Antonio Tarek Abdalá Saad, tesorero de la Secretaría de Finanzas y Planeación, quiere ser candidato del PRI a diputado federal por el distrito electoral con cabecera en Cosamaloapan.
Para la definición de estas candidaturas falta casi un año, pero el poderoso funcionario de la Sefiplan inició desde hace algunas semanas una disimulada precampaña, reuniéndose con presidentes municipales y diversos actores políticos de esa circunscripción. A los ediles los tiene alineados porque saben que él tiene la llave para que les lleguen a tiempo los escasos recursos y apoyos del gobierno estatal.
Se ve que le urge quedar blindado con el fuero legislativo federal para cuando esta administración concluya sus funciones en noviembre de 2016.
Y es que Tarek Abdalá pasó de contratista del gobierno del estado a tesorero del mismo en menos de tres años.
En abril de 2009, según consta en documentos de la Secretaría de Finanzas y Planeación, Abdalá suscribió un contrato como representante de la empresa “Veintiocho Construcciones”, para la ejecución de obra pública.
La adjudicación directa a favor de la compañía, asentada en el contrato SC-OP-PF-019/2009-ST, consistió en la rehabilitación de varios tramos del camino Banderilla-Naolinco por un monto de 982 mil pesos.
Otra obra que “Veintiocho” ejecutó durante la gestión del gobernador Fidel Herrera Beltrán fue la reconstrucción, también en el año 2009, de 6.5 kilómetros del camino San Rafael-Tres Encinos, en la región de Nautla, que costó 13.5 millones de pesos.
Esta empresa, asentada en la ciudad de Xalapa, no aparecía hasta el año 2012 en la lista de los proveedores del estado publicada en la página de la Sefiplan.
No obstante, hace un par de años empleados de la misma constructora confirmaron a un diario capitalino que el tesorero eventualmente recibía correspondencia en la oficina de la empresa ubicada dentro de la Plaza Agua Santa, en la colonia Badillo, de Xalapa.
En la lista tampoco aparecía “Sheba Constructora e Inmobiliaria”, otra empresa que en tiempos del gobernador Herrera Beltrán obtuvo también varios contratos bajo la representación legal del ingeniero Hissam Abdalá Majamad, padre del tesorero.
Por ejemplo, en abril de 2007 ganó la licitación SC-IF-2007-DGCE-02, relativa a la construcción del camino Cerrillos de Díaz-Ojo de Zarco, municipio de Alto Lucero, por 4.3 millones de pesos.
Al año siguiente, la empresa incluso “apoyó” al ex mandatario, junto con otros constructores veracruzanos, con la rehabilitación y reencarpetamiento total de un tramo de la vía Misantla-El Nueve.
Sin embargo, en la empresa negaron conocer o tener vínculo con el tesorero.
Al inicio de este sexenio, Tarek se integró al servicio público estatal como encargado de despacho de la Dirección de Finanzas y Administración del DIF Veracruz, puesto del que posteriormente asumió la titularidad y que lo catapultó a la Tesorería de la Sefiplan.
Dada su función, este joven egresado de la Universidad de Arizona ha rubricado diversos contratos de bienes y servicios durante la presente administración. En febrero de 2012 fue nombrado tesorero en sustitución de Vicente Benítez González, quien renunció el 30 de enero después de que la Procuraduría General de la República les aseguró a dos empleados del gobierno estatal 25 millones de pesos en efectivo en el aeropuerto internacional de la ciudad de Toluca, Estado de México.
Recién llegado a este importante cargo, el entonces presidente municipal de Yanga, Pascual Alvarado Martínez, reventó en contra de Tarek, señalándolo de ser “un burócrata joven e irresponsable que no cumple las órdenes del gobernador Javier Duarte de Ochoa”.
Y es que desde antes de la elección presidencial de julio de 2012, ante los graves problemas financieros del ayuntamiento, el edil de Yanga había pedido apoyo a Duarte, quien a su vez había instruido al tesorero para que respaldara al munícipe.
Pero el alcalde tronó porque los días transcurrían y los depósitos ordenados por el Ejecutivo estatal no se hacían, agravando la situación financiera del ayuntamiento. “Viajes a Xalapa y horas de audiencias en la Sefiplan sin respuesta alguna”, se quejó.
Y es que la Comisión Federal de Electricidad, a la que el ayuntamiento de Yanga le debía más de cien mil pesos por consumo de luz, amenazaba con dejar al municipio sin el fluido eléctrico. Pero además esperaba el dinero para el pago de la nómina y para el Carnaval de la Negritud que estaba por arrancar.
El alcalde, sumamente molesto, dijo que Tarek le había prometido que haría el depósito, “pero todo se ha ido en mentiras y vueltas, checar en bancos y llevarnos la triste decepción de que nos agarran de pendejos”. Por ello lo consideró “un joven que no sabe nada de su función y se pasa las órdenes del gobernador por el arco del triunfo”.
El edil declaró que le había aclarado a Tarek que no era un cobrador sino un presidente municipal que merecía respeto, y dijo que si se había atrevido a hacer pública esta situación era porque este tipo de acciones de malos funcionarios debía ser conocido por el gobernador Javier Duarte.
Ahora, sin embargo, el tesorero de la Sefiplan anda muy condescendiente con los alcaldes de su distrito porque quiere que lo ayuden a ganar la elección federal de 2015 y así quedar blindado con el fuero legislativo por si la oposición gana la gubernatura en 2016.