a tocar un acorde en el saxofón y tú vas a tocar las notas en el piano. Ahora escucha esta escala y toca el acorde que va; estoy empezando en Si Bemol, pero… Ahora vamos a ver cuestiones de técnica.
Y al final:
-Muy bien, deja tu información y te escribimos.
Así quedó y fui a ver las instalaciones. Al otro día me regresé a Connecticut; terminamos la gira y nos fuimos a San Antonio.

Al este del sol

Berklee College of Music
Berklee College of Music

Como a las dos semanas me llegó una carta de Berklee en la que me ofrecían una beca completa para estudiar.
Llamé a mis papás y les dije:
-¿Saben qué?, cambio de planes, no me voy para North Texas, me voy para Berklee
Llegué a Boston el 27 de agosto del 2001, justo antes de lo de las Torres Gemelas. Recuerdo que fui por mis cosas, atravesé toda la Costa Este, pasé por Nueva York, vi las torres y después pasó lo de septiembre 11.
Entré a Berklee en septiembre, empecé a estudiar con Joanne Brackeen y toda esta

Víctor Mendoza
Víctor Mendoza

gente; en octubre recibí una llamada:
-¿Rafael?
-Sí
-Te habla Víctor Mendoza, me pasaron tu teléfono
-Ah, maestro, qué gusto
-Oye, mi pianista no puede tocar en una fecha y quisiera ver si tú puedes tocar conmigo
-Claro, yo me sé su música, maestro
-Pues vente para que veas los charts
-¿Cuándo es el ensayo?
-Mañana
-Ok
No me sabía toda la música (risas), saqué el disco y empecé a sacar la música de oído y a aprendérmela. Al otro día llegué al ensayo, estaban Fernando Huergo, Matthew Walker, Jim Odgren (el saxofonista que me audicionó), Ric DiMuzio, Eric Castillo y Alain Mallet, el pianista que había visto en el concierto.
Llegué con mi piano, ya me sabía la música, tocamos. Víctor no me dijo ni qué bien te escuchaste, ni qué mal te escuchaste, sólo me pagó y me dijo:
-En tres semanas salimos a Paris, ve alistando tus cosas. Tenemos tres conciertos antes de irnos, hay que hacer los ensayos, ¿puedes o no puedes?
-Sí, sí, claro que sí, maestro
No me dijo ni bienvenido al grupo, ni nada.

Rafael Alcalá, Óscar Stagnaro
Rafael Alcalá, Óscar Stagnaro

Yo no tenía ni pasaporte porque cuando estás en la fuerza aérea, con tu credencial pasas a cualquier parte. Fui a solicitar mi pasaporte exprés y nos fuimos a Paris. Fue la primera vez que fui a Europa; fuimos a tocar a un festival. Paris es precioso y fue muy bonito tocar con esos músicos, porque todos me apoyaron.
De ahí empecé a tocar con Víctor y él me empezó a abrir muchas puertas; me empezó a recomendar y eso me colocó en otra escena distinta a la de Berklee, porque ya era profesional.
Era mi primer semestre en Berklee, yo estaba estudiando con mis profesores, estaba haciendo mis tareas y todo eso, pero ya estaba empezando a tocar. Después me llamó Claudio Roditi:
-Oye, me dijo Víctor que eres su pianista, fíjate que voy a tocar cerca de Boston y necesito un pianista

Danilo Pérez
Danilo Pérez

Lo mismo sucedió con Paquito D’Rivera y con él conocí a Óscar Stagnaro y a Mark Walker.
Así empecé a conocer a mucha gente, a tocar con muchos músicos y a salir mucho; fui a Nueva York, fui a Japón, fui muchísimas veces a Europa con distintos músicos. Así me la pasé los tres años de mi carrera. Tuve la fortuna de poder ganar mi dinero, porque esos conciertos pagaban bien, y pude irme fuera de Boston, tener mi propio apartamento, tener mi piano, tener mi estudio, tener mi coche y dedicarme nada más a la música.
En el segundo semestre que estuve en Berklee le ofrecieron trabajo a Danilo Pérez como profesor. El jefe del departamento de piano recomendó a cuatro pianistas para estudiar con él, tuve la fortuna de que me recomendó a mí. Yo ya había conocido a Danilo y Víctor le había hablado bien de mí, entonces me aceptó como estudiante y estuve con él tres años; fue otro aprendizaje increíble porque él tiene una visión súper amplia de la música.
Al terminar Berklee pensé quedarme ahí otro tiempo antes de hacer el salto a Nueva York, porque allá están todos. Estando en Berklee estás estudiando todo el día y no puedes procesar tanta información, tienes que dedicarte un tiempo para asimilar todo, entonces pensé voy a estudiar un año o algo así y después, a Nueva York. Eso fue en 2004 y un día me llamó el maestro Javier Flores Mávil para invitarme al Jazz Fest aquí, en Xalapa. Yo ya había venido a participar como músico, pero ahora me invitaba como docente.

