Parte final de la conversación con Aleph Castañeda

Cuevas de alta-mira

Guillermo Cuevas
Guillermo Cuevas

La amistad con Memo Cuevas también ha sido muy importante en mi formación; cuando estaba yo tocando en la Sinfónica Juvenil y en la big band de jazz, le decía: “yo creo que esto debe de tener un orden, no puede ser que sea tanto relajo, debe de tener un antes y un después, una cronología, una especie de crecimiento y ramificaciones porque, ¿cómo es posible que me llamen la atención tantas cosas?”. Guillermo Cuevas, que tiene unas orejas del tamaño del mundo, me decía, “mira, oye esto, léete esto”, él es el responsable principal de que a mí me llame la atención la etnomusicología, la historia de la música, la historia del jazz, y el fenómeno sociocultural que está atrás de la música.
La música es una manifestación humana que es producto de muchas cosas, pero además es generadora de otras e influye a su entorno. Antes solamente estaba preocupado porque me afinara bien, porque me saliera a tiempo y con ritmo, y me esmeraba en sacar las canciones y los solos que escuchaba en los discos, nunca me había detenido a reflexionar en cuán importante es esa parte humana y la parte cronológica. Guillermo fue y sigue siendo una figura crucial para mí, porque es un abrevadero con todo lo que sabe, todo lo que ha oído, y él dice que todavía no ha abarcado todo lo que ha querido, dentro de las lecturas, dentro de la música clásica, dentro del jazz, dentro del bossa nova, de lo que sea, es un tipo genial. Guillermo fue el que me empezó a entusiasmar porque vio que tenía ganas, entonces, entre las partituras, también me andaba pasando cositas que él consideraba que me iban a interesar.

Recuerdos que llevo dentro…

Mario Ruiz Armengol
Mario Ruiz Armengol

No puedo decir que la época en que estuve en la Sinfónica Juvenil fue un stand by, tocaba menos jazz, pero ya estaba metido más allá de mis huesos y de mi sangre el entusiasmo por esa música, y además había estado en Estados Unidos. El momento en que todas las influencias se juntaron fue cuando pusimos un repertorio completito con la Sinfónica Juvenil, a propósito de un homenaje que le hicieron en vida a Mario Ruiz Armengol, con su música, en el Teatro del Estado. Fue un concierto memorable porque, para empezar, estamos hablando de un músico veracruzano que manejaba todos los lenguajes musicales y, por otro lado, el homenaje estaba hecho con una orquesta de puros jóvenes. Durante el concierto alguien del público le gritó que subiera a dirigir la orquesta, entonces lo subieron casi, casi con enfermeras, porque ya estaba muy grande, pero en el momento en que empezó a dirigir, rejuveneció de golpe cuarenta años; nos dirigió una obra que se llama La calle de los sueños, increíble, fue un momento grandioso.

Catedral y Capilla

Luis Herrera de la Fuente
Luis Herrera de la Fuente

Además del maestro Herrera de la Fuente, me tocó coincidir en la Sinfónica Juvenil con Erasmo Capilla, que en ese entonces era como el subjefe de la orquesta; él también tenía una cultura musical muy profunda y, si bien estaba mucho más metido en la parte del clásico, estaba muy abierto a un montonal de cosas. Erasmo hizo sonar muy bien esa orquesta, tanto, que el maestro Herrera de la Fuente nos tenía como su orquesta base para una serie de conciertos que le pidió la Chrysler, y nos llevaron a viajar por todo México. En esa gira comencé a probar las mieles de lo que realmente se sentía ya estar viviendo de la música; nos trepábamos a un avión y tocábamos un día aquí y otro día allá, claro que era algo muy pequeño todavía, pero fue súper bonito. Dentro de la orquesta, Erasmo Capilla nos fomentó la apertura, o sea, no era tan cerrado a nada más estar tocando clásico.

