Quienes crean que el candidato de la alianza que encabezará el PRI en la sucesión estatal de 2016 saldrá inevitablemente del Senado de la República, bien pueden llevarse tremenda sorpresa el año próximo.
Y es que lo más recomendable para esos futuristas come-ansias sería aguardar con serenidad y paciencia, mucha paciencia, que primero pase el proceso electoral federal de 2015, pues ha trascendido que allá en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI que todavía preside el mexiquense César Camacho Quiroz podrían perfilar también un “caballo negro” en las próximas listas de abanderados a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Hay quienes especulan, por ejemplo, que José Antonio González Anaya, actual director general del IMSS, podría ser uno de los prospectos.
Pero el problema de González Anaya, con raíces familiares en el puerto de Coatzacoalcos, es que no se podrá sacudir la pesada sombra del ex mandatario Carlos Salinas de Gortari, su concuño. Y el presidente Enrique Peña Nieto seguramente buscará imponer a un gobernador plenamente identificado con él, disipando la menor sospecha de que sigue siendo títere del “innombrable”.
Se ha mencionado también a Fernando Aportela Rodríguez, actual subsecretario de Hacienda, a quien la semana anterior le dieron la amarga encomienda de anunciar el bajón de 3.9 a 2.7 por ciento el pronóstico de crecimiento económico del país.
Aportela, oriundo de la región de Los Tuxtlas, ya fue subsecretario de Finanzas del estado en la administración del gobernador Miguel Alemán Velasco (1998-2004), en la que, por cierto, la deuda pública de Veracruz inició con 3 mil 500 millones de pesos.
Según algunas versiones, meses atrás Aportela habría participado en algunas reuniones con priistas veracruzanos avecindados en la ciudad de México, los cuales lo habrían animado para que se encartara en la carrera por la gubernatura. El principal argumento de sus promotores es precisamente su gran cercanía con el secretario de Hacienda Luis Videgaray, uno de los dos hombres fuertes del presidente Peña Nieto que por ese entonces todavía estaba en los cuernos de la luna. Ahora la percepción es muy diferente debido a la cuestionada reforma fiscal y el bajo crecimiento económico, situación que inevitablemente también le pega al senador José Francisco Yunes Zorrilla, presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara alta y otro de los aspirantes cercano a Videgaray.
Por eso, priistas allegados al primer círculo del poder presidencial y a la dirigencia nacional del Revolucionario Institucional aconsejan no adelantarse a los tiempos y esperar con serenidad y paciencia, mucha paciencia, la próxima lista de candidatos a la diputación federal porque aseguran que ahí aparecerán uno o dos nombres de políticos que por ahora no son muy mencionados en Veracruz pero que tienen bastante proximidad con el presidente Enrique Peña, y que si el máximo jefe sexenal del priismo así lo quiere y dispone, bien podría colocarles en su momento un par de motores turbo y comenzar a proyectarlos a partir del proceso electoral federal entrante.
Y no es por amargarles la vida a quienes desde ahora ya se frotan las manos creyendo que sólo es cuestión de tiempo para que César Camacho o su sucesor en la presidencia del CEN del PRI les tome la protesta estatutaria como candidato a gobernador, pero ha comenzado a cobrar fuerza la versión de que directamente de Los Pinos le estarían haciendo la invitación al ex procurador general de la República y ex embajador de México en Francia, Ignacio Morales Lechuga, para que como diputado forme parte de la bancada priista en la LXIII Legislatura federal entrante y que muy posiblemente será coordinada por Camacho Quiroz.
Lo que aún estaría en veremos, según ha trascendido, es si Morales Lechuga será enviado a Poza Rica, su distrito natal, a hacer campaña como candidato de mayoría relativa o si, como todo parece indicar, entrará por la vía plurinominal.
El prestigiado titular de la Notaría Pública número 116 de la ciudad de México, quien en febrero de este año recibió un reconocimiento por parte de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal por su trayectoria como presidente del Colegio de Notarios del DF y quien recientemente le fue entregado por el gobierno de Francia la Condecoración de Oficial de la Legión de Honor por su contribución al estrechamiento de la amistad franco-mexicana, tampoco ha manifestado públicamente si todavía aspira a gobernar Veracruz, pues en 1998 supuestamente “quemó sus naves” tras su fallida aventura como candidato de la alianza PT-PVEM contra el priista Alemán Velasco, elección en la que fue relegado hasta el cuarto lugar luego de que Cuauhtémoc Cárdenas, por un problema judicial con su hijo cuando Morales Lechuga se desempeñaba como procurador de Justicia del Distrito Federal (1988-1990), lo vetó como abanderado del PRD pese a que las encuestas lo daban como puntero.
Por su preparación académica y oficio político, Morales Lechuga será un hueso muy duro de roer para la oposición en la Cámara de Diputados, sobre todo para ex priistas resentidos que también aspiran a la gubernatura de Veracruz, como Miguel Ángel Yunes Linares, con quien trae un problema personal desde finales de 1996, cuando el entonces secretario de Gobierno y ahora militante del PAN acosó con la policía estatal al ex titular de la PGR en sus primeras giras por el norte del estado.
Y es que a diferencia de los senadores Héctor Yunes Landa y Pepe Yunes Zorrilla, a Nacho Morales no le han temblado la voz ni las piernas para confrontar públicamente al ex director del ISSSTE, contra el cual, por ejemplo, ha pedido públicamente que se le investigue por sus presuntos nexos con Joaquín “El Chapo” Guzmán, el líder del cártel de Sinaloa recién aprehendido.