…que nunca vuelve aquello que se pierde/ y la marea sube y luego baja

De ahí se vino mi relación con la docencia y toda la historia de Musinetwork que te platiqué la semana pasada. Como te comentaba, aquí conocí a María de Jesús García y empezamos a trabajar en el proyecto. Después nos hicimos novios y en el 2011 le dije:musinetwork-logo-screensaver
-Vente para Boston
Habíamos estado trabajando a distancia; se fue a Boston, montamos una oficina y empezamos a trabajar muy duro.
En agosto de 2011 decidimos casarnos. Fuimos a Nuevo Laredo, Tamaulipas, nos casamos por lo civil y se hizo la fiestezota, ya sabes.
Yo iba a hacer un seminario en Tamaulipas y luego ya nos íbamos a ir para Boston, pero la vida cambia y cambia muy drásticamente. Mis papás fueron a la fiesta; en el regreso cruzaron la frontera y, en el tramo de McAllen a Laredo, tuvieron un accidente y mi mamá y mi hermanita fallecieron, dos días después de la boda.
Ya te imaginarás cómo fue el shock; papá casi fallece. Yo estaba en Ciudad Victoria cuando me dieron la noticia. Ya te imaginarás; nos fuimos a la Ciudad de México y de ahí a Laredo. Yo soy el mayor, llegó mi otra hermana y ya sabes: papá en cuidados intensivos, la funeraria, toda la gente como loca, yo tratando de controlar a mi hermana.

Rafael Alcalá, María de Jesús García
Rafael Alcalá, María de Jesús García

A la semana y media o dos semanas papá salió del hospital, pero estaba muy mal, tanto física como emocionalmente; entonces Marichú y yo decidimos quedarnos con él unos meses, en su casa porque mi mamá y mi hermana vivían con él, entonces iba a ser muy duro regresar a la casa solo. No sabía cuánto tiempo íbamos a estar con él, le dije a Marichú:
-Yo voy a estar el tiempo que sea necesario para sacar adelante a papá y ya después veremos.
Me regresé a Boston y metí todo en una bodega. Les hablé a todos mis amigos, ya todos se habían enterado. Hice todo eso en tres días y vámonos de nuevo a Laredo. Dejé los trabajos, dejé las tocadas, dejé los conciertos, dejé todo.
Estuvimos en Laredo hasta febrero del 2012; después de seis meses nos fuimos a San Antonio, que está a dos horas, de ahí podía desplazarme rápido si hubiera una emergencia; además ahí había vivido cuando estaba en la fuerza aérea y todavía tenía muchos contactos.

Rafael Alcalá con alumos de Musinetwork School of Music
Rafael Alcalá con alumos de Musinetwork School of Music

Cuando me enteré del accidente lo cancelé todo, escribí al consejo de Musinetwork:
-La escuela se cierra, porque ahorita yo no la puedo atender
Los muchachos de la comunidad se portaron muy bien; todos mis alumnos y todos los que estaban ahí me dijeron:
-No te preocupes, maestro, entendemos lo que pasa, tómate el tiempo que sea necesario.
Fue una solidaridad muy bonita.
Ese brake nada más duró dos semanas porque dijimos tenemos que echarle para delante, porque tenemos un compromiso con toda esta gente.
Montamos otra oficina y reabrimos la escuela, empecé a tocar y así pasaron otros seis meses. En agosto del 2012 ya todo estaba un poco mejor, pero yo todavía estaba débil emocionalmente, entonces dijimos:
-¿Ahora qué, nos regresamos a Boston?
Para estar en Boston tienes que estar arriba emocional y psicológicamente, porque estás tocando con músicos que te exigen mucho, no puedes estar flaqueando porque quedas peor que si no hubieras tocado. Tampoco te puedes ir a Nueva York en ese estado, simplemente no funciona, tienes que ir muy balanceado en todos los sentidos.

En el jazzimiento de arena

Rafael Alcalá, Dave Kikoski, Édgar Dorantes
Rafael Alcalá, Dave Kikoski, Édgar Dorantes

Entonces pensamos tomarnos un descanso y qué mejor que irnos a México un rato, no sabía a qué, pero que Marichuy estuviera con su familia, porque también fue un año muy pesado para ella. Imagínate, te acabas de casar y te pasa eso, es bastante. Vamos para allá, le dije, y seguimos con la escuela; para mí regresar a México va a ser conocer a los músicos otra vez, ver qué está pasando.
Le llamé a Édgar, él estaba enterado de todo:
-Fíjate que decidimos irnos a Xalapa un rato.
-Aquí tienes tu casa. Vente a dar clases a JazzUV, te necesitamos ahí, sería muy bueno para todos.
Él ya no estaba de director en ese entonces, pero me dio la oportunidad. Llegué a Xalapa el 20 de agosto y el 22 ya estaba trabajando en la Universidad Veracruzana. Mi plan era venir por un año, pero antes de que se cumpliera, mi esposa quedó embarazada y, bueno, estamos en México, está cerca de su familia, se viene un cambio, entonces yo creo que sería sensato quedarnos aquí. Tuvimos a nuestra niña en diciembre del año pasado; todo cambia, ya eres papá y las cosas son diferentes.
No sé cuánto tiempo voy a estar en Xalapa, yo ya no le creo nada al “tengo un plan”; desde 2011 los planes se van a la basura, se trata de ir viviendo lo que vaya saliendo, de ir improvisando. Por el momento estoy en Xalapa, dando clases en JazzUV y estoy muy contento.
Y eso es todo, no creo que se me haya olvidado nada.

PRIMERA PARTE                  SEGUNDA PARTE



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