Gitano, qué tú serás…

Roby Lakatos y Erasmo Capilla
Roby Lakatos y Erasmo Capilla

En esa época, gracias a las relaciones que tenía Erasmo con la UV, se fundó una orquesta entre estudiantes y maestros de la OSX, y otros músicos que yo ya conocía porque, estando en la facultad, toqué con el Ensamble Instrumental de la Facultad de Música, que dirigía Roberto Lira. Era una orquesta de cámara formada por estudiantes de la Facultad de Música y maestros de la OSX, ahí conocí toda la música de Carlos Chávez, Silvestre Revueltas, Darius Milhaud, Paul Hindemith y todos esos compositores.
Erasmo Capilla convocó a una orquesta que iba a acompañar a Roby Lakatos, el violinista gitano que vino a tocar a Xalapa, con su ensamble y una orquesta. Yo toqué en esa orquesta, el concierto estuvo increíble. Estamos hablando de uno de los músicos más virtuosos del mundo.
Regresó al año siguiente, pero ya venía solo, y ya no pudo formarse la gran orquesta porque requería una organización y una logística titánicas, así que se armó un ensamble pequeño para acompañarlo, en el que estuvimos Édgar Dorantes en el piano, Guillermo Barrón en las percusiones, Vladimir Coronel en la batería, Erasmo Capilla en el violín y yo en el bajo. Hicimos una serie de conciertos, fuimos a tocar a Veracruz, a Córdoba, a Orizaba y tocamos aquí, en Xalapa. Fue una gira muy local, pero fue la primera vez que compartimos escenario con una personalidad de la música a nivel mundial.

Jarocho, yo soy…

JarochoEn 2003, por iniciativa del Gobierno del Estado y la Universidad Veracruzana, se creó el proyecto Jarocho. A mí me invitaron un año después, en 2004, y estuve solamente como dos o tres meses, porque me salió un trabajo en Acapulco. Después volvieron a invitarme y en verano-otoño de 2006 hicimos una gira por todo México, lo recorrimos de norte a sur. Había muchos músicos, como Javier Cabrera, Renato Domínguez, Cándido, Messe, en fin, muchos. Ese proyecto tuvo sus momentos más importantes cuando hicimos temporadas completas en el Teatro de la Ciudad de México, cuando fuimos a China, estuvimos en Macao, cuando fuimos a Japón, nos presentamos en Tokio, y cuando fuimos a Tailandia, y al año siguiente fuimos a Austria. Fue la época de los grandes viajes internacionales, a donde íbamos todos. Fue muy bonito.

Acuérdate de Acapulco…

AcapulcoEntre 2005 y 2006 estuve trabajando en Acapulco. Ese proyecto comenzó por invitación de Javier Flores, primero fuimos en quinteto: Gil en el sax, Édgar en el piano, Javier Flores en la flauta, Daniel Ávila en la batería y yo en el bajo; fuimos contratados como grupo de lobby. Algunos se regresaron, llegó Leo Corona, y nos quedamos Daniel, Gil, Leo, y yo; con ese grupo participamos en el Festival de Jazz de Acapulco, que organizaba el Sindicato de Músicos. Estuvo bien bonito, ahí conocí a Ilán Bar-Lavi, el guitarrista, y en diciembre de ese año se empezó a armar el proyecto de la big band. Llamaron músicos de México y de Xalapa; el proyecto estaba destinado a durar 6 meses, y duró 6 semanas porque no resultó económicamente, pero esas seis semanas fueron de maravilla; estábamos tocando y viviendo dentro del hotel, con todas las comodidades.
La big band no duró, pero nos quedamos tocando en un grupo pequeño con Renato Domínguez, Rey David Alejandre, Gerry López, Jaime León, el Marro, Abel Mireles, un saxofonista súper bueno de Ciudad Juárez, y yo; ese proyecto se fue disgregando, empezó en sexteto, que se volvió cuarteto, que se volvió trío y después desapareció, se extinguió. Ese período en Acapulco duró prácticamente un año; yo me regresé porque nuevamente me invitaron al espectáculo Jarocho.

