Pandillas de Pillos

En estos tiempos, los partidos políticos han dejado de ser institutos de capacitación en los que se difunden y defienden ideologías y principios, y están convertidos en pandillas de delincuentes electorales cuyo fin único es buscar votos a como dé lugar para acceder al poder.

Y nos referimos a todos los partidos políticos, especialmente a los grandes, PRI, PAN y PRD, porque del resto, los otros seis, fueron creados sin ideología ni principios, solo como herramientas de enriquecimiento al amparo de los procesos electorales, ya que quienes los fundaron, sea un particular o una familia, lo hicieron porque encontraron en esta actividad un negocio altamente rentable del que viven cómodamente, preocupados únicamente por mantener el registro para no perder las prerrogativas, la pachocha.

Los ciudadanos vemos cómo, a nivel nacional, los dueños de las cúpulas partidarias se pelean con todo por permanecer en el poder; la llamada izquierda (el PRD), que ya no lo es, está fragmentada porque al alcanzar el poder en varios estados y el Distrito Federal las ambiciones fueron superiores a la doctrina que dio origen a esas agrupaciones ciudadanas que soñaron con unir a las mayorías, a los que menos tienen, a los más jodidos, en torno a un proyecto social. El comunismo o las doctrinas marxistas fueron fuente de inspiración de quienes fundaron esas organizaciones partidistas que claudicaron a la primera de cambio cuando empezaron a ganar espacios políticos; estuvieron a punto de ganar la Presidencia de la República tanto con Cuauhtémoc Cárdenas como con Andrés Manuel López Obrador, pero personajes corruptos como Jesús Ortega y demás ‘chuchos’ se encargaron de vender al PAN y al PRI sus triunfos y se esfumaron de la escena política.

Del PAN, ya bien lo dijo Diego Fernández de Ceballos cuando ganaron la presidencia con Vicente Fox: ‘ganamos el poder pero perdimos al partido’.

Tanto Fox como Felipe Calderón se encargaron de hacer pedazos los ideales de su instituto político, alentaron la lucha del poder por el poder, abandonaron las escuelas de formación de nuevos cuadros con ideología y principios y se convirtieron en delincuentes electorales poniendo al frente del partido a políticos sin preparación, sin capacidad de convocatoria, sin conocimiento de sus orígenes. Ignoran que el PAN, en su momento, se autodenominó humanista, afín a las ideas de la democracia cristiana y a los principios del socialcristianismo, ubicados ideológicamente en la derecha.

Fundado en 1939 por Manuel Gómez Morín junto con Efraín González Luna, Aquiles Elorduy, Luis Calderón Vega y Rafael Preciado Hernández, entre otros, el PAN hoy navega en la incertidumbre, desprestigiado entre los votantes y en medio de una feroz lucha por el poder que encarnan Gustavo Madero, quien busca reelegirse encabezando a un grupo, y el senador Ernesto Cordero, quien representa los intereses del expresidente Felipe Calderón Hinojosa.

A ellos solo les interesa alcanzar el poder por el poder pasando por encima de militancia y simpatizantes, pisoteando los derechos de muchos que han hecho carrera dentro del instituto político para lograr una candidatura que jamás alcanzarán porque el objetivo único de quienes están en el poder es el poder.

Y qué decir del partido en el poder, el PRI. En este también se perdió el rumbo desde hace varios años. Sus dirigentes no supieron ser una oposición digna. Sin la Presidencia en su poder se dispersaron en feudos y la tan cacareada unidad partidista se fracturó. Sin embargo, corrieron con suerte por la incompetencia, poder corruptor y rapacidad de los panistas que asumieron la Presidencia sin saber qué significa llevar las riendas de un país, además de que cayeron en una dinámica de descomposición general que los votantes reprobaron en las urnas tras el segundo sexenio.

Pero de vuelta en el poder, el Partido Revolucionario Institucional se muestra igual que sus competidores; sin una ideología definida, alejado de los principios que le dieron origen y con pandillas de dirigentes regionales que luchan por mantener el poder en sus feudos sin reportar a la dirigencia nacional nada, con discursos huecos de ideología que solo hablan de unidad y otras verborreas.

