{Al pie de la letra}

Este lunes 10, en el patio central del palacio del Ayuntamiento de Xalapa, rindieron protesta los miembros del Consejo Municipal de Seguridad Pública y Comité de Participación Ciudadana. En el presídium, muy sonriente, figuraba José Ramón Gutiérrez de Velasco, ex alcalde porteño por el PAN, partido al cual renunció el año pasado para retornar clandestinamente al Congreso local como candidato de representación proporcional de la alianza priista “Veracruz para adelante”.

En la LXIII Legislatura del estado le dieron la presidencia de la Comisión Permanente de Seguridad Pública, por lo que ayer ocupó un lugar estelar en dicho evento.

Afortunadamente para el ex panista, ¡los veracruzanos parecen tener muy mala memoria! Y es que ahora que con la recaptura de Joaquín “El Chapo” Guzmán todo mundo se ha volcado en contra de Miguel Ángel Yunes Linares, pocos, o más bien nadie, ha reparado en aquél escándalo de los nexos del capo del cártel de Sinaloa con la Casa de Cambio Puebla, fundada en 1985 y de cuyos 18 socios, hasta el sexenio anterior, Joserra y su familia –su esposa Claudia Beltrami Mantecón, su padre Carlos Gutiérrez de Velasco Olivier, uno de los fundadores de la financiera, y su hermano José Antonio Gutiérrez de Velasco y Hoyos– poseían el 11 por ciento del total de las acciones.

La bomba mediática explotó a principios de septiembre de 2008, cuando en su portal de Internet, el diario capitalino “El Universal” publicó que el avión privado Grumman Gulfstream con matrícula N987SA utilizado por la CIA para vuelos clandestinos con presuntos terroristas a la Base Militar de Guantánamo, Cuba, y que un año atrás, el 24 de septiembre de 2007, se había estrellado en Yucatán con 3.7 toneladas de cocaína procedente de Colombia, había sido adquirido por Guzmán Loera a través de la Casa de Cambio Puebla, S.A. de C. V., según reportes generados por la Agencia Antidrogas (DEA) de los Estados Unidos y de la Procuraduría General de la República. La nota agregaba que el 16 de septiembre de 2007 –una semana antes de ese accidente–, el estadounidense Clyde O´Connor había pagado 2 millones de dólares por la aeronave.

Y es que a pesar de los indicios de operaciones ilícitas entre 2004 y 2007, Casa de Cambio Puebla había seguido operando al parecer sin mayor restricción, lo que evidenció la tolerancia de los gobiernos federales panistas –primero el del presidente Vicente Fox y luego el de Felipe Calderón– hacia empresas como ésta, sospechosas de incurrir en “lavado de dinero”.

Sobre la relación de la Casa de Cambio Puebla con el narcotráfico, un primer indicio se dio el 25 de enero de 2004, cuando las autoridades de Guatemala aseguraron en las inmediaciones del río Usumacinta un avión King Air 200 con dos toneladas de cocaína. La segunda vez fue el 11 de septiembre de 2005, cuando el ejército de Colombia persiguió y aseguró en la Isla de San Andrés, en aquel país sudamericano, el avión con matrícula N193A, cargado con mil 300 kilos de cocaína. La aeronave había sido adquirida en 415 mil dólares, financiamiento que también salió de Casa de Cambio Puebla triangulada a través del fideicomiso Powell Aircraft Title Services.

Las investigaciones rastrearon transferencias de fondos liquidadas en efectivo en diversas sucursales de la Casa de Cambio Puebla, para adquirir bienes utilizados en actividades ilícitas, como el avión DC9, matrícula N900SA, decomisado en Campeche el 10 de abril de 2006, con 5.6 toneladas de cocaína procedente de Venezuela. También se vinculó a esas transferencias la adquisición de la aeronave Grumman, matrícula N987SA, que se estrelló en Yucatán el 24 de septiembre de 2006, la cual transportaba cerca de 3.7 toneladas de cocaína.

Según la investigación de la DEA, el avión King Air 200 que el 28 de diciembre de 2007 aterrizó en Cuernavaca y logró desembarcar cocaína, fue adquirido por las empresas grupo ETPB mercantil, JOCAFE y grupo RAHERO, mediante transferencias por 1 millón 049 mil 773 dólares. La DEA detectó diez transacciones relativas a la compra de la aeronave, realizadas a cargo de Juan Granados, Fernando Camargo, Raquel Aguirre y María Aurelia Trejo –al parecer colombianos– a través de la empresa Powell Aircraft Title Services, según se consigna en el oficio MX-08-0115.

Ante tales evidencias, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con opinión de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, determinó notificar a Casa de Cambio Puebla, S.A. de C. V., el inicio del procedimiento para revocar su autorización para operar como Casa de Cambio. El 8 de noviembre de 2007, agentes federales detuvieron a Pedro Alfonso Alatorre Damy o Pedro Barraza Urtusuástegui, alias “El Piri”, señalado por la PGR como el presunto operador financiero del Cártel del Sinaloa. Una investigación del Gobierno Federal permitió vincular a “El Piri” con la red de lavado de dinero procedente del narcotráfico que “blanqueaba” en Casas de Cambio ubicadas en Puebla y el DF.

Precisamente por su relación con “El Piri”, Ricardo McGregor tuvo que renunciar en enero de 2008 como jefe del Estado Mayor de la Policía Judicial del DF, pues según la Averiguación Previa PGR/SIEDO/UEIDCS/023/2008 su nombre figuraba en una narconómina de 45 mandos y agentes que presuntamente brindaban protección a los Beltrán Leyva, entonces aliados con “El Chapo” Guzmán.

En junio de 2007, varios medios de comunicación informaron que la DEA había “congelado” 23 cuentas del Wakovia Bank de Miami, Estados Unidos, por un monto de 11 millones de dólares de la Casa de Cambio Puebla, por presunto “lavado de dinero”. Por esta situación clientes importantes de la Casa de Cambio Puebla, como la naviera Hapag Lloyd, retiraron sus inversiones de la institución.

El 13 de octubre de 2007, “El Universal” publicó una lista de ocho Casas de Cambio que le habrían “lavado” 90 millones de dólares al empresario chino, naturalizado mexicano, Zhenli Ye Gon. La lista era encabezada precisamente por Casa de Cambio Puebla y Consultoría Internacional Casa de Cambio, según reseñaba el reportaje de este diario capitalino basado en documentos oficiales de la Secretaría de Hacienda.