Orbis Tertius es una de las agrupaciones jazzísticas más longevas del país. Se fundó oficialmente en 1975, pero sus antecedentes se remontan un lustro atrás, cuando Guillermo Cuevas invitó a varios músicos de la Orquesta Sinfónica de Xalapa a reunirse con el único objetivo de explorar y tratar de entender esta música que, en ese momento, le resultaba novedosa y enigmática; el resultado fue el grupo THNB. Posteriormente, formó un ensamble para una presentación en el encuentro internacional de escuelas de arquitectura que se realizaba en esta ciudad. Asiduo lector de Jorge Luis Borges, lo nombró Tlön, Uqbar, Orbis Tertius. Cuando con el apoyo del rector Roberto Bravo Garzón se integró a la Universidad Veracruzana, el nombre se simplificó y quedó como lo conocemos.
Es infrecuente encontrar en el jazz formaciones de larga vida; menos frecuente es que los pocos grupos de este tipo mantengan la misma plantilla de músicos y una similar propuesta musical. The Modern Jazz Quartet (1946-1974 /1981-1993) y Keith Jarrett Trio (1983 a la actualidad) son excepciones; más común es que estas formaciones cambien elementos constantemente y su sonido vaya mutando. Son los casos de The Jazz Messengers, de Art Blakey; Oregon, y Orbis Tertius que, lo largo de casi cuatro décadas, ha tenido entre sus filas muchos músicos provenientes de latitudes diversas que han dejado su impronta y han determinado distintas épocas. La más reciente inició en el año 2009 cuando, tras la salida de Lucio Sánchez y Franco Bonzagni, la responsabilidad quedó en manos de tres músicos jóvenes: José Miguel Flores, pianista; Óscar Terán, contrabajista, y Rolando Alarcón, baterista, quienes se plantearon la necesidad de renovar la estética del grupo y, para ello, convocaron a dos músicos con formaciones totalmente distintas: Cristian Mendoza, saxofonista chileno, y Beto Cobos, guitarrista poblano. Con ideas frescas iniciaron el nuevo proyecto.
–Yo entré hace siete años y en esa época el grupo sonaba de otra manera porque los músicos tenían otro historial musical y, de hecho, aprendieron de otro modo; su acercamiento a la música fue muy diferente al que la nueva generación tiene en estos momentos. –Me comentó en esos días Rolando Alarcón, en una conversación en la que intervino también Beto Cobos:
–Con los cambios generacionales cambia la estética, la manera de aproximarse a la música. Yo soy de Puebla, vengo de otra escena y he tenido mucho contacto con los músicos de la escena del DF; con mi presencia aquí trato de aportar mis propias experiencias a un grupo que he seguido desde hace muchos años.
Había mucho entusiasmo y un aire de renovación; planearon dar conciertos virtuales, a través de internet, y volver a los estudios de grabación para testimoniar y divulgar la nueva sonoridad.
Así se gestó Jazz Quinteto, el disco que se presentará este viernes 21 de marzo, a las ocho y media de la noche, en la sala Chica del Teatro del Estado. De ello hablaremos en otra entrega, estén pendientes.