Comprar procesos electorales o votantes es la especialidad del nuevo priismo, atrás quedaron el discurso de profundo contenido ideológico, los postulados revolucionarios, las propuestas serias y responsables, hoy todo es improvisar pseudolíderes y lanzar como candidatos a jóvenes con caras bonitas y cuerpos despampanantes aunque en el cerebro no tengan nada, bueno, sí, caca.

En Veracruz, por ejemplo, el priismo se debate en una lista interminable de aspirantes a la candidatura al Gobierno del Estado. Fíjese, amable lector, si la caballada no estará pasada de kilos y en una lucha feroz semejante a las de las planillas de la prepa, en las que hasta el más pendejo se avienta; ahí le van los nombres de los que se promueven con permiso, de los que lo hacen por la libre y de los que tienen esperanzas de que los adversarios se derrumben de aquí a que se tome la decisión y entre al relevo: José Yunes Zorrilla, Erick Lagos Hernández, Alberto Silva Ramos, Jorge Carvallo Delfín, Héctor Yunes Landa, José Alejandro Montano Guzmán, Reynaldo Escobar Pérez, Jorge Uscanga Escobar, Carolina Gudiño Corrro (será diputada federal) y, por supuesto, la dirigente estatal del PRI, Elizabeth Morales García, quien apenas asumió el cargo y que se lanza a recorrer todos los rincones del estado, y lo hará cuantas veces pueda tratando de acumular suficiente capital político para que le alcance a la hora sonora.

Si algo hay que reconocer a la expresidenta municipal de Xalapa, además de otras cosas obvias, es su perseverancia; está demostrado que cuando algo se propone lo consigue, a ella no le interesa ser el árbitro de la contienda, no, se asume como jugador de primera línea, le vale un cacahuate que otros como Héctor Yunes se disparen y ofendan con su conducta el juego del gobernador Javier Duarte, no es la dirigente con el comportamiento que debiera tener, pendiente del proceso de selección de candidatos a diputados federales y, menos, el sucesorio de Javier Duarte; ella anda del tingo al tango promoviendo su imagen para la grande local.

Lo que decimos al inicio de este apuntes, todos los actores de los partidos políticos andan a la caza del voto, buscando la forma de alcanzar el poder por el poder, sin importar las formas, sin tomar en cuenta principios ni ideologías partidistas, que pertenecen al pasado, están en desuso, son de los tiempos del legendario Carlos Brito, el icono que se usa oficialmente como muestra del pasado.

Unos días después de que el procurador general de Justicia, Luis Ángel Bravo Contreras, demandara penalmente a los propietarios de las empresas ferroviarias que diariamente trasladan a cientos de migrantes que buscan el sueño americano, la vox populli, el pueblo, ve con muy buenos ojos la acción que tomó el Gobierno de Veracruz.

Y es que ante la ola de violencia que muchos centroamericanos sufren a bordo de La Bestia, la Procuraduría demandó por la vía legal a los propietarios de esas empresas para que se hagan cargo del asunto.

Lo mejor del caso y que, parece, muchos no han entendido, es que la demanda beneficia únicamente a los migrantes; no se acabará el problema porque su origen es otro, pero sí tendrá que haber más colaboración de los empresarios que, hasta ahora, sólo se lavan las manos sin entrarle de lleno al ruedo.

Los bien enterados consideran oportuna la denuncia interpuesta contra las empresas ferroviarias y las actividades poco claras que realizan sus operadores.

Al final del día solo se busca dar con los responsables y fincarles la responsabilidad que les corresponda. En suma, lo dijimos ya, se pretende proteger el mayor bien preciado: la vida de los migrantes.

Será, pues, con la colaboración de voluntades en el ámbito federal y estatal como se dé la solución concreta a esta problemática; en el camino, seguramente, habrá quienes se nieguen a resolverlo y habría que conocer sus motivos.

Por lo pronto, Veracruz ya dio el primer paso y la primera muestra de su gran voluntad.