La letra, con sangre entra, y la nota, con torta

Benjamin Willis
Benjamin Willis

Me hice muy amigo de Benjamín Willis, el bajista de Chicago, y con él aprendí muchisisisísimo de la cultura del jazz, las grabaciones, los discos, la historia, la cronología, qué disco viene antes de cuál; eso es muy importante porque es LA tradición del jazz, es un hilo conductor que no te puedes brincar. Benjamín vivía en Coatepec y en la esquina de su casa había una tortería; nos pasábamos tardes enteras comiendo tortas y oyendo discos. Me presentó una gran cantidad de discos, de música, de repertorio; se convirtió en mi maestro, es más joven que yo, pero se convirtió en una persona que me dio mucho de lo que, hasta la fecha, me sigue ayudando.

Tiempo Compartido entre Tres

Me salí de la Sinfónica Juvenil en 2003 y comencé a tocar con Adolfo Álvarez y con Stefan Oser en Jazz entre Tres, ahí estuve de 2003 hasta 2005 que me fui a Acapulco.

Adolfo Álvarez
Adolfo Álvarez

Jazz entre Tres tuvo varios integrantes; en una época estuvieron Édgar Dorantes y Benjamín Willis y, a veces, cuando Benjamín se iba a los EUA, yo lo suplía. En ese momento se formó un quinteto con Alain Derbez, Jakub Dedina, Rodrigo Álvarez y yo, no recuerdo cómo se llamaba. Era la época en que se hacían tocaditas en el Callejón del Diamante, en una librería; tocábamos en un patiecito muy chiquitito.
Cuando Édgar se fue a Estados Unidos, entró Stefan Oser a Jazz entre Tres; luego se fue Benjamín y entró a tocar Guillermo Álvarez, mi primer maestro, que anduvo un ratito por aquí, y cuando se fue, entré yo.
Estuve tres años con Jazz entre Tres, incluso hubo una época en la que Adolfo se fue de año sabático a Austria, y nos quedamos Rodrigo, Stefan y yo, estuvimos un año con esa formación y grabamos un disco que se llama Tiempo Compartido, la verdad es que es un disco bien bonito, con canciones se Stefan y otras piezas. Después regresó Adolfo y Stefan se fue un tiempo a Brasil, porque siempre ha sido apasionado de la música brasileña; cuando regresó, presentó examen de oposición para entrar a la Facultad de Música, Édgar era otro de los aspirantes; a él le dieron la plaza y Stefan decidió regresarse a Austria. A su salida, Jazz entre Tres tuvo varios guitarristas; estuvo Emiliano Marentes, después regresó Humberto León, por un tiempo. Finalmente me salí para irme a Acapulco, pero Jazz entre Tres también fue una época bien importante para mi formación. Adolfo es un tipo que también sabe un montón de música, de músicos, de discos, y con él aprendí muchísimo. Yo me he puesto a picar de todo, Adolfo no, él dice “yo soy baterista de jazz, y me quedo tocando solamente esto”; esa forma de pensar también me ayudó muchísimo a entender que si vas a tomar muchas cosas o una sola, debes hacerlo lo mejor que puedas, y con un gran compromiso. Con Jazz entre Tres tuvimos conciertos bien bonitos, fuimos varias veces al DF, tocamos en el festival de Tabasco. El trío tuvo su momento importante, muy importante.

