Aunque hace apenas seis meses, el 20 de enero de este año, entrevistado en la fiesta patronal de Tuxpanguillo, en la región de Ixtaczoquitlán, el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, declaró que al mandatario estatal Javier Duarte le llevó madurar casi la mitad de su sexenio –“Veracruz está en un buen momento, el señor Gobernador ha llegado a una madurez después de tres años y le quedan tres más, este es un momento de asentar muchas cosas”–, ahora, abordado sobre la propuesta de diputados locales de la oposición para que en 2016 se elija o designe a un gobernante de sólo un bienio con el fin de homologar la sucesión gubernamental con la presidencial en 2018, el jerarca de la Iglesia católica consideró que este proyecto de tener un gobierno de transición en el estado “es viable”, pues en su opinión “el que realmente quiere trabajar lo hace en dos años”.
Reyes Larios señaló que esta propuesta es una opción redituable para el estado si lo que se busca es reducir el gasto público a través de la homologación de las elecciones. “Si se trata de unificar (las fechas de elecciones) para tener menos gastos de campaña, para poder ir llevando una uniformidad de hacer elecciones en menos años, creo que sería una medida razonable”, expuso.
El arzobispo refirió el caso del ex gobernador Fernando Gutiérrez Barrios ((1986-1988)), quien a pesar de que sólo estuvo en el cargo dos años, pues pidió licencia para asumir la Secretaría de Gobernación, durante su corta administración realizó importantes obras.
En cambio, a diferencia de monseñor Reyes Larios, los senadores priistas Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla, ambos aspirantes del PRI a la gubernatura de 2016, así como el ex candidato del PAN, Miguel Ángel Yunes Linares, han argumentado que la propuesta de tener un gobernador de dos años es económica, electoral y políticamente inviable, y que lo más conveniente sería elegir al próximo mandatario estatal por un quinquenio, con el propósito de homologar esta elección estatal con los comicios de diputados federales de 2021.
“Una gubernatura de cinco años nos permitiría tener elecciones homologadas en el año 2021, mientras que con un Congreso electo de dos años, por única vez, homologaríamos elecciones en el año 2018, tal como lo establece la Constitución Federal, para tener por lo menos una elección local coincidente, al tiempo que reducimos los costos de la democracia veracruzana sin generar efectos secundarios nocivos”, difundió la semana anterior en un boletín el senador Yunes Landa, quien posteriormente le envió de manera oficial su propuesta al diputado local Juan Nicolás Callejas Arroyo, presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXIII Legislatura del estado.
Contrario a la propuesta de diputados locales del PAN y PRD, Héctor Yunes dijo que bajo este esquema no se sometería al elector veracruzano a una gran exposición de mensajes, que podrían distorsionar el proceso político y agobiar al elector al obligarlo a decidir en una sola elección seis cargos de representación. “El periodo de un gobernador por cinco años no afecta la economía del estado, por el contrario, permitirá establecer políticas públicas que alienten la llegada de inversiones y ejecuten de manera eficiente los presupuestos públicos. Cuenta con plena autoridad y capacidad de ejecución”, declaró el senador priista, quien además puntualizó que este proyecto tampoco vulnera los procesos de planeación de la administración pública, ni debilita a las instituciones.
Sin embargo, entrevistado ayer después de que se diera a conocer que la Junta de Coordinación Política de la LXIII Legislatura local había acordado sacar de la orden del día de la sesión de este lunes la discusión y análisis de la reforma político-electoral, el diputado Callejas Arroyo declaró lo siguiente respecto a la misiva que le envió el senador Yunes Landa para que el periodo constitucional del próximo gobernador electo sea de 5 años afín de homologar el calendario de elecciones federales y locales en el 2021:
“Me mandó un documento en donde hace algunas precisiones y voy a comentarlo con mi grupo parlamentario, pero para que éstas sean tomadas en cuenta debió de haberlas enviado a la presidencia del Congreso que es la que turna para elaborar el orden del día.
“Creo que tiene inquietudes personales y por ello es que el senador nos mandó esta carta para conocer sus opiniones, y como tal la tomo. La voy a analizar, y como no soy sastre no sé cuál sea el saco a la medida”, concluyó irónico.
¿Será que finalmente, más que la opinión de los senadores del PRI y del “Demonio Azul” del Estero de Boca del Río, en esta polémica de la política terrenal resultará determinante la voz de Dios emitida por el arzobispo Reyes Larios?
Por lo mientras, parece no ser casual que la Junta de Coordinación Política de la LXIII Legislatura del estado que preside Callejas Arroyo sacara de la orden del día de la sesión de ayer la discusión y análisis de la reforma político-electoral, pues previamente el gobernador Javier Duarte había declarado que era necesario “enfriar” el tema de la gubernatura de dos años, ya que era el más polémico de la reforma electoral.
“No hay prisa, es un tema que tenemos que desarrollar, tenemos que tomar en cuenta a todos los sectores de la sociedad”, expresó Duarte de Ochoa, dejando la impresión de que la moneda aún está en el aire, aunque la suma del Arzobispo de Xalapa a la “cargada” a favor de una gubernatura de transición de dos años haría suponer que la decisión ya está tomada, y que sólo estaría a la espera de ser políticamente legitimada.
Y, en efecto, para ello no corre prisa, pues a diferencia de las 17 entidades federativas que sí tendrán elecciones locales el próximo año, en Veracruz habrá comicios hasta el 2016, por lo que su Congreso aún dispone de casi doce meses para hacer las adecuaciones al Código Electoral y a la Constitución Política del estado.