A unos días del arranque de las campañas de los candidatos al gobierno estatal de Veracruz, no existe certeza sobre el rumbo del proceso en cuanto a los resultados probables.

Si en el ámbito nacional, la carrera presidencial tiene un puntero único en todas las encuestas (sin que ello signifique que la elección ya está definida), en Veracruz las cosas no son tan claras.

Se habla de un empate entre los dos punteros, Miguel Ángel Yunes Márquez, de PAN-PRD-MC; y Cuitláhuac García Jiménez, de Morena, PES-PT, en el orden que usted prefiera. Sin embargo, ello no deja fuera de la competencia al priista José Francisco Yunes Zorrilla, sobre todo porque la verdadera carrera sucesoria veracruzana apenas está por comenzar.

Veremos, ya en campaña, si uno de los punteros se desfonda; o si Pepe Yunes es capaz de remontar, repuntar en las preferencias, un escenario que no suena imposible.

Judith González Sheridan, ex diputada local de Morena, hoy en Nueva Alianza, arranca con el punto a favor de ser la única mujer en la contienda; y podría convertirse en la revelación del proceso, aunque ello no implique la posibilidad de una victoria.

El Panal ha crecido de forma considerable en Veracruz; recordemos que en las municipales de 2013 no llegó al 3 por ciento, en tanto que cuatro años después, en  2017, dicho partido, vinculado al sindicato magisterial, participó sin alianzas con otras fuerzas políticas y estuvo cerca del 7 por ciento de la votación total; de 68 mil 500 votos, en números redondos, subió hasta 209 mil sufragios.

Por otro lado González Sheridan no enfrenta el problema de una marca desgastada, como sí ocurre con el PRI; por si fuera poco, la mujer no tiene antecedentes de actos de corrupción, por lo que su candidatura podría resultar atractiva para un sector de la población que no mira con buenos ojos a las tres alianzas o partidos punteros.

En cuanto a las encuestas que se han dado a conocer hasta hoy, parece que no existe consenso; unas dan como claro ganador al candidato panista; unas más apuntan que la competencia está tan cerrada como impredecible; y otras otorgan algunos puntos de ventaja al abanderado de Morena. En lo único que concuerdan es que el candidato del PRI no parte en primer lugar.

Al ser un proceso concurrente –se elige a presidente de la República, senadores, diputados federales, gobernador y legisladores locales–, en el rumbo de la contienda local podría influir la elección presidencial; esa, por cierto,  es una de las apuestas de Morena en Veracruz, partido que confía en que el arrastre de López Obrador puede impulsar de forma determinante a Cuitláhuac García a la gubernatura.

Se dice, por otro lado, que los de Acción Nacional utilizarán como principal estrategia las brigadas que recorrerán, casa por casa, todo el territorio estatal. Dadas las características de su candidato, el frente integrado por PAN, PRD y MC no tiene más opción que el discurso de la continuidad en Veracruz. Sin embargo, ello tampoco se puede interpretar como un punto negativo, dado que en la irremediable comparación con su antecesor, el gobernador Miguel Ángel Yunes sale muy bien librado.

En cuanto al PRI, hay quien afirma que el abanderado del tricolor no ha despegado del todo a pesar de ser, por mucho, la principal figura de su partido en la entidad; sin embargo, la verdadera campaña todavía no comienza; en las próximas semanas veremos con claridad la estrategia priista, pero de antemano se sabe que al igual que el PAN, las brigadas de apoyo jugarán un papel importante. En todo caso, la clave en una elección tan competida será la estructura y, sobre todo, la capacidad de movilización de partidos y candidatos.

Por cierto, los cuatro candidatos a la gubernatura eligieron sus respectivos municipios para el arranque de sus campañas: Yunes Márquez comenzará el proselitismo en Boca del Río; Pepe Yunes lo hará en Perote; Cuitláhuac García iniciará en Xalapa; en tanto que González Sheridan partirá de Minatitlán. @luisromero85