Soñé / que toda mi ilusión / sería realidad…

Después de la gira con Jarocho en 2006, regresé a Xalapa y me puse hacer un montón de cosas y empezamos a tener algunas pláticas, de esas de tarde de café, Miguel Cruz, Édgar Dorantes y yo, que somos amigos de toda la vida. Nos juntábamos para oír algún disco y platicar cómo estaban las cosas, y un día Édgar planteó: “¿no sería bueno que hubiera un lugar donde pudiéramos estudiar jazz, como una escuela de jazz?”. Él tenía la experiencia de haberlo intentado dentro de la Facultad de Música, formando la big band y los talleres, y dijo, “lo que pasa es que tiene que ser aparte, tiene que ser un lugar donde se estudie el jazz, la tradición del jazz, el repertorio del jazz, todo alrededor del jazz”. El jazz, si bien es una música nueva (tiene un poco más de un siglo) comparándolo con la historia de la música, tiene su propia historia y su propio desarrollo.JazzUV
Empezamos a pensar cómo organizarnos para armar algo. El proyecto comenzó con una plática como esta que estamos teniendo ahora, y Édgar estaba en la posición adecuada, en el momento adecuado, con el tiempo adecuado y con el entusiasmo adecuado para hacer coincidir todas las piezas. Por un lado, estábamos todos los que nos dedicábamos a tocar y a hacer un montón de cosas, y por otro, estaba toda esa gente que podía encargarse de la parte de la gestión, y estaban todas las relaciones que Édgar tenía por haber participado en el mundo de la música clásica, de la Facultad de Música y del jazz.

Todo eso se juntó y un día llegó y me dijo, “creo que eso del proyecto puede ser algo que sí se puede lograr, o sea que no es una idea nada más, sino que bien armado, podemos realizar este proyecto”. Te estoy hablando del 2007. Un día estábamos en su casa y nos dijo que ya había estado buscando varias combinaciones y había llegado a la conclusión de que el proyecto se iba a llamar JazzUV, de Jazz y UV, y nos dijo: “la idea es que Agustín Bernal, Rey David Alejandre, Gabriel Puentes, Miguel y yo seamos los maestros, pero ustedes van a ser una especie de híbrido entre estudiantes y maestros. La idea es formar una especie de diplomado, una especie de cursos, donde se empiece a generar un movimiento, no sólo para que haya más cosas de jazz, sino también para crear el gusto por el jazz en la sociedad”. Sonaba increíble y dijimos, “no, pues sí, lo hacemos”. Siempre tuvimos buena relación con el exrector Raúl Arias Lovillo y él nos entusiasmó, nos dijo, “órale, yo le entro, vamos a hacerlo”.

Primer Festival JazzUV
Primer Festival JazzUV

No supimos ni en lo que nos metimos, fue, como se dice, en camisa de once varas, ¿por qué?, porque nos pasó lo mismo que te conté que pasó cuando se hizo el primer Jazz Fest en Xalapa, o sea, éramos una bola de maestros que podías contar con los dedos de las manos, y la gente que llegó al primer diplomado, en el verano del 2007, sobrepasó por mucho tanto nuestras expectativas como nuestras capacidades; era un trabajo, tanto de organización, como de gestión, como de infraestructura, como de tiempo, como de todo, que nos rebasaba. Me atrevo a decir que si ha habido una constante, es que nos hemos aventado a hacerlo; siempre hemos sido osados, y, bueno, el proyecto comenzó así, comenzó con 10 o 12 maestros, con una población estudiantil casi de 300 personas, en una casita que está en Leona Vicario y Allende, y ya han pasado seis años, que se han ido rapidísimo, y muchas cosas más que te comentaré en otra ocasión, porque es una historia muy larga.

Aleph Castañeda
Aleph Castañeda

Jazz-tá aquí

El movimiento jazzístico en Xalapa está mucho más vivo de lo que estaba cuando yo era más muchacho y acababa de llegar a Xalapa; ya vive en la consciencia colectiva de las personas de aquí. El jazz vive en la consciencia de las personas que lo tocan, que lo hacen, que lo recrean, que lo aman, que lo mantienen, que lo cultivan, y espero que ya todos los caminos nos lleven a eso.

(Uffffffffffff, ¿cuánto tiempo hablé?… ¿dos horas?, no mames, jajajajaja)

PRIMERA PARTE                 SEGUNDA PARTE



https://www.youtube.com/watch?v=ULxmKr37